DE ACTOR A GLADIADOR POR UNA BARBA.

 

Al acabar el pase, con más frío que otra cosa, bueno frío en el interior por como había ido la actuación y por fuera porque de verdad la temperatura había bajado un montón, me dirigí hacía mi lugar de cambio, el Museo Revello de Toro. 

Según tenía entendido, el grupo se iría hacía una dirección, pero se fue hacía otra, por tanto, me los encontré por el camino, y con la pose estirada del personaje seguí adelante y me fui, más rápido que rápido haciala plaza de la higuera del Museo Picasso, donde me encontré sin querer a Adri y donde recibí mi prestación laboral.

Me marché a cambiarme cuanto antes, el resfriado no podía volver a mi vida.

Ya en el museo ocurrieron dos cosas: Una, que no hacía tanto frío y dos, que no tenía fotos chulas y en el patio del museo me hice mil.

Tras eso, me cambié de ropa, me quité el maquillaje y a casa. 

Bueno, eso era lo que tenía previsto, porque quitarme la pintura, la nueva e insoportable pintura de la barba, fue labor de un gladiador romano. 

El actor divo y estirado, tuvo que transformarse en todo un luchador que a base, de jabón, agua, papel  y restregones intentaba quitarse la pintura de la barba.

¡¡¡ Dediqué mucho tiempo a esta labor!!!. Tanto, que he querido destacarlo y publicar una entrada del blog a ese maldito lápiz negro que no salía ni a tiros.

Cansado de intentarlo, terminé de vestirme y  me fui a la calle. ¿ A dónde? Pues de capilleo.

A todo un buen capillita, desde mediados de enero, le entra el mono cofrade y no para de visitar iglesias.

Al llegar a casa, ducha, agua caliente, más restregones y la barba volvió a su tono normal. 

Para acabar os dejo algunas de las fotos que hice. 

Málaga, jueves 18 de enero de 2024.