domingo, 28 de enero de 2024

ARTE EL MIO QUE ESTOY CUAJADO.

 

No hacía ni 10 días que me había metido en la piel de Claudio, bueno yo, y todos mis compañeros,  y Edu volvió a convocarnos a todos para un nuevo ensayo de Málaga Ciudad de Arte. 

Si la vez anterior, hicimos una visita privada para altos cargos de una entidad financiera, está vez, se hacía para un grupo de amigos que visitaban Andalucía. 

Creo recordar que el recorrido era diferente y si no me equivoco, diría que había personajes nuevos, pero nada de eso me afectaba ni a mí y ni a los que lo habían ya trabajo en esta visita. 

Pues bueno había que ensayar y se ensayaría, qué podría hacer. 

A ver me daba más pereza el camino y romper una posible tarde familiar, que el ensayo en sí, que era pecata minuta. 

Voy al grano, después de una noche de sábado de fiesta hasta el amanecer, me levanté con los ojos pegados, cansado, un poco tarde y me fui al salón a saludar a mís padres. 

Eran las 12:09, me disponía a desayunar y pasar la mañana haciendo tareas del hogar, puesto que por la tarde tenía ensayo, y veo que me llega un mensaje de María José que pone que están ya en el ensayo. 

Me quedé ojiplático, pero si soy sincero, pese a ser un mensaje privado,no me di casi por aludido. 

El ensayo era donde siempre, en Nueva Málaga, entre las 18:00 y 19:00 horas, como siempre, ese mensaje no era para mí, sería para otro proyecto que estaban ensayando esa mañana y María José se equivocó al mandar el privado.

Le respondí, más bien por cortesía, como dando a entender que yo no era el receptor de ese mensaje. 

Le dije que el ensayo era de tarde y ella me dijo que no, que era  por la mañana. Decidí leer el mensaje de la convocatoria del ensayo de nuevo y  ponía a las ¡¡¡ 11:30 !!!.

Conclusión: Que no leí el mensaje entero y di por hecho lo habitual y que me entró una vergüenza enorme porque había dejado tirado a los compañeros. 

Rápidamente cogí el móvil y llamé a Edu explicando mi error y diciéndole que me vestía y en unos minutos llegaba. 

Este me dijo que no había problema, que a mí eso no me había pasado nunca, que yo tenía el texto más que controlado y el personaje dominado y que no era necesario que fuera, que me tranquilizara, que lo entendía y punto. 

Aunque adoro el teatro y tras una noche de juerga alguno pensaría que estaba de resaca, esa mañana y tarde libre me vinieron de lujo.

Por la mañana asistí a la función principal del Cristo de la Redención, ya olía a cuaresma, y por la tarde me fui de paseo, merienda y casi cena con mi mamá y mi sobrina. 

Qué alegría fue, en esa circunstancia, estar cuajado. 




Málaga, domingo 28 de enero 2024






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