Domingo por la tarde, primer día de otoño de verdad, cielo negro, el salón de casa, aunque son las 17:20, parece de noche, llueve, digo que si llueve, después de meses sin oírlo llueve en serio, hace frío, estoy tapado con mi mantita y tumbado en el sofá.
Un chocolate caliente para merendar, y en compañía de la mejor, mi madre, una buena sesión de pelis de Antena 3, pero no de esas donde la niñera está loca, o donde una mujer se hace pasar por la esposa de otro para asesinarlo, no de esas no, de las de Navidad. Aún queda mucho, pero esta tarde pega eso y a pasarlo bien. No, no, no, aún mejor esa tarde ponen en Divinity el concierto del 100 aniversario de Disney, planazoooo.
Aclaro, así no fue mi domingo, así era como yo deseaba pasar la tarde, pero donde realmente estaba era en una sala pequeña, alargada, con casi 16 personas, sentado en una endeble silla de plástico negra. A mí izquierda Paxi, a mi derecha dos chicos nuevos con los que intenté ser amable pero no lo recibieron con los brazos abiertos y detrás un montón de sillas plateadas apiladas sobre mí cabeza.
La sala estaba divifida en 2 partes, por un lado un nacimiento a medio montar y un hombre y una mujer trabajando a destajo para ello, poniendo casas, haciendo montes, cogiendo unas 100 veces un papel marrón que había detrás mia y en el otro lado las 16 personas sentadas en sillas, realizando un rectángulo con una lado libre donde se ensayaba Las Estampas del Tenorio.
Si la ventana que había en la habitación estaba cerrada, yo cogía un papel con la mano, que conseguí por allí, para hacerme aire, qué calor y qué humedad, si los trabajadores del Belén se les antojaba abrir la ventana, un vendaval inundaba la sala, todo parecía volar y el frío era horrible.
Hoy hay poco, casi nada que contar, todo fluyó a su ritmo y sin muchas interrelación entre los actores y el equipo de apoyo, la forma en que estábamos sentados y las condiciones del local lo impedían, si hablabas o te movias, te comías e importunabas a los compis que estaban trabajando, así que quieto y chitón.
Llegué pensando:" Viva el frio, la lluvia, el otoño y su..." Qué incomodidad, paraguas, chaqueta, móvil, música, dulce etc. Así que entré en la sala donde ya estaban casi todos, saludé a Edu que se encontraba en la entrada, esta vez, debido a la situación climatologíca se ensayó en la antigua sala de duelos del Cementerio de San Miguel y no fuera.
Solté los mil bártulos que llevaba, es lo que tiene la llegada del otoño/invierno y me senté. Al poco Edu tomó la palabra. Volvió a hablar de los posibles chubascos, del traslado de la función al día 30 y comentó un problema con la parte bailada de la pieza.
Después empezamos. Edu se fue a la calle bajo la lluvia a ensayar con los que hacen de frailes que era su primer día y los demás empezamos el ensayo, menos mal que no nos hizo esperar que él llegara.
Yo a parte de estar con el móvil, escribiendo en el blog, grabar un video para una amiga que ese día celebraba su cumple y no pude ir, oir audios de Mariángeles, veía los vídeos del 100 aniversario de Disney que me iba mandando mi sobrina.
Hoy no pude recordar con Luismi, ni hablar con nadie ni nada.
La verdad que el ensayo fue fluido y eso que faltaron compañeros y siempre cuando hay esas sustituciones todo se alarga a causa de bromas y chistes.
Llegó mi momento, me levanté y empecé. La verdad y eso suena mal, es que tenía la cabeza más en lo que iba a hacer después que en la actuación.
Más que mi momento de actuar que debía disfrutar lo veía como el último paso antes de marcharme.
Es cierto que antes de empezar trabajé un poco el cuerpo del personaje, que salió todo bien, que lo controlo, pero aún no tengo marcados gestos y entonaciones como me gusta hacer, para así conseguir matices, reconocer si todo está bien, no dejar nada al azar y ofrecer un producto bien cocinado.
Salí, lo hice, creo que bien, con Luismi hay mucha conexión creo que ambos nos complementamos bien y estamos a gusto. Poco má, el lugar tampoco daba para más, poco espacio, compañeros muy cerca, fue más un recordar que otra cosa.
Si es cierto que en un momento del texto me quedé en blanco y no sabía que tocaba y a punto estuve de tirar de apuntadora pero al final la sangre no llegó al río.
Bueno, último ensayo listo, ahora a esperar la actuación e ir matizando.
Málaga, domingo 22 de octubre del 2023.
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