1.- El bolero de "nerviravel":
" Ha ido bien, tampoco me ha dado para decir mucho más. Todo era demasiado breve.
Con el ensayo previo, del que os hablé en la entrada anterior, he querido hacerlo real y le he metido un tono como más enfadado, más irónico, quise llevarlo a una actitud de amabilidad falsa y el resultado ha sido un personaje histriónico, me gusta.
Pero bueno, ahora recién acabado me tiemblan las piernas, pero más que por la actuación, por unos asuntos personales y laborales del día siguiente. No me gusta decirlo pero estaba que no estaba.
Aunque antes de salir he repasado más de mil veces el texto y lo tenía más que controlado, de hecho salió integro, estuve muy inseguro, y antes de abrir la boca, para empezar una frase, me ponía de los nervios.
Pues pese a esa seguridad previa, salí pero mi cabeza estaba ocupada, inconscientemente, por mis cosas. Tanto que al salir me dije: " Oh, pero si ya estoy aquí".
Empecé, y una vez empezado ya seguí adelante, sin parar, pero no era yo, estaba muy nervioso y lleno de inseguridades, una de ellas era el filo del escenario al cual me daba un poco de vértigo acercarme.
De pronto estaba nervioso y cada vez más.
Me gustaría decir otra cosa, pero no puedo, he estado nervioso y ahora con el pase ya terminado lo estoy aún más, la verdad.
En resumen, que ha ido todo bien, pero tampoco había mucho donde crear. El texto animaba, a no desarrollar mucho la creatividad, por tanto creo que he dado lo mejor de mí y poco más, aunque debido a mis nervios, he actuado pegado al piano que había en el escenario y solo he ocupado un lado de las tablas.
Hay que darse más".
2.- Ahora el bolero está "raquetebiel":
"Esta vez ha ido mejor, las frases más marcadas, menos inseguridad, cero nervios. Las palabras claras, ninguna dicha rara o con inseguridad, que ahora que caigo en el otro pase si dije 2 un poco reguleras.
He salido al escenario por el otro lado del piano, el izquierdo, y desde allí lo he visto como más chico, pues desde ese ángulo, su forma, me ayudaba a cobijarme, se adaptaba mí y a mi actuación.
Empecé más grandilocuente, luego pasé a más irónico. Llevaba los brazos cruzados y esa postura me ha servido.
La sonrisa era más falsa, más con cara de sí pero no. Tensión y dientes apretados, me han ayudado a eso.
He actuado mirando más al publico, aunque tan lejos como estaban no los veía y y no sabía su reacción pero intuyo que bien.
Durante la música he estado más alegre, en cambio, cuando he sido irónico, la cara era de asco descarada y evidente. La gente contenta y yo también.
El final lo he hecho más coloquial, con más movimientos, más cercanía al grupo.
He actuado mucho más al filo, debido entre otras cosas a que tenía mucho más dominio de todo.
Creo que mucho mejor, cero nervios, pero es cierto que al ser algo nuevo, lo personal no debía ir por encima de la actuación, pero así ha sido".
Crónica de Visita teatralizada al Conservatorio María Cristina.
Málaga, viernes 1 de marzo de 2024.
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