La cuesta de enero y las rebajas de enero son los temas principales del principio de cualquier año. Temas que ocupan las noticias de todas las cadenas y por supuesto todos los anuncios de televisión, pero yo no soy mucho ni de una, ni de la otra.
Sí, Eduardo estrenaba local donde guardar su vestuario y yo lo visité por primera vez, y como tenía 2 proyectos pendientes con él, me entregó 2 vestuarios distintos.
Uno nuevo y otro ya utilizado con anterioridad.
Según las explicaciones que Edu me dio, como unas 1000 veces, para encontrar su nuevo local / almacén con el vestuario, este no dictaba muchos metros del anterior, así que, salí de casa con tiempo más que suficiente para llegar, era temprano y con mis auriculares me dispuse a ir hacía allí oyendo música.
Una vez en el antiguo local y subiendo un poco más me encontraba un Tedi, daba la vuelta al establecimiento y llegaba, pues yo empecé a subir y a subir y a subir y el Tedi no aparecía, pero es que cuanto más andaba menos veía. Le pregunté a unas señoras pero no me lo explicaron muy bien, eran vecinas pero parecían yugoslavas recién llegadas.
Estaba claro que llegué tarde, pero me encontré a Edu en la puerta hablando con Paula, así que, el pobre estaba entretenido. Una vez con ellos, Edu despidió rápidamente a Paula, se marchó y ambos entramos a su nuevo local.
Bajamos la cuesta de un garaje y entramos a un lugar, en obras, muchas cosas por medio, cables, escombros, tierra, ladrillos, maderas, botes de pintura, restos de adornos navideños y varios obreros. Edu me los presentó a todos y entramos a su local.
Aquello era el mismísimo paraíso. Un sitio enorme, donde se ve todo lo que hay sin necesidad de escarbar, por un lado los vestidos, por otro las chaquetas, por otro los pantalones, otro el atrezzo, otro el calzado. Vamos era como El Cortefiel, todo dividido por sesiones. ¡¡ Vaya cambio positivo!!,
En nada de tiempo, Edu, me lo entregó todo.
El traje de Eduardo Ocón fue el mismo de la vez anterior y lo encontró sin problema y para el de Claudio buscó un poco más, pero también lo vio rápido. Tardó algunos minutos más porque yo le pedí una joya y porque le costó trabajo encontrar mis sandalias.
Con las bolsas repletas, me fui para casa, previa parada en San Pablo, después salí a correr, tras la ducha y ya en casa, puse el vestuario al día. Lo de color y el calzado lo puse a ventilar y lo blanco directo a la lavadora. Le hacía mucha falta.
Málaga, martes 9 de enero de 2024.
Mare mia....cuanta actividad.
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