He llegado bien, antes de que llegara el público, o sea, mi función estaba cumplida, había mucha gente en el Centro de Interpretación Romano, niños jugando en la escalera, varias chicas jóvenes un poco hippie sentadas en el muro del teatro romano mirando el paisaje, y mucho trasiego de personas.
Yo lo más disimuladamente posible, subí las escaleras del centro de interpretación y esperé. Intenté llamar la atención lo menos posible, pero allí arriba, con tanta gente y mis pintas fue difícil.Pese a ser enero y estar recién acabada la Navidad, el tiempo era propio de primavera, un día esplendido y nada de frío. Me asomé a teatro romano, pensé un poco y me puse a repasar.
Lo he repasado todo muchas veces, lo tenía ya todo muy asegurado, muy claro, estaba todo muy conciso, sabía lo que tenía qué hacer y cómo.
Una vez todo hecho varias veces, he esperado, esperado, esperado y esperado.
Me ha avisado mi compañera de que ya venían, respiré, me preparé, pero no venían y no venían, y de nuevo he esperado y esperado y esperado.
Qué larga se me ha hecho la espera, el calor se alejó y empezaba a tener frío, cada vez más frío con solo la túnica comencé a tener mucho frío, y miedo, por si volvía a caer en el resfriado recién salido.
Málaga, jueves 18 de enero de 2024.
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