Dos horas de previo que se han pasado en un santiamén. Empezó a las 18:00 y acabó a las 20:00 que era el horario previsto para el comienzo de la función, siendo sincero en mi caso fueron una hora y media, porque como dije en la entrada anterior llegué cerca de las 18:30 al cementerio.
Fluyó todo como muy natural, con mucha tranquilidad y mucho relax, quizá demasiado.Pero vaya que no fui el único que lo vi así, porque al rato de entrar yo, fueron llegando otros compis que también venían con su poquito de retraso. Es que realmente para algunos que teníamos unos vestuarios sencillos y sin maquillaje, ni peluquería era muy temprano.
La excusa de la escésiva anticipación era el hecho de las fotografías que Edu quería hacernos, por tanto, para no entorpecer a nada ni a nadie, lo primero me hice nada más llegar fue buscar un espacio en la antigua sala de duelo.
Busqueda que pese al elevado número de actores no fue difícil y que fue el que suelo usar por costumbre. Me cambié rápidamente pero como venía aligerando y algo sudado, decidí no ponerme el jubón negro hasta que empezara la sesión de fotos, eso sí, me puse los zapatos, las medias y los pantalones.
Otro que no veía por allí y también llegaba tarde era Tony Vertedor, hasta que de pronto apareció impecable con su capa, su sombrero y todo. Había llegado mucho antes que yo y ya estaba listo.
Mi primer objetivo era buscar a Luismi para hacer un repaso del texto. Lo hicimos mientras él se vestía, pero no salió muy bien, concretamente por su parte. Yo lo hice bien pero eso me creó un poco de inseguridad y decidimos repetir.No nos dio tiempo, pues nos metimos en un bucle de actividades del que no pudimos escapar.
En primer lugar vino el cambio de vestuario (que os cuento en la entrada siguiente), el afianzamiento de este, el ensayo del saludo ( que se ensayó esa misma tarde por primera vez), recuerdo la extremada lentitud de todos a la hora de salir y la rápidez con su poquito de cachondeo con el que lo hicimos Tony Vertedor y yo. El mismo que hicimos con mi apellido que casi volvemos loco a Edu.
Por cierto, Edu tuvo un detalle muy bonito, pues me sacó a saludar en una posición destacada, junto al coprotagonista Tony Vertedor, y antes de los protagonistas.
Después tuvo lugar la sesión de fotos, que consistió en una en conjunto, ya libre, nuevo repaso con Luismi, paseando por el cementerio. Esta si salió de lujo.
Bueno es que de lujo estaba todo sí o sí en esa escena. Había buena relación, filim y preparación. Estaba muy tranquilo pero a la vez raro, algo me hacía estar como en alerta, tanto que me fui solo, mientras entraba el público, e hice un repaso más, yo solo, repaso que grabé y que quedó perfecto.Pero algo me decía que no, según Tony, era el eclipse de luna, que nos traía a todos locos y que nos haría fallar, yo creo que se debía a mi cabeza que viajaba peligrosamente del pasado al futuro y viceversa olvidándose del presente.
En unos días alguien muy importante recogería unas pruebas médicas que me hacían viajar allí y olvidarme de todo y por otro lado recordaba la última vez que actúe en unas condiciones iguales, en el mismo lugar, a la misma hora, con casi los mismos compañeros y donde vi y abracé por última vez a mí amigo Javi, no me centré en ningún momento en eso pero estaba ahí y lo notaba.
De hecho, cuando un compañero se acercó a nosotros para decirnos algo, tanto una compañera como yo, recordamos el aparecido de ambos y se nos pusieron los vellos de punta.
La espera hasta que me tocara mi turno la hice en un lugar apartado y a la interperie con una mesilla y sillas que había traído Melisa, junto a ella y a un servidor, Julio y Paula, los suyos, los más cercanos y lo echaba mucho de menos. No me sentía a gusto allí sin él.
Más que esperando para actuar parecía que estaba en el Rocío de acampada, sin nervios, pensando en todo menos en la actuación y relajado, casi desconectado de lo que estaba pasando.
Tanto era así que antes de empezar, me alejé de donde estaba para repasar, calentar un poco la voz, no sé. Comencé a pensar que quizá después de hablar tanto tiempo en voz baja, no proyectaría, o que el cuerpo tan frio, no respondería o que alguna frase se me iría. No sé me entraron, no los nervios normales antes de salir, sino miedos sin sentidos.
Me ha gustado mucho esta entrada.
ResponderEliminar