martes, 27 de enero de 2015
AYER POR FIN ME ENCONTRÉ CON FERNANDO.
Si ayer sábado 24 de enero de 2015, en Torremolinos, en el sótano de un bloque enorme, en un piso pequeño, pero muy bien decorado, un autentico hogar, estaba él sentado en una silla blanca, en medio de ese salón ,con suelo de madera y un olor especial. Testigo de excepción fue Diego, que una vez más estaba junto a mi en un momento de creación.
Ambos estuvimos en la calle y tras un paseo provechoso, que luego contaré, volvimos a aquella casa y después de probarme el vestuario, cogí el teléfono me senté en la silla y de pronto, plas!!!, apareció Fernando,que feliz me sentí de estar por fin a su lado, feliz de poder prestarle mi cuerpo para pueda expresarse, moverse y cumplir su objetivo, o al menos intentarlo.
Hoy estoy como si me hubiera quitado un peso de encima, ahora me queda trabajar, convivir y jugar con él, pero al menos lo más importante es que ya lo conozco.
El sábado por fin volví a ver a Diego y recuperé mi móvil perdido. Después de una mañana de relaj y un almuerzo, que se alargó demasiado, me trasladé a casa de Alba, para realizar el ensayo previsto. Hacía falta, mucha falta, poner en marcha todo lo que Víctor nos había marcado,especialmente para aprovecharlo y no olvidarlo. Pero en mi interior no tenía ganas de hacerlo, porque aun no había encontrado a Fernando, mi personaje, y trabajar sin preparar previamente e investigar por mi mismo no me gusta.
Pero al llegar a cada de Alba, como siempre, me abrió un pingüino, pero esta vez era un pingüino al que le había pasado un camión por encima, la pobre tenía un gripazo de muerte y decidimos suspender el ensayo en todo ese finde.
Me volví a Torremolinos en busca de Diego, quería intentar trabajar con él mi personaje de Fernando, al menos mostrárselo, para que me aconsejara. Pero cual fue mi sorpresa, que después de estar toda la mañana y varios días
buscando mi vestuario de camino a ver a Diego, lo encontré.
Nada más ver a Diego fuimos a comprarlo y luego a su casa, donde le hice mi monólogo y allí fue donde encontré al personaje de Fernando, y allí mismo y lo fuí trabajando y perfiilando.
Gracias Diego por todo, por ayudarme a elegir el vestuario, por animarme y buscar junto a mi, casi como si la obra fuera tuya, los complementos, de mi ropa, gracias por estar en el ensayo conmigo, ayudarme a buscar, darme consejos, gestos, entonaciones y todo lo que me diste, gracias por perder casi dos horas tuyas , en cosas mías.
Gracias de nuevo por todo y sobre todo por montar juntos "la gira de la Lola" mientras paseábamos por la noche, junto al mar. Ojalá se cumpla todo al menos compartimos mis sueños y los de mi Alba.
Durante estos días ni he escrito, ni he trabajado a Fernando, porque mi "amantisima" compañera Alba a compartido sus virus conmigo.jejejejeje
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Comparte tablas con un pinguino mola taco, pero dejate de compartir virus....por cierto, se te ve un taco flaco...
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