jueves, 2 de agosto de 2018

UN PASEO PREVIO POR LA AVENTURA .


Estoy sentado, miércoles 1 de agosto de 2018, en el mirador del Jardín Botánico de Málaga, esperando que llegue el público. Estoy sudando como un pollo y la verdad que me ha costado horrores subir al mirador y no es que estuviera cansado, sino que se me ha hecho muy largo, ya que, cuanto más andaba menos veía el final.

Pues ya estoy aquí,  esperando, quedan unos 9 o 10 minutos para que empiece el pase, hoy no he calentado el personaje y la verdad que tampoco me apetece. Vamos a ver cómo sale, quiero dejarlo fluir.

Estoy sentado, pero con el gorro quitado, porque estoy como si me hubieran echado un vaso de agua por la cabeza. No hace calor, pero hoy sudo mucho.

Para contar bien este previo de hoy, necesitaría escribir todo un libro, pero un libro dedicado a adolescente, de esos de historias de verano, con bellos parajes, amistad, diversión, aventuras, etc.

Os prometo no llegar al libro, pero si  os pido que os trasladeis a esas tardes de verano donde en la playa y oyendo al mar mientras guardais la digestión o en vuestro dormitorio con el ventilador puesto oyendo los 40 principales os disponíais a leer un libro de aventuras.
Para evitar las mil horas de espera, Steven y yo quedamos a las 20:15, mientras llegamos al jardín, hablamos con Dani del concierto de Raphael del pasado fin de semana, esperé a que Steven se vistiera, montamos las velas en el museo y preparé todo en mi "baño-camerino-particular" se nos hizo más tarde que nunca y mientras Steven llamaba a Nora, yo me fui a colocar el altavoz de la música, en mitad del paseo de las palmeras.

Pero la tarde/ noche comenzó rara. Esta auguraba que algo extraño iba a suceder, puesto que eran las 20:41, cuando me fui a poner el altavoz, pero había más claridad que nunca pese a ser más tarde. Veía  el jardín muy claro. No sé por qué pero yo veía mucha claridad en el jardín, de hecho se lo dije a Steven, bueno se lo repetí como mil veces, yo veía demasiado, quizá es que iba demasiado relajado y me iba fijando en todo, porque he visto ciertos paisajes preciosos como hacía años que no veía.

Pues con la extrañeza de ver tanta claridad nos fuimos en busca de nuestros compis a su "baño-camerino-común" pero algo nos cortó el camino , una cinta de seguridad que nos impedía el paso y un cartel que prohibía pasar porque caían piñas de la araucaria, nosotros muy "listillos" como los chulos de esos libros juveniles, que luego son los primeros en morir, decidimos no dar vueltas y pasar por la zona prohibida, eran solo unos 3 metros y tampoco será para tanto, pensamos.

Pero cuando volvíamos al lugar de actuar, vimos una de esas " piñitas" que suelta la araucaria y ¡¡¡Horror!!!, era enorme y dura como una piedra, la veis en la foto, si nos llega a caer encima nos abre la cabeza.

Ya en el "baño-camerino-común"  nos hemos reunido con los compis y hemos celebrado allí nuestra fiesta juvenil con; charlas, risas, planes de fiestas, bromas y sobre todo sueños, ilusiones y proyectos.

Eramos cinco actores profesionales de más de trienta años. Era muy intersante oir lo que decían, yo no hablé prefería oír, porque resulta que en la cabeza de todos anda por los mismos lugares, los mismos miedos, ilusiones, metas y demás.

Y llegó la hora de vestir a Rebeca, esta vez lo disfruté como nunca, porque se nos va del jardín. ¡ Qué penita! No se va a la horca , se va de vacaciones, pero son tres años de vestirla, de confesiones, de risas, de veranos y además ella me metió a mi en el jardín, así que la echaré de menos.

Y el que estaba hoy muy adolescente ha sido Steven, estaba muy divertido, charlatán y muy bromista. Desde las 20:00 me estaba metiendo presión para que llegara puntual a nuestra cita, luego me ha contado una serie de tv de un pulpo muy divertida, me ha enseñado a encender seis velas con una cerilla y me ha gastado muchas bromas. Ya digo lo he pasado muy bien.

Acabo diciendo, que en la adolescencia te cambia el metabolismo y eso me ha pasado a mi en cinco minutos, porque me he puesto tan ancho que no cabía en la finca, Steven me contó que Pablo, cámara, amigo intimo de Steven y conocido mio con el que coincidí en La Peste, yo como actor y el como cámara, pues me comentó que le había dicho que Alberto Rodriguez se quedó muy contento con mi trabajo, que me recordaba y que hablaba muy bien de mi. Vamos que le gustó mucho mi trabajo, asi sea.


Y acabo este libro ya  vestido de Rafael Echevarría y camino a actuar.









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