Pues gracias a dichos atajos misteriosos y a no entretenerse ni con su propia sangre, antes de las 20:30 cogía mi mochila, me despedía de Javi, le daba las gracias, me bajaba del coche y cruzaba las puertas del Jardín Botánico de Málaga.
Esta entrada comienza igual que acabó la anterior, pero no es por casualidad, tiene su porqué y pronto lo sabréis.El día perfecto se me vino abajo en cuestión de segundos. Me quedé paralizado, no sabía qué hacer, pensé un poco y decidí que lo mejor era llamar a Javi, pues antes de salir del jardín debía hacer una complicada maniobra y lo mismo aún andaba por allí. Lo llamé pero no me cogía, lo llamé unos segundos después pero nada.
Decidí no llamarlo más, pues ya bastante lo había molestado como para hacerlo volver otra vez al jardín por un error o despiste mío. Me negué meterlo en ese marrón lo solucionaría yo solito.Cuando en calle Litoral me quitaba la guayabera de Karpis, pensé que esa noche podría usarla como camisa de Rafael, pues me quedaba más ancha y era de mangas cortas. Podría ir más cómodo y pasar menos calor.Pero luego me dije que no, pues tenía unos bordados que podían quedar mal, el cuello era muy chico para esconder la pajarita y lo más importante, la ropa era de Eduardo y sin pedirle permiso no podía usar algo que no era mío, primero por responsabilidad y segundo porque si le pasaba algo a la camisa, ¿ qué?. Así que, sudada como estaba, la metí hecha un gurruño en la mochila.
Y de nuevo todo fue de lujo. De hecho ese jueves 19 de agosto del 2021, tenía 4 pases y otra de las grandes perdidas de la bolsa de papel era mi botellín de agua, pues tras comentar con un compañero, que no es muy abierto que digamos, el tema de la camisa y el botellín de agua, me dijo: " Aquí ni hay botellas de agua, ni se venden, pero yo te voy a dar una de las mías". Me quedé impactado.
Bueno pues ya todo fue fluyendo tal como debía ser, me maquillé, me vestí, lo recogí todo y a las 20: 57 ya estaba sentado en mi banco, junto al camino del bosque, descansando, disfrutando del entrono y abanicándome con mi sombrero.
Por cierto, que estaba muy tranquilo, cuando vi a 2 mujeres acercarse. El jardín ya estaba cerrado, me pregunté, que harían ellas allí. Fue entonces cuando de lejos les pregunté que hacían y ellas muy desagradables me dijeron que esperaban para ver la visita teatralizada y estaban paseando. Le dije que no podían estar por allí y ellas aún más desagradables se fueron protestando. ¡¡ Vaya dos personajas!!.
Seguí descansando hasta las 21:10 que grabé un video, de donde poder conseguir fotos para estas entradas y unos 18 minutos después empecé a calentar al personaje y a meterme en la piel de don Rafael, pues en un ratito empezaba el gran momento del día y tenía que llegar bien preparado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario