Mi soledad en Las cenas de las emociones, comienza, oficialmente, o siempre ha comenzado, también dependiendo de la ciudad, cuando mis compañeros se quedan en el comedor y yo ya me voy a mi lugar, secreto, desde donde realizaré la salida sorpresiva y espectacular de Víctor Ferrara.
Pues en esta ocasión comenzó antes.A ver aclaro, en otros tiempos, u otras etapas de este espectáculo, donde había otros elencos, solía maquillarme y vestirme solo, o bien en mi habitación del hotel Urban Dreams o en algún lugar apartado. Era mi momento, donde ponía música, repasaba y me encontraba conmigo mismo. Me gustaba esa situación, pero esta vez, no fue una soledad voluntaria.
Informé a mi jefa y al elenco, de que YO, me iba a vestir y eso hice, me fui, YO solo, a hacerlo.
En los últimos tiempos, siempre me he vestido acompañado, más bien, alguien me ha vestido, me ha maquillado, me ha aconsejado, me ha arreglado, me ha fotografiado, me ha alentado, me ha hecho reír, me ha hecho planes, me ha comentado todo, me ha divertido, me ha dado seguridad, me ha dado fuerza y me ha dado cariño y sobre todo me ha perfumado, pero esta vez no, esta vez estaba solo.
E hice lo que tenía que hacer: maquillarme y vestirme, sin más. Lo hice como un automata. Me tomé algunas fotos y volví al comedor, donde estaban el resto de compañeros.El valle de agonía seguía adelante, aunque se supuso que yo me había "perdido" un poco al vestirme....
Como el Hotel Giralda Center es muy difícil, ya que donde yo espero es donde el público pasa al comedor, decidí irme pronto, además mi cabeza necesitaba aire o iba a estallar.
Me despedí de todos. De algunos en personas y de otros por WhatsApp porque no sabía dónde estaban y me subí al hall y de allí me fui a la calle.
Vi a los influencers que esa noche vendrían a la cena, grabando su entrada en el hotel, mientras intentaba esconderme para que no me vieran.
Arriba y faltando a mí norma, me salí a la calle y allí, llamé a casa. Casi todo el tiempo de espera lo hice allí, necesitaba respirar, estar fuera, ver el cielo y el aire puro.Di la vuelta la hotel y paseé varias calles, tipicas sevillanas, con sus casas bajitas, blancas, sus balcones y hasta vi una boda de empaque.
Me vino muy bien hablar y sobre todo caminar por las calles, necesitaba, caminar, libertad, caminar, pensar, caminar.
Fue una irresponsabilidad, si pasaba algo estaba fuera del hotel, si me pasaba algo estaba lejos de mis compañeros e iba vestido de Víctor, o sea, exponiendo el vestuario. Pero lo necesitaba.
Viendo esas calles, de nuevo pensé y tuve la esperanza de que ese valle iba a desaparecer, y volver a perfumarse todo de alegría y diversión pero no fue así. La hora de la actuación se acercaba y entré al hotel.
Había que empezar a actuar, ahora lo unico era La cena de las emociones y eso era lo importante, debía ceder mi cuerpo y mi voz a Víctor Ferrara, pero no lo conseguía, "eso" de lo que hablé en la entrada anterior, no me dejaba pensar con claridad, ni disfrutar el momento.
Yo sabía que controlaba el texto, el personaje y la cena, pero la situación de mi cabeza no sabía por donde podía estallar.
Pero la voz de Lola se oyó, había que bajar las escaleras y eso hice, pues pase lo que pase de THE SHOW MUST GO ON.
Sevilla, sábado 28 de septiembre 2024.
Mas capullos que ventanas...claramente nadie se merece eso, pero tu menos.
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