Hoy se notaba una atmosfera de nervios. Éramos muchas personas nerviosas y la suma de todos creaba una energía densa que se podía respirar. Era muy curioso comprobar como todos nos sentíamos igual. Por un lado deseábamos no empezar por si salía mal, pero a la vez deseando empezar para soltar, actuar, gozar y eso se notaba, se palpaba, 100 personas con la misma sensación. Conversaciones rápidas, risas constantes, pero no de diversión, sino de nervios.
El hall del teatro era un ir y venir de gente. Todos estábamos allí, los bailarines acicalando el maquillaje, el coro calentando, algunos ya vestidos, otros a medio vestir, las chicas de vestuario dando vueltas de un lado a otro revisando y ultimando a cada uno de nosotros, y el grupo de actores, en un círculo, unidos, haciendo piña, sin decirlo, pero apoyándonos unos a otros, dándonos fuerza.
De hecho hoy cuando llegaba al teatro, ya había muchísima gente esperando, en los escalones, en las cafeterías de enfrente, en la entrada del teatro, en los laterales, se notaba que hoy allí algo grande iba a pasar y sí. ¡¡ Hoy era el ensayo general.!!!
A ver, eso no quiere decir nada, porque el director está en condiciones de parar la función en cualquier momento si algo falla o no le gusta, pero se supone que esta ya se debe hacer de corrido y tirar para adelante pase lo que pase, además, aunque no fuera a teatro lleno, hoy teníamos público, pues la productora había regalado entradas. Con la mía vino mi amigo José.
Ya cuando llegué a la sala Pedro Aparicio, para cambiarme, he notado a las niñas más serias, como más concentradas, más sabiendo que hoy se jugaban algo. Noté los maquillajes de todas las chicas como más subidos, en cambio, también es verdad, que los chicos estaban tranquilos.
Ya vestidos, hemos subido. Había muchas ganas por parte de todos. Antes de empezar, Javi, ayudante de dirección, nos ha dado indicaciones, ninguna, gracias a Dios, para mí. Ha sido muy bonito porque hoy hemos ido juntos al escenario, sin separarnos, han dicho : "A posiciones" ahí ya sí nos hemos disgregado. Esto comenzaba.
He salido con muchas ganas, con mucha energía. Ha sido una salida espectacular. Según el director, era el inicio de un nuevo y maravilloso día. He abierto la puerta, he mirado arriba, para mirar el cielo y ver que tiempo hacía, me he estirado al ver un sol maravilloso, he cerrado la puerta, he saludado a los guardias y ya me he puesto a limpiar mi escaparate. Me he puesto un pelín nervioso, la verdad, pero solo un pelín. Muy poco. Aunque notaba que el plumero que llevaba en la mano, se movía solo.
He cuadrado todo lo que tenía que hacer y me he ido cuando me debía marchar.
La charla con las beatas en el tiempo de espera, ha sido muy reparadora, me ha relajado un montón, pues compartes, y piensas en otras cosas. Después ya nos hemos escondido uno tras otro, muy juntitos, dentro de las carras, para esperar la próxima salida. La salida muy bien y tras eso a esperar.
Espera que hice junto a las 2 chicas. Por fin, el grupo del "patito feo" volvía a reunirse. Allí esperamos al momento crítico, del primer cambio de carras. La espera se ha hecho eterna y los 3 coincidíamos en decir que ese momento en los ensayos siempre era más corto, pero eso sí no me he aburrido, porque ver a Raquel y Candela, hacer el playback de lo que oíamos e interpretarlo con sus cuerpos de formas exagerada no tuvo precio.
Al rato empezaron a llegar los del coro y los técnicos, cambio de carra y a la boda.
La boda maravillosa y perfecta, como siempre, lo pasé tan bien que se me hizo cortísima. Todo pasó muy rápido, no me podía creer que esta aventura estuviera acabando.
Pero también digo que en la parte romántica y sobre todo cuando el coro intepreta Canto de la juventud, donde se me suelen poner los vellos de punta, pues es precioso, esta vez no ocurrió porque comencé a pensar en que ahora venía El canto del ruiseñor y me puse nervioso. En ese momento estaba haciendo lo que debía pero no interpretando.
Y llegó el temido Ruiseñor y no sé si era porque estaba mi amigo José viendo la zarzuela, pero conforme iba avanzando la canción empecé a notar que las piernas me temblaban pero mucho, mucho. Ellas solas sin saber por que. Deseaba acabar. Aunque debo decir que pese a ello no me ha faltado ninguna reacción.
El carnaval ha sido sublime, el baile final quedó perfecto.
Antes de comenzar el interludio me dije a mi mismo que no me iba a pasar como el ruiseñor, iba a olvidarme de todo, pasarlo bien. Nada de nervios y no los hubo. Al contrario todo muy guay.
Ha sido todo bonito.
Me subí al escenario antes de tiempo para poder ver el escena de El coro de románticos. Hacerlo entre bambalinas, ha sido una de las experiencias más inolvidable de este proyecto. Porque ves desde dentro lo que se ve fuera,pero viendo las entrañas y es precioso.
Ver como la regidora, desde su mesa, no para de darle vueltas al guion para prevenirlo todo, como dice cosas para controlar cada detalle, de como la maestra se acerca cuando el coro ya no ve al maestro y los va dirigiendo para que no pierdan el ritmo.
Como es de bonito vivir el teatro desde dentro, qué maravilla, qué ilusión, qué afortunado, qué precioso, qué tranquilidad, qué seguridad tenía en ese momento.
Tan tranquilo que parte de está crónica la escribí sentado a oscuras en las bambalinas mientras esperaba para salir.
En la última escena como siempre alucinante.
En fin no puedo decir nada más, solo que me lo he pasado bomba y que en el momento de los aplausos he sentido mucha emoción al ver lo que hemos conseguido.
No sé muy bonito, muy bonito, muy bonito y muy bonito todo.
PD: Como mi amigo José antes de empezar publicó en Instagram donde estaba sentado, muchas veces debo confesar que hacía gestos o me posicionaba hacía ese lugar.
PD II: Ese día me lo gané y tras la función me tomé un blanco y negro en Casa Mira sentadito muy tranquilo en su terraza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario