Halloween llegó a mi vida, por primera vez, a través del cine americano con pelis como ET. En cambio no sé cuando llegó el cine a mi vida, ya que siempre ha estado ahí, pero eso sí, cuando tuve claro que quería ser actor o al menos empecé a soñarlo fui autodidacta y lo primero que intenté, fue convertirme en cinéfilo y para ello empecé a comprar y a empaparme mensualmente de la revista Fotograma.
Esta se fundó en 1946 y es la revista de cine por antonomasia, a lo largo de sus páginas te adentras en rodajes, presentaciones, estrenos o críticas del cine de ayer, de hoy, de mañana y de siempre, así como de todas las partes del mundo. Pues bien, cuando recordaba el ensayo general del pasado lunes, 28 de octubre del 2019, para el Halloween del jardín botánico, fue como cuando me sentaba plácidamente, en casa, y empezaba a ojear y leer página a página dicha revista.Las casi dos horas que estuvimos allí, como dije antes de irme, parecieron irreales, nos pasaron tantas cosas y todas tan raras que vivimos en mil y una películas a la vez.
Empezamos. Como era muy tarde y el camino muy oscuro, la primera que vimos fue Viernes 13. Mi padre me acercó al jardín y cuando llegamos, muy puntuales a las 21:30, no había nadie, solo mi padre y yo, en un camino oscuro y con una reja que nos impedía pasar. No había problema porque estábamos en el coche, pero el ambiente invitaba a que si nos llegamos a bajar de él, aparece alguien con una moto sierra y hace dos de cada uno de nosotros.
Luego vino Malcolm X o sea, un cine más comprometido, más reivindicativo que trataba sobre los derechos humanos. Pero vamos, el líder americano se quedó a la altura de un tierno angelito, con lo que allí pude oír. Digo oír y no ver, porque yo no estaba en la sala de proyección, pero tampoco quise ir pues el líder reivindicativo no estaba teniendo en cuenta los derechos de los demás. Debo confesar que no fue un momento agradable, lo vi fuera de tono, pero esa es mi opinión. No estaba la noche preparada para ese tipo de cine. Creo que sobró del programa.
Y tras estas pelis teloneras, empezamos con el programa oficial.
La primera película y la principal, para mí, fue ese musical, esa comedia, ese drama o más bien ese intento de todo que se quedó en mamarrachada, llamado Supernova. Quiso ser la entrada triunfal de Marta Sánchez en el cine y acabó siendo una ridiculez. Peso mismo fue mi paso por el ensayo general.
Cómo he explicado ya mil veces, este año en el Halloween del botánico hago dos personajes que apoyan el recorrido de David. Empiezo con A, que aparece con un mono de trabajo, luego salgo a mitad del camino de David, con el personaje B que lleva otro vestuario, luego vuelvo a aparecer, en otro lugar, como B y por último de nuevo como A con el vestuario de A.
Mi preocupación estaba en controlar los tiempos. Si me daría tiempo llegar de un lugar a otro y si me daría tiempo cambiarme el vestuario y si un vestuario podía combinar bien con el otro y etc. Para ello,llevé al ensayo, el chándal gris del personaje B, para luego jugar con el cambio de ropa y ver si estaba cómodo y tal.
Pero cuando llego, no solo no me han buscado el mono para poder ensayar, o sea iba a ensayar sin vestuario, sino que mi compañero me comenta que no hará el recorrido a tiempo real. Entonces me dije: “ Si un ensayo general es una prueba real de todo el espectáculo, antes del estreno, para ver si todo cuadra y lo único que me preocupa o me puede fallar a mí es el tiempo para cambiarme de ropa o para ir de un lugar a otro y no lo voy a hacer. ¿Para que he venido aquí tan tarde?”.
Pues dicho y hecho, hicimos una prueba de la prueba, o sea nada, sin vestuario, sin intención, sin interpretación, sin calidad y sin dirección, ya que íbamos David y yo solos, sin ninguno de los jefes, por tanto, fue un amago de ensayo general, como Supernova lo fue de una película y tanto Marta como yo hicimos el mamarracho.
Después del mal cuerpo de esa pseudo pelicula llegó el momento cumbre, Las que tienen que servir, magistral película de humor clásico español, película que no puedo ver sin reír a carcajadas, pero esta vez los protas no eran Manolo Gómez Bu, ni Landa, ni Concha Velasco, ni Amparo Soler Leal, eran David y Celia, porque hicieron un ensayo de su escena en común, que fue digna de Mariano Ozores o Billy Wylder.
No me pude reír más, la lógica en ese momento estaba totalmente ausente.
Bueno, tocaba la siguiente película, Mujercitas, o sea, la parte de las chicas, pero se suspendió sin saber por qué, y la última, la de Dani y Juampe, que se planteaba un poco Lo que el viento se llevó, pero acabó siendo sólo un tráiler de este, pues cuando les tocaba, Juampe dijo : “¿ Ahora que nos toca a nosotros?, pero si lo nuestro está más que ensayado, vámonos.”
Y nos fuimos, pero antes de irnos nos aguardaban dos sorpresas más: Los otros, pues bajamos medio jardín completamente a oscuras y Perros callejeros, pues ya en el coche, una señora que guardaba no sé qué cosa, se puso a vacilarnos y el seguridad se dedicó a cortarnos el paso y a deslumbrarnos con las luces de su coche.
Yo me vine a casa, en el coche de David, pensado que todo aquello había sido irreal, pues había sido un buen repaso del mundo del cine a través de la revista Fotograma pero un ensayo general nefasto.
Sin duda la de Malcon X la mejor, un hombre siempre comprometido con los derechos humanos y un icono mundial.
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