Sería muy difícil enumerar las razones por las que soy actor. Son muchas las
cosas que hacen esta profesión un poco insoportable y muchas, pero muchas las que la hace fantástica y hoy voy a hablaros solo de una de ellas.
Sé, que para muchos compañeros y compañeras, sin ir más
lejos Concha Velasco o mi, amada, mamá teatral Anai, el estudiarse los
textos no está entre sus preferencias favoritas, pues bien, para mí ese es uno
de los puntos más positivos.
He dicho muchas veces que si fuera rico, no me dedicaría a
viajar como dice todo el mundo, sino a estudiar, eso sí cosas que me gusten como
historia, cocina, diseño, pintura etc.. Pues bien, mientras llega o no ese
momento, satisfago ese deseo de estudios siendo actor y estudiando guiones.
Debo confesaros que en este tiempo de confinamiento, no sé
si para recordarlo, para evadirme o para ejercitar la mente, he repasado en
infinidad de ocasiones el texto de la pieza Laberinto, pero ahora por fin y
desde el 8 de junio del 2020, tenía un texto nuevo para estudiar.
No puedo decir que texto es, pero sí que es un texto clásico,
en verso y compuesto por 10 estrofas repartidas en 3 folios.
El lunes 8 de junio de 2020, cuando lo recibí vía mail, lo
leí y como siempre me pasa, cuando me enfrento a un texto nuevo, odio mi
inseguridad, me dije:" Es imposible que me estudie esto y mucho más que lo
recuerde".
En muy poco tiempo, creo que para el martes 9 de junio
del 2020, ya me sabía la primera estrofa. Esta me la estudié con total y absoluta
facilidad. Tras eso fui a por la segunda, pero no la entendía. Aclaro, no entendía
nada de nada, pero nada, es más de los 12 versos no llegaba a entender ni uno,
pero absolutamente ni uno.
Eso me desanimó y aparqué los estudios. Tenía muchas cosas
pendientes, entre ellas, cerrar una etapa de mi vida. Etapa de la que quería
dejar constancia en el blog y luego buscar información de dicho texto clásico para aclararme y si no funcionaba, llamar a mi maestra favorita, Gertru, para que me
ayudara. Sabía que ella me lo aclaría al máximo, como ya hizo en mi última
participación en Los clásicos en San Miguel.
El
lunes 15 de junio de 2020, mientras me duchaba, tras volver de correr, decidí
buscar un audio con dicho texto clásico y ver como sonaba dicho por otro. No sé
la entonación que le dio el actor del audio, pero me aclaró en un segundo el
significado de dicha estrofa y en poco tiempo me aprendí los dos primeros versos.
Esa tarde la tuve libre y con mi miedo, mi apresión, mi
precaución, mis cuidados, mi mascarilla, mi distancia y mi gel de alcohol, me
fui al centro a pasear. También llevaba el texto en el móvil y durante el paseo no solo me
estudié la complicada segunda estrofa, sino que la tercera, que era muy sencilla, también cayó.
Después, los que ya me conocéis lo sabeis, me dediqué a repasar lo ya
aprendido, una, dos, tres, cien, quinientas o mil veces. Mientras me duchaba, corría, limpiaba, tendía la colada, paseaba, guardaba la ropa, repasaba,
repasaba y repasaba.
El cuarto no era muy fácil que digamos, de nuevo se me
atragantó y de nuevo lo dejé. Hasta que llegó el jueves 18 de junio de 2020, fue ese día cuando caí en cuenta de que me quedaban solo 3 días para el primer ensayo y no
podía ir a este tan atrasado, así que, que ese jueves mientras me vestía para salir,
me estudié la complicada estrofa 4. La llené de sentido y significado, aunque
no sé, la verdad, si el significado que yo le di es el bueno o no.
Y esa tarde de paseo, compras, blanco y negro y de nuevo
miedo, mascarilla y etc.… fue muy provechosa, pues mientras andaba por la
calle, me estudié hasta la 7. La verdad que estas eran muy fáciles y lógicas.
De nuevo vinieron 100 repasos más de esas 7 estrofas. Os
contaré un secreto, cuando llegué a la plaza del Pericón, esa plaza casi
desconocida, que me encanta, pero donde uno siempre pasa corriendo, me detuve.
Allí estaba solo, acabé de disfrutar mi blanco y negro y me puse a repasar todo
lo que me había estudiado. Delante de ese jardín vertical hice cuatro repasos. Estaba completamente
solo y aproveché, por fin, para poder moverme y oír mi voz en libertad después de mucho tiempo. Bueno os cuento otro secreto, había en la calle de al lado
una parejilla muy joven dándose arrumacos, pensarían que estaba loco, pero no
me importó, con la mascarilla no se me oía mucho.
Pues satisfecho con mis 7 estrofas aprendidas, solo me quedaban
tres y ayer, viernes 19 de junio de 2020, cuando salí de compras, me aprendí una
más. Ya solo me queda dos días para el ensayo y dos estrofas, pero creo que no
me las estudiaré, prefiero asentar las que tengo.
Al final he conseguido hacerme con el sentido del texto, pero
creo que se le pueden dar muy diversos enfoques, según el personaje que lo
diga, así que, hasta que no hable mañana con Edu y me informe, no quiero aprendérmelos
entonados y con sentimiento.
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