miércoles, 8 de junio de 2016

HOY ME HE LLEVADO A RAFAEL A LA PLAYA.



Hasta hace  un momento  estaba hablando, por Whatsapp, de dinerito. Porque en el mundo del teatro, también hay que hablar de esos temas "feos" del dinero. Pagos, fechas de pagos, justicia en esos pagos. Es que aunque mucha gente no lo crea, los actores tenemos la suerte de trabajar en eso que nos apasiona pero también y por desgracia... somos personas... y comemos.

Pero bueno esta entrada no va de eso,  sino  de otro tema.

Hasta hace muy poco lo tenía muy clarito en mi cabeza, pero ahora... estoy liado y  no sé bien que poner.

Antes de escribir esta entrada he estado  buscando palabras en euskera y palabras castellanas en desusos, o sea, del siglo pasado. 
 Con ello quiero enriquecer mi texto de Rafael Echevarría. He conseguido 4 palabras de las unas y 9 de las otras, respectivamente.

Hoy martes 7 de junio del 2016, me he llevado a Rafael a la playa.  Para ver si   los dos, allí,  relajados nos encon-
trábamos y nos ha-
cíamos amigos de una vez. Pero nada  no acabo de pillarle el punto, no  estoy  a gusto con el Rafael que estoy creando.

De camino a la playa he trabajado mis dos primeros monólogos,  el tercero me lo ha aprendido tumbado.

Este me ha costado, nada, aprenderlo. Allí tumbado en la playita, el sol, el silencio y la tranqui-
lidad, porque hemos ido tarde a la playa, ha hecho que en  menos de diez minutos me sepa el texto perfectamente.

 Ese texto prácticamente no es mío, por eso creo que lo he aprendido tan  pronto.

Me he dado cuenta que los dos primeros monólogos, al  ser míos me han  costado  más estudiarlos, me da como vergüenza, no los pillo, no me parecen buenos.

 Estoy dándole vueltas y más vueltas, cambio el orden de los párrafos para darle un poco de más coherencia, pero nada me convence.

De vuelta a casa he venido reformando y repitiéndome los textos una y otra vez, pero no les doy vida, parezco un papagayo repitiéndolos. El texto está muerto y hablo como los niños chicos de memorieta y ya no se qué hacer con él.

Además creo que debo volver a los orígenes y empaparme de videos de Julen Guerrero, porque el acento se me está yendo al gallego y cuando me sale el acento  vasco  me  queda monótono.

Por cierto, que al hablar así aprieto mucho la mandíbula, y se me va al personaje al  viejo gruñón y eso no es lo que quiero hacer. Además me hago un poco de daño en la garganta y en la mandíbula por forzarla.

Así que solo me queda trabajar y trabajar, porque ya lo tengo todo, texto, intenciones,  medio acento etc. pero no me gusta nada, está muerto. Ahora a currar y resucitar a Rafael.

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