Ayer, domingo día 21 de junio de 2020, fue un día muy especial puesto que era mi vuelta oficial al mundo del teatro. Es cierto que ya había tenido dos reuniones teatrales y que ya había realizado muchas jornadas de estudios en soledad, pero el domingo fue cuando por primera vez volví a meterme en la piel de otra persona, cuando volví a interpretar, a decir un texto en voz alta y delante de un público, eran 3 compañeros, es verdad, pero terceras personas, al fin y al cabo.
La ultima vez que hice eso fue hace 104 días y para mí que me gusta tanto mi profesión, fue un día importante.
La ultima vez que hice eso fue hace 104 días y para mí que me gusta tanto mi profesión, fue un día importante.
La cita del ensayo era a las 20:00 horas, en el cementerio de San Miguel, para ensayar el espectaculo Noche de clasicos, no salí de casa con mucho tiempo, pero con el suficiente, para ir tranquilo, y también después de casi 104 días sin hacerlo, oyendo música por la calle. Hacía mucho calor, pero iba muy tranquilo y como aún no me atrevo a comprar dulces para merendar por la calle, no perdí el tiempo en eso, no tuve que correr y por ello no llegué sudando como me solía ocurrir. El camino se me hizo muy breve y relajado.
Con todo llegué a las 20:03 y debo confesaros que fui el penúltimo en hacerlo. No sé cuantos éramos los convocados, pero cuando entré había muchos compañeros esperando en la puerta interior del cementerio. Al rato de estar allí Edu habló de que había un compañero que iba tarde y que empezaba ya.
Con todo llegué a las 20:03 y debo confesaros que fui el penúltimo en hacerlo. No sé cuantos éramos los convocados, pero cuando entré había muchos compañeros esperando en la puerta interior del cementerio. Al rato de estar allí Edu habló de que había un compañero que iba tarde y que empezaba ya.
Con lo cual deduje que fui el penúltimo e hice esperar a mis compis. Lo siento y os pido perdón a todos.
Me sentí un pelín agobiado cuando entré en el cementerio. Todas eran caras conocidas a las que hacía mucho tiempo que no veía, me alegré muchísimo de verlos y verlas, a más de la mitad deseaba abrazarlos y besarlos y achucharlos, pero no se podía, es más no quería, pero vi un extraño acercamiento generalizado y me sentí en algún o algunos momentos muy agobiado.
Dicho esto, tengo que decir que ese ensayo número 1 fue el ensayo del “2”.
Fueron dos horas las que duró el ensayo, fueron dos pases los que hice de mi parte (leerlo en la siguiente entrada) , fueron dos fases en las que se dividió y dos personas con las que más hablé, bueno hablé con 2 y con 1 me reí, bueno me reí con 5. Je, je, je, je. Ya os contaré.
Entré a las 20:00h. y salí del mismo, cerca de las 22:00. No me di ni cuenta, es más, cuando emprendí mi camino a casa miré el móvil, muy feliz porque sabía que era muy temprano y no había perdido el tiempo, pero en realidad eran las 21:47. ¡¡¡Oh!!!.
Llegué a casa lleno de oxigeno y fuerza,es más, cuando estaba en la cama esperando para dormir mi energía y adrenalina estaba a tope. Ese buen rollito me vino de lujo de verdad. Gracias a Edu y a todos mis compis.
Fue como volver a vivir y sentirme persona después de tanto encierro. Es más, la parte que yo trabajé, duraría 15 minutos así que el resto, 105, los pasé de liberación personal.
Es cierto que cuando acabé, Edu me dijo que podía marcharme. Lo pensé, pues realmente no estaba muy cómodo con el tema del virus y el miedo, pero por no ser rancio me quedé un rato más y ese rato... Fue la segunda parte de la tarde y donde me liberé. Estuve viendo a los compis, pero sobre todo hablando con dos personas.
Las dos personas fueron Ana Vigo y sus confesiones personales y Javi con su maravillosa y magnifica maldad.
En esta jornada ya nos reunimos todos los "alumnos rebeldes". Esto son Javi, Ana, Caro y yo y nos pasamos la jornada, atentos al trabajo de los otros, pero alejados del grupo y a nuestro rollo y con nuestro cachondeo.
Mención especial a Caro que es una artista, pero ayer estaba para comérsela. Cuantas carcajadas me pude dar y por supuesto Juanjo... Ese niño travieso, que me seguía por el cementerio con esa sonrisa picarona. Esta vez sí pude disfrutar de ella.
Pues ya os he contado por qué el ensayo del 2 y los 5 nombres con los que me reí, ahora me queda contaros como fue mi trabajo. Por cierto, la despedida en la puerta del cementerio fue de premio.
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