Después de un sábado regularcillo, por lo que me dijo el director, no me presentaba ante la zarzuela con mucho ánimo, estaba más bien desinflado, pero como me dije a mi mismo y le hice ver a David antes de salir de casa, haría un esfuerzo y lo daría todo.
Su última indicación, o sea, la del día del estreno, era que no me quedara quieto, que hiciera cosas, pues hoy las iba a hacer, respetaría claramente todo lo marcado, pero no me iba a relajar, quedarme quieto o estar en segundo plano, como nos decían siempre, al contrario. Como no me vigilaran hoy acababa en lo alto del director de orquesta.Además, como sabéis y siempre digo, cuando algo se acaba como que ya tengo la cabeza en lo siguiente, en que ya es el final y no hago mucho caso o no doy lo que debo dar. Pero esta vez me lo planteé desde otro punto de vista. Me dije:
"Llevas mucho tiempo ensayando esto, es el segundo día que actúas, no lo veas como : Salgo hago y adiós, míralo como: Es la última vez que lo hago, y voy aprovechar cada segundo, cada gesto, cada salida, cada mínima actuación. Vívela como una gran despedida, como un homenaje a ese momento y repito vívelo".
Y eso hice o al menos lo intenté.
Me levanté de mi sofá, donde estaba relajadamente tumbado, una hora antes que el día del estreno, pues hoy se actuaba a las 19 horas, y no a las 20 horas, así que sobre las 17:44h, en pie.
Lo tenía todo preparado, pero al subir a mi cuarto de baño este estaba ocupado, y como no iba a esperar, me maquillé en el baño de mis padres.
Lo hice rápido y sin problemas, pero en ese baño me cuesta más atinar con la luz.
Maquillado, vestido y con la mochila a cuesta, tras decir adiós y que mi madre me deseara suerte, me fui para el teatro.
Charlas por WhatsApp con José, oír música y comprar mi dulcetito en Aparicio fueron mis acompañantes del camino, bueno eso y hacerme fotos.
Por cierto, dos incisos para la Confitería Aparicio, hoy no tenía especialmente ganas de merendar, era muy temprano y había almorzado bien, pero las costumbres no se deben perder y siempre es bueno ir con azuquita al teatro.
Y Raquel, una de las compañeras del "trio patito feo" me dijo que dónde estaba esa confitería pues yo siempre escribía sobre ella y un día le gustaría visitarla. Si llega a decírmelo antes le hubiera llevado un dulcecito.
Mi camino hacía el teatro fue el del encuentro con los compañeros.
La verdad, que entre los WhatsApp, hacerme fotos para Instagram y colgarlas, se me estaba yendo el paseo y casi no había oído música, y ese era uno de los momentos cumbre de los trayectos al Cervantes, así que, decidí dar un paseo más largo y entrar de nuevo por la calle Gómez Pallete, para ver el lateral del teatro y oír un poquito más de música, ese último momento había que aprovecharlo.
Pero en plena plaza de la Merced me encontré a Juan Carlos, debía irme con él, era lo lógico, irnos juntos, pero no me apetecía, así que con una vaga y casi inexistente excusa, decliné ir acompañado y me fui solo.
Cuando iba a entrar, me encontré, en la puerta de la sala camerino a Candela con su chico, muy acaramelados, y bromeé con ellos. Esta me presentó a su chico de una manera muy cariñosa, es que tanto ella como Raquel, son maravillosas y mi primer apoyo en este proyecto. Le dijo: " Ay este es Lolo, del que tanto te hablo y con el que hemos hecho el grupo, los que no nos separamos nunca".
Y una vez dentro, mientras me vestía, Miguel Guardiola el Rubio, me dijo que me había visto por la plaza de la Merced y les dijo a sus acompañantes que yo era uno de sus compañeros.
Veis como me encontraba con todos.No llegué tarde, pero tampoco para perder el tiempo eran las 18:20 aprox., así que solté mis cosas, cogí mi vestuario, me vestí, me arreglé frente al espejo, me hice algunas fotos con los compis y para el teatro.
Ahm por cierto dos cosas más, Una, cuando la jefa de vestuario vino a vernos y retocarnos, yo le dije que me pusiera bien la trabilla del pantalón porque el día del estreno se me caía, me lo miró y me dijo que no era necesario que estaba perfecta, bueno, os haré un poco de spoiler, después en escena se me volvió a caer.
Y dos, a todo el mundo le conté lo de la indicación del director, porque realmente ese día me sentía pequeñito, pequeñito, pues era el único que lo había hecho mal.
Antonio nos abrió la puerta de la entrada de los músicos, entramos por el foso, subimos la escalera estrecha, de suelo, baranda, techo y paredes blancas y llegamos al hall de los artistas. Comenzaba la función, pero a la vez acababa la aventura zarzuela.
Yo esperaba que Javi, me repitiera la indicación del director o al menos me la aclarara, pero no me dijo nada. No sé...
Domingo 1 de octubre de 2023.
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