Creo que a partir de ahora me voy a definir como un actor intuitivo o más bien como una persona intuitiva, pues últimamente soy consciente, pero me pasa desde hace tiempo, que pienso ciertas cosas, o las deseo así sin querer y pasan. Os cuento.
Mi profesor de interpretación del taller de 4° de la ESAD, un hombre así como muy versado, muy vivido, muy amante de Broadway y demás. Nos dijo el día del estreno de nuestro taller de fin de carrera, que en los grandes espectáculos los directores le regalaban siempre algo al elenco y por ello, él nos hizo entrega, ese día, de un libro a cada uno de los alumnos.Pues eso lo recordé yo la mañana del viernes 29 de septiembre del 2023, día del estreno de Doña Francisquita y pensé si se harían hoy regalos. No a nosotros, claro está que éramos los últimos, ni al coro que eran el ciento y la madre, pero a los solitas quizá sí.
Ellos eran como muy estrellas y quizá el director sigue ese juego con ellos. Fue un pensamiento sin más y seguí mi día.
Cuando, ya por la tarde, entro al "camerino" de la figuración veo que los compañeros han montado una especie de mesa con el catering que el elenco de actores de figuración habíamos decidido realizar para ese día.Me acerco, suelto mis patatas y Norberto me señala una bandeja con galletas y caramelos.
Tras explicarme que era me quedé alucinado.
La chica que hacía de Aurora, la cantante Monica Redondo, que tenía un papel esencial en la zarzuela, aunque no era la protagonista era una de las grandes, había preparado esa bandeja para nosotros, para como decía la nota que nos dejó, su "maravillosa figuración".
Aquí os dejo la foto y una copia de la nota. Me pareció un gesto tan bonito, tan humilde y donde creaba una unión con nosotros, los desheredados, que me pareció bellísimo.
Esas personas son grandes.
Al final mi pensamiento de que esta noche tendríamos regalos se cumplió, en forma de galletitas de corazones y caramelos.
Gracias.
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