Hoy en el hall de los artistas, en general, había mucha ilusión, nada de miedo, todos con ganas de actuar dándolo todo, pero yo además bajo la visión, como dije en la entrada anterior, de, si quieres marcha, marcha te voy a dar y marcha les di.
He entrado a la primera escena, casi sin saber lo que hacía, la verdad. Una vez más casi sin avisar escuché de pronto, "dentro", y estirado, con el plumero en la mano y la sonrisa eterna, entré.De nuevo hubo de todo, el saludo a los policías, el cerrar la puerta, mirar el escaparate, limpiarlo, congelar, después, comentario sobre moscas con David, darle la mano, saludo, nueva limpieza, nuevo congelado y listo, mirar el escaparate de nuevo y fuera.
Cerré dicha puerta encantado, como estuve en toda la escena, lo vi todo muy real, sin miedo, pero con mucha nostalgia.
Ahora tocaba esperar, me sentía afortunado de estar allí, de haber vivido lo que viví y de conocer a esos compañeros maravillosos.
Durante la espera, oyendo las canciones, que ya me son súper conocidas, lo pasé genial, no quería perderme ni un detalle.
Pasaba algo inusual, pocos compañeros a mi alrededor, y yo aprovechaba, miraba cada detalle de las carras, de las cortinas, de ese suelo marrón con manchas negras que ya lo consideraba mío, esa oscuridad, los focos. Todo, no quería que se me olvidara nada. Me paseaba solo por ahí, es más, hasta grabé un video.
Y de nuevo a escena con las beatas. Hoy super real y bonita, al igual que el día del estreno busqué un hueco entre ellas para que me viera el público.
Mientras esperábamos, los 3 juntos la próxima salida, hablamos, bailamos y reímos, muy divertido.La siguiente salida, muy bien, pero las compañeras que esperaban a las beatas, en escena, se habían acercado tanto que casi les doy con la puerta.
Al igual que el viernes, sentía que el vendedor de capas era casi un hombre real con sus cosas, sus vecinos, su vida y etc. Aunque esta vez lo notaba todo más exagerado, más interpretado, menos sentido y real.
En el estreno me dejé llevar, lo vivía, y esta vez en cambio, pensaba cada movimiento, pues quería hacerme ver y que no me volvieran a indicar que estaba parado o cortado.
En la boda me lo he pasado bomba, ha sido todo súper divertido. Con el nuevo código de hacernos ver, David y yo nos hemos movido, como nunca, hasta el punto de acércanos a un lateral del escenario y tenernos que apartar porque venía parte del coro femenino. Nos daba igual.
Los dos también hemos hablado con parte del coro femenino, con el masculino, con los policías y entre nosotros ni os cuento. Hoy no nos paraba nadie.
Ahora venía la escena complicada y con lo bien que iba todo, si fallaba qué. Entonces me entró la inseguridad, y la verdad que en los 2 o 3 minutos que esperamos antes de salir, me puse muy nervioso y no deseaba hacerlo. Como decía el otro día Lolita en tv, deseaba salir corriendo por el patio butacas abajo.
Pero luego muy bien, muy exagerado, parecía casi clown. Pero me daba igual, yo lo he disfrutado y he pasado un poco de todo. Hoy quería despedirme pasándolo bien yo, y eso he hecho.
El carnaval, muy breve, es que ha pasado la escena y no la he notado. Era una pena, quería aprovechar cada momento, lo hice, pero se me hizo muy breve. Eso sí, a la pose final del baile con Milagros, hemos llegado antes. Si debo decir, que previo a eso, estaba al lado de una de las beatas y esta me cantó a mí, ambos jugamos. Me encantó.
Antes del interludio, lo pasamos muy bien, David, Norberto, Gonzalo y yo, haciendo el tonto, mientras cambiaban el decorado, es más, casi nos pilla haciéndolo, cuando empezó a subir el telón.Me lo pasé genial en ese momento, lo di todo, pero de nuevo, menos mal que esta vez me ocurrió al finalizar del tema, se me volvió a caer el pantalón y de nuevo al entrar tuvieron que arreglármelo.
También recuerdo con cariño y algo de alegría lo que me dijo Raquel antes de iniciar esta escena. Me dijo: " Lolo ojalá te den alguna vez un papel en una peli o algo donde tengas que hacer de borracho, porque no he visto a nadie mejor, lo haces genial." Me gustó.
La bulla, maravillosa con las chicas, de nuevo muy breve. Al salir de escena, cogido de la señora del coro con la que siempre lo hacía, sentí mucha pena, porque ahora sí que sí esto se acababa.
Tras un descanso, donde nos comimos las sobras de nuestro catering privado del día anterior, volvimos al teatro.
Alucinante fue ver de nuevo, entre bambalinas, la actuación de El Rubio, Pacetti y El Coro de los románticos. Cuando El Rubio acabó su participación, un simple acting sin palabras y el teatro rompió en un rotundo y estruendoso aplauso, fue alucinante.Y llegó la última escena la corrala.¿ Lo pasé bien? Si claro, pero mucho menos que las otras veces, aunque me dejé llevar, e hice lo marcado, me quedaron como secuelas del trauma del día anterior. No se me quitaba de la cabeza que con tanta gente que había allí, el director se fijó en mí, en que me pasé unos segundos callado, era como que yo había estropeado la escena y eso me martilleaba: " De los casi 60 personas que hay aquí solo yo lo hice mal".
Pese a ello, no paré de hablar con David y esta vez cuando digo hablar, es que tuvimos auténticas conversaciones improvisadas. Hasta un punto que este me dijo, que me lo tomaba demasiado en serio. Je,je,je.
Se acabó con el aplauso. No era muy fácil cuadrarlo pero salió bien. El momento cumbre, el final, la despedida, el de emocionarse había llegado, pero yo no lo sentía así.
Lo veía desde fuera, la visión era preciosa, todo el teatro aplaudiendo, repleto, pero a mí no me llegaba.
Me fui bien, sin euforia, había hecho lo que había que hacer, pero por lo visto, no tan bien y me fui frio, bien.
Domingo 1 de octubre de 2023.
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