Es viernes, 8 de abril de 2016, y voy de camino al casting en la Finca de la Concepción.
Tengo calor. Voy en
el autobús.
Esto no parece que esté muy lejos. El chofer me ha dicho que
me baje en la última parada y que tras
diez minutos paseando llego.
Voy muy bien de
tiempo, por tanto, el cómo llegar no es algo que me preocupe.
Lo malo... He seguido el plan de mi ídolo, Madonna.
Alan Parker no la
veia, por su look y su fama como Evita Perón. Entonces ella apareció a la
entrevista con el director, vestida de
la época e incluso hizo un video con ese
look para que el director la viera más en
el papel.
Pues yo he copiado su
estrategia y voy vestido, estilo traje,
no muy antiguo, más informal que a principios del siglo pasado, pero si con un
look en el que parezco un señor. Hasta
un poco de base de maquillaje llevo.
Por cierto a Madonna
he oído mientras me duchaba y me vestía, con lo cual vengo animado.
Pero ahora entre el calor y que todo el mundo va vestido de
verano... El vestuario no me está ayudando nada porque me siento como cuando en mis
años mozos iba a las entrevistas de contable.
Hortera, desganado y
cortado y ahora me estoy empezando a sentir así, pero debo cambiar el chip, qué voy a actuar y
de señorito.
Voy temprano,
demasiado, ahora repasare el texto bien,
que por el camino me he liado.Bueno pues eso, que voy como en el chiste, como la canela en rama, o sea, seguro y elegante.
Voy con la batalla ganada, solo espero no volver, también,
como en el chiste, molido, o sea, desarmado y sin trabajo.
No veas la guaSSa del chofer, un paseito dice.
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