Hoy, jueves 8 de julio de 2021, Manuel Agustín Heredia, volvió al paseo marítimo de Huelin y como ha hecho en muchas ocasiones ha contado su vida, pero esta vez todo ha sido diferente. Hoy el sitio donde Manuel se ha dirigido a sus oyentes no era el de siempre, eso ha hecho que todo huela o se sienta como nuevo y en algunos momentos incluso extraños.
Pero antes de seguir, lo primero que tengo que hacer es dar las gracias a Eduardo Nieto, por ayudarme y facilitarme el camino para hacer doblete esta tarde.
A las 20:15 estaba en el paseo marítimo y a las 21:33 h, debía empezar en el Jardín Botánico de Málaga y si he podido hacerlo ha sido gracias a él. Cuando le conté la opción de hacer doblete, me dio la posibilidad de adelantar mi actuación del tercer, al segundo puesto. Eso conllevaba cambiar mi ubicación.
Hoy Manuel ha hablado a la entrada de una urbanización. Debo ser sincero y decir que ha sido raro ver a Manuel actuar tan lejos del mar.
En la foto de abajo podéis ver exactamente donde actué. Para poder irme antes era un sitio perfecto, pero bonito, bonito no era.
Cuando esperaba para empezar, y como pudisteis leer en la entrada anterior, llegó la coordinadora y entre ambos decidimos como iba a actuar, e incluso hice varias pruebas, pero justo cuando iba a empezar y estaba en la pequeña balconada que se ve en la foto, asomado viendo el mar, noté como el público en vez de ponerse frente a mí, en la acera, se pusieron a mi espalda, en la placita que se ve la foto, al final de esa escalera.
Así que me volví enérgicamente para empezar y de pronto veo algo que se me acerca a toda velocidad y que se cuela entre mi cuerpo y la baranda de hierro, era un niño de unos 7 años que intentaba bajar corriendo, por donde yo estaba, pero ni me inmuté, lo ignoré y seguí adelante como si tal cosa.
Al igual que ignoré cuando empecé a hablar y de pronto, parecía que estaba actuando en el recreo de un colegio. Se abrieron las rejas de la urbanización, y salieron como unos 8 o 9 niños con una señora, cargados de útiles para la playa, corriendo, hablando y sobre todo gritando. Tampoco me amedrenté, al contrario, subí la voz y para adelante. De hecho tuve un tono de voz muy alto a lo largo de todo el monólogo, es más, hablaría de una voz, muy proyectada, modulada y casi engolada. El sitio no sería el idóneo, pero el público no se iba a ir sin oír el mensaje.
Como dije antes, los movimientos fueron los habituales, pero adaptados. El público se colocó como separado en subgrupos, supongo que serían núcleos familiares y con una distancia más que respetable entre núcleo y núcleo, así que para que todos me oyeran, debía ir de un lugar a otro y dedicar al menos una parte a cada familia.
No ha habido problemas con el texto, es más, he hecho muchas más paradas y más transiciones de lo habitual, quería en todo momento evitar la impresión de que iba más acelerado porque debía irme.
Y antes dejar de escribir, dar las gracias a todos mis compañeros por las molestias que dicho cambio haya provocado. Especialmente a Mariángeles pues la he hecho actuar más tarde y sobre todo principalmente y de corazón a Keko que le he hecho correr en el primer tramo de su labor como guía, le he hecho cambiar la ruta e incluso lo que hablaba en cada parte y todo lo ha hecho sin rechistar, al contrario, ayudando, apoyando y con una sonrisa. ¡¡¡ Gracias!!!.
Este invierno te vistes asi, estas muy guapeton.
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