"A las 23:00h acaba el primer pase, son las 22:50 y ni se oye el público. No sé qué pasa. Esto me está poniendo nervioso. Hoy no he repasado nada, he
hecho dos amagos y punto. No estoy muy enérgico, tengo la cabeza en otra parte. Varios compis en el previo me dijeron lo mismo. “
Así comenzaba hoy, miércoles 18 de julio del 2018, la
crónica del primero de los dos pases realizados de Un paseo por el tiempo. El público
tardaba en venir y eso me empezó a parecer muy extraño por eso escribí esta
introducción.
Luego cuando acabé el pase, me subí al mirador y mientras lo
hacía, escribía/dictaba la crónica del mismo. Cuando la tuve escrita, vi
que llegaba el público, pero vamos que los vi entrar en el mirador y para que
no me pillaran, cerré el móvil muy mal y perdí lo escrito, así que, no os voy a
mentir escribiendo dos crónicas post-pases que no existen y haceros creer que son
reales, lo que voy a hacer en esta entrada es escribiros un resumen de los dos
y listo. ¡Es lo que pasa cuando eres un gafe informático!
Pues bien, el primer grupo tardó tantísimo porque era muy
lento, yo pienso que ha sido el grupo más lento de estos cuatro años. Me han
llegado quince minutos tarde y por primera vez, cuando volvía de dejarlos, he
visto y oído a Steven que se acercaba con el siguiente.
Como no llevo gafas, no vi a Steven con detalle, pero yo
creo que él me vio y su grupo seguramente también. Luego me dijo que tuvo que
enrollarse para no pillarme durante el camino de vuelta, pero es que como el
lugar que recorro es el mismo por el que entra Steven, no podía ponerme a
correr por si me veían e iba al paso de Rafael Echevarría. ¡Qué mal lo pasé
durante ese trayecto!. De hecho iba predispuesto a oír a alguno del público o a
Steven y empezar a improvisar desde allí.
Hoy el público estaba a favor de Antón, el personaje que
realiza Steven, como es tan buen actor, durante el trayecto que van solos con
él, los fue calentando y preparando, de tal modo, que cuando llegaron a la cima
del mirador, estaban rendidos a él. En nuestro diálogo, juntos, el público estaba
a su favor y cada una de sus frases o expresiones eran apoyadas, reídas y reafirmadas por el
público. Con lo cual yo era el malo y después me costó trabajo, caer bien a la
gente. Don Rafael es un poco chulo, prepotente, pero cae bien y hoy me ha
costado.
Debo decir, que esta noche el jardín se ha llenado de esa chulería
de Rafael, de su encanto, de su cuerpo, de sus bromas, de sus dejes, de sus
movimientos etc. Pero no estaba él, hoy era yo haciendo de Rafael. Ha estado muy
bien, pero forzado, no ha sido orgánico o natural. Hoy no cedi mi cuerpo a
Rafael, era Lolo actor, imitándolo. Eso me hacía que a veces, no dijera todo
con "s”, no me salieran sus expresiones o algunas frases no se oyeran muy
bien, puesto que no estaba seguro. Lo disfruté pero al no estar vivo, a veces,
no jugaba con el público tanto como este me demandaba. Cuando decía el texto
prefijado en el guión, creo que se notaba, porque era mucho más ortopédico que
cuando improvisaba con el público, ya digo, que hoy no estaba Rafael tal cual y
se notaba todo muy irreal, o al menos lo notaba yo.
Era un público difícil, venían cansados, algunos
aprovechaban cualquier momento para sentarse y otros se quedaron en la
entrada del mirador y no fueron ni a buscarme. De hecho mi presentación tampoco
fue genial, cuando me volví, me encontré al primer grupo de espaldas, mirando las
vistas de Málaga y ninguno había percatado en mí y en el segundo, como dije
antes, me pillaron casi con el móvil en la mano.
Pero pese a ello fueron dos grupos muy apañados, puesto que
puede jugar; llevé, durante un rato, del brazo, a un hombre muy mayor, que iba
muy cansado y estuvimos hablando durante todo el trayecto, también jugué con
tres chicas que iban acompañadas de un solo hombre, con otro señor mayor que
iba en pantalones cortos, con una pareja
de enamorados que iban separados y yo los obligaba a ir de la mano y que luego
jugaron en el banco de los enamorados, estos hasta me buscaron para despedirse de mí, con una señora que me dijo que el Loring era más guapo que yo y la eché de mi casa, con otra señora mayor que también llevé durante un rato del brazo porque era muy
mayor y no podía casi andar, por cierto que me pidió relaciones, anoche muchas
de las mujeres de ambos grupos le pidieron relaciones a don Rafael y sobre todo, Paqui, una mujer que desde el principio enfilé y no paramos de jugar en todo el
camino, que si cotilla, que si defendía a Antón, que si había visto duendes,
que sí yo quería presentarle algún amigo etc. Muchas gracias porque me seguía
el rollo y no paraba de reir.
Fue una noche rara,
donde tuvimos que luchar con muchas
cosas; un público demasiado activo, un público demasiado lento, un Rafael que
estaba pero no, aunque creo que salí victorioso. Una vez más me lo pasé muy
bien y por las risas del publico, ellos también.
Todo un ligon.
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