Una vez que llegué al Museo Revello de Toro, Edu me recibió en la puerta. Cómo dije en la entrada anterior tenía todo un arsenal de excusas muy teatrales, dramatúrgicas e históricas para justificarle mi barba, pero solo miró y no dijo nada más.
Cómo dice la Jurado:" Qué no daría yo" pero en mi caso era por saber lo que pensaba.Dentro saludé a los recepcionistas siempre encantadores y me fui para el patio y de allí a la sala del fondo donde siempre nos cambiamos.
Allí ya estaba el elenco, creo que casi entero pues creo recordar que Daniela llegó más tarde o estaba arriba cambiándose. Recuerdo verla después que yo pero no sé el motivo.
Rápidamente cogí, como siempre, la única silla que quedaba libre, en la primera fila a la derecha, siempre es la misma. Todos suelen tener 2 pero yo por llegar el último es lo que hay.
Allí ordené todo como pude, me desnudé, mep use la túnica, las chanclas, que fueron trabajosas, el cinturón, el chaleco, el collar y pum se abrió y calló al suelo, intenté apretarlo y nada.
Entoces apareció la siempre inestimable ayuda de Inma pero la pobre tenía la misma fuerza que yo para apretar el enganche, cero.
Y Adri que andaba por allí amablemente me lo apretó. Pegué 4 o 5 saltos y comprobé que estaba todo perfecto.Me dispuse a ir al baño a retocar mi maquillaje y vi como ahora, Inma, con quien tenía el apuro, era con Adri que no sabía cómo colocarle el velo de hebreo y uno que aunque no es vestidor de vírgenes, ni tiene arte para ello, tiene un poco de experiencia en el mundo de unir telas y alfileres, se lo puso de forma vistosa y resultona.
Cómo un relámpago me metí en el baño más cercano a retocar el maquillaje y a pedir a Dios que mi barba explosiva no hubiera manchado el cuello.
Todo eso a prisa pues pronto Edu se estresaría por hacernos las fotos y así fue.
Ya en el patio, y mientras todos venían y tal, intenté hacerme unos selfies, ese vestuario siempre me quedó bien, pero un compañero que me vio, se ofreció a hacerlas y acepté. El ángulo no era el idóneo parecía un tapón.
Ahora no tendría fotos porque me daba vergüenza pedirle más y publicar esas.
Foto en equipo hecha, muchos se fueron, otros se quedaron, yo repasé 1 o 2 veces y tras hablar con Miguel y Daniela sobre la forma de trabajo de Historia Viva de Málaga, y contarme sus experiencias, ya que yo lo sustituiría a él, llegó la hora de marcharme.
Ultimo retoque en el espejo y a caminar hacía el lugar de actuación, antes que llegara el público o estuvieran cerca.
Esta vez no hubo mucha conexión entre unos y otros, no por mi parte que últimamente soy un poco tortuga con mi caparazón, sino que el resto fue a lo suyo sin mucha charla, esto a veces, se agradece pues permite concentrase.
Málaga, jueves 18 de enero 2024
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