Estaba esperando tras la carra y pensando:" Ay que nervioso estoy, ya mismo empezamos, pero nadie dice nada, así que no empezamos, ofú a ver si empezamos ya y acaba la espera...". De pronto nos han dicho "atención" yo he subido a la carra a mi posición, y ya no han dicho nada más. He empezado a oír música, pensé que la orquesta estaba calentando, pero de pronto veo que sube el telón, he odio un " dentro", he abierto la puerta inconscientemente y he entrado a escena.
Lo he hecho en el momento exacto y casi como un autómata porque no me estaba enterando absolutamente de nada.
¡¡¡¡ La zarzuela ya estaba en marcha, ya había empezado!!! Y ¿ Por qué nadie había avisado que íbamos a empezar? Lo bueno de esto es que me ahorré los últimos nervios, los de justo antes de salir que son los peores.
Empecé a salir de escena, en el momento marcado, pero fue saliendo cuando caí en la cuenta de que me iba antes de tiempo. Me había liado, tal cual, no sé por qué pero me lie, ya no podía hacer nada y seguí.
No os lo he contado pero ese fue nuestro primer ensayo con orquesta, por fin, se acababa el piano y comenzaba la música guay. Pero debo confesaros que esperaba más nudo en el estomago y más como vibrar todo con la potencia de la música en directo, pero se oía flojito.
Ya no había vuelta atrás, ahora sí estábamos en serio y por ello llegué al ensayo muy nervioso, pero mucho, sentí nervios y hasta un poco de ansiedad al saber que ya no podíamos parar e íbamos muy en serio.
El día de los nervios, de la orquesta pero sobre todo ese ensayo fue el día del elenco de actores, de mis compañeros.
Por ejemplo ese día, bajé al escenario, con Rosa y Lola a las cual hice una sesión de fotos en el decorado, luego Rosa con mucho mimo a mí, fue el día de compartir el abanico con Norberto, el de reunirnos en los palcos para ver las partes donde no salimos.
Es cierto que estábamos muy calladitos y muy buenos, Lola, Asun y yo, pero fue llegar David y ya empezó un cachondeo que nos duró toda la tarde.
De hecho al llegar, las chicas habían ocupado el camerino que yo había usado junto al Rubio el día anterior, y está salió a disculparse y decirme que lo habían ocupado ellas por mayor comodidad y privacidad. Le dije que no pasaba nada, ni lo más mínimo.
Es más, entré a echarles una "bronca" de broma y con cariño que acabó con Asun diciéndome que a mí me dejaba cambiarme allí y que me admiraba ( le salió sin querer pero lo dijo je,je,je).
De hecho en estas fotos se puede ver la cara de felicidad y buen rollo reinante. Ya éramos muchos en la zarzuela y nosotros hicimos nuestro propio micro mundo, con nuestros códigos y lenguaje. Por cierto, no me puedo olvidar las imitaciones de Rosa, está loca, me encanta.
Eso sí a las niñas no las dejaban bajar de las carras y yo las echaba mucho de menos, eran mis 2 partes del trio calavera.
Tampoco me puedo olvidar hoy de mis dos beatas. La más pequeña es toda responsabilidad y conocimiento, la alta sonrisa, aunque hoy la pobre me ha dado mucha cosilla porque al salir y mientras actuaban han oído una indicación del maestro y ella pensaba que era por su culpa. ¡¡¡ Qué ganas de darle un abrazo fuerte!!!
De las cosas que más nervios me provocan en la zarzuela son la escena de El canto del ruiseñor, donde estamos totalmente expuestos y el interludio donde pasamos mucho tiempo en la boca del escenario quietos.
Con el ruiseñor no he tenido ningún problema, para el primer congelado, que también tiene esta escena, busqué una posición que me diera algo de seguridad y lo conseguí. Después me he dejado llevar por la canción, su letra, la situación y por el momento. He disfrutado como un auténtico enano en ese escenario. Me sentía que vivía la situación y lo demás no me preocupaba.
En cuanto al interludio, se ha repetido dos veces. Eso me ha hecho no ver la realidad, pero si me ha dado mucha seguridad. Al final no era para tanto, lo he hecho muy bien. La segunda, ya muy seguro, me dejé llevar tanto que me equivoqué en un paso del baile, pero nadie dijo nada.
Y si no llega a ser por los chicos del coro, no entro a tiempo en la escena de la boda, pues entre la oscuridad, los comentarios del coro y el jaleo de los técnicos tras el cambio de carras, no se oía absolutamente nada la indicación del regidor y gracias a que los chicos del coro avisaron, entramos a tiempo, sino estamos aún allí esperando.
Hoy todo ha sido un regalo, un apreciar cada instante, un fotografiar en la mente momentos para recordarlos, un sentirme arropado, tan bonito todo que he salido del teatro Cervantes con la adrenalina a tope, ahora a ver quién me acuesta a mí.
Lunes 25 septiembre del 2023.
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