lunes, 27 de octubre de 2014

JUEVES DE INFARTO.


Si el ensayo del miércoles 22 de octubre de 2014, me dejó un poco desanimado, lo del jueves 23 de octubre fue aun peor.
Fue un día de infarto, después de un estupendo y entrañable encuentro, con mi amiga y compañera, Sarita, que está haciendo los madriles y aunque sea en cosas muy pequeñitas, no para de moverse y con mi Manu, ese soldadito español, me dispuse a dar clase a mis niños.
Tras eso, un nuevo ensayo en Campanillas del Teatro Bus, y este si que fue duro, hicimos un pase y medio completo, con ropa y teniendo en cuenta, los micros, movimientos e indicaciones de Cachito, fue un buen ensayo, duro, pero útil y necesario.
Y de ahí, como un rayo, de nuevo, al hotel La Posada, para la primera lectura de un nuevo proyecto de Eduardo, del que no puedo contar nada.
Todo esto que cuento, transcurrió sin parar desde la 13 hasta las 22 de la noche, con lo cual imaginaros lo cansado que estaba.
Durante el ensayo en el hotel, a penas, hablé con mis compañeros, me tuve que sentar en el suelo, mientras los  otros leían, es que  no podía más y mi voz era de ultratumba.
La verdad que son muchos ensayos, muchos días de ensayo y siempre ensayando lo mismo, tengo ganas de poner las cosas ya en pie de ACTUAR.

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