Más que una cena fue una lucha constante, ahora que de las emociones si lo fue, pues hubo emociones de todos los colores, especialmente la frialdad, la soledad y muchas más .
No estoy hablando del espectáculo en sí, sino de mi interior.El espectáculo o la cena fue maravillosa, creo que de las mejores que ha habido jamás.
Pero en mi interior seguía con mi lucha.
Empezaba una nueva fase de la pieza, la que consiste en actuar y hacer los acting.
Esa es más "fácil", entre comillas, pues es siempre lo mismo y puedes poner, más, el piloto automático. Cosa que por mis narices y pese a mis asuntos personales, hoy no iba a poner, ni loco.
Pero esta vez nada iba a ser igual y lo sabía.
Y claro que no lo fue. Entré un poco nervioso, porque a mí que me gusta tenerlo todo ordenado, organizado y hacer las cosas como si de un ritual se tratase. Está vez no lo pude hacer pues no sabía a qué me iba a enfrentar, no hablo de compañeros, hotel o publico sino de asuntos personales, pero fue bien.
"Asuntos personales" es algo que no voy a aclarar porque es algo privado y fuera del mundo de la actuación, pero que reinó en la cena y desde ahora lo denominaré así.
Toda la cena siguió siendo un reto de concentración y de mirar solo por el espectáculo, pero creo que lo conseguí, aunque hubo momentos que me costó mucho o muchísimo, sobre todo cuando miraba a ciertos lugares y me veía totalmente fuera o no había mirada cómplice.
Fue como esas primeras cenas, con el elenco anterior, donde aún estaban los resto del COVID y yo me organizaba mi propio y pequeño espacio alejado del resto y allí, una vez que hacia las escenas, me sentaba a descansar, hacía los acting y volvía a actuar y de nuevo a mí silla alejados de todos.
A ver qué hablé con los compañeros del elenco, creo que más que nunca, como los cotilleos constantes con Estela, Jose que me dio un bocata o el abrazo que recibí de Alejandra justo antes de empezar o el pico de esta, al final de la función, pero...me... faltaba... algo.
Tenía energía en escena, luché para que no se me bajarán ni una milésima de segundo. Pero fuera la tenía bajita.
Debo decir que eso, esperar sentado en las escenas que no salgo, me hizo oírlas y algunas como la 4, la disfruté un montón. Hacía años que no la oía así. Creo que fue la primera vez que la vi viva y me tenían con la boca abierta. Los personajes eran reales de verdad y en el final de la 2 Alejandra estuvo de premio Max.
Fue un trabajo duro, porque era estar dentro de la escena y de pronto en la vida real, con los asuntos personales y de nuevo en un acting, luego de nuevo en escena y de nuevo en la vida real. Ufff. Pero bien.
La concentración se apoderó de mí y para delante.
Tampoco fue muy fácil la escena 1 pues el sonido del público era demasiado abrumador, parecía que iba a costar tenerlos callados, pero luego hubo escenas, como la 7, la 8, la 2 y unas cuantas más, donde el silencio fue absoluto, tanto que parecía que en vez de un comedor o una cena, estábamos en un teatro.
La escena 10 fue cortada a la mitad por aplausos, al igual que al acabar otra, creo que la 2 o la 5, comenzó un amago de aplausos y yo dije: " Si quieres aplaudir, aplaude" esa persona comenzó y el resto del auditorio continuó.
En el final de la, 8 Estela y yo conseguimos un silencio sepulcral. Había que llegar al clímax de la escena, pero Estela llevaba mucho tiempo con un alto volumen vocal, así que yo, para responderle airado tuve que subir muchísimo más mi volumen, por encima de ella, y se hizo el silencio absoluto, con algún que otro comentario de sorpresa. La verdad que quedó muy bien.
Las escena 2 y 5, que hago con Fran, salieron muy bien, porque la naturalidad y capacidad de improvisación de este, hizo, que todo que la escena quedara muy autentica y real.
Mis compañeros estaban muy naturales y realistas, demasiado. Yo notaba mi personaje, como más gritón, más teatralizado, más personaje y menos persona normal.
Cuando empezaba a hablar lo notaba más marcado y que iba mucho más rápido que el resto y no sabía si mi mensaje estaba llegando.
Creo que todos los chistes de la pieza. Todos, los escritos, los que son simples chascarrillos y los improvisados fueron acompañados de risas por parte del público. Este era de 10.
Y como eran de 10 los acting fueron de lujo.
De nuevo no se delimitaron las zonas de trabajo por comensales sino que nos dejamos un poco de trabajar todos con todos. Yo me limité a una zona más concreta y cerca de mi silla.
Antes me prohibían hablar con los comensales, pero estos eran tan chulos, que me salté un poco la norma y les hablaba, les comentaba cosas y como ellos, de la parte anterior me conocían, los hacía reír, creando un filim muy interesante. También debo confesar que me moví más de una vez, sobre todo para atender a los influencers que les daba mucha caña y no paraban de reír.
Con aplausos, besos, muchos abrazos, enhorabuenas y más fotos que nunca, por parte del público, se acabó esa cena en Sevilla, la última de la gira 2024 y la última de, porque se intuía mucho, una etapa. Una etapa inolvidable y muy bonita...
Gracias amigo por esas cenas, esa compañía, esos consejos y tu ayuda.
Sevilla, sábado 28 de septiembre de 2024.
Las cabezas que mala son hio...y ole tus cojones.
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