Pues así volví de la entrevista o casting, aun más florecido
de lo que me fui, o sea, con la batalla ganada, aun más seguro, con una extraña sensación de felicidad y
mariposas en el estomago que me acompañó toda la tarde/noche.
Tarde/ noche que no pude rematar mejor, viendo una exposición fotográfica sobre Madonna y a dos grandes del teatro, Nora y el mejor
actor del mundo, Steven, en su pieza Palabras
encadenas, donde mi emoción y ganas de sentirme y ser actor estaban aun más
a flor de piel. Todo eso acompañado de la mejor compañía posible mi madre.
Bueno pues como os decía el casting no empezó bien, esperé
unos diez minutos en la puerta de la Finca hasta que llamé a Rebeca, la amiga,
compañera y ex compi de la ESAD, que me buscó el casting y la veo que sale de
la sala del cartel de “privado” donde yo
me había colado y de pronto veo que la señora
que me “invitó” a salir, a la que le corté el almuerzo, era como yo no
quería la señora que me entrevistaba…
Bueno tras una conversación un pelín extraña, donde yo me
sentía un pelín incomodo y tenso, hice la prueba…
Esperaba hacerla en
el jardín pero al final la hice en la taquilla, tampoco había planteado mucho
movimiento, lo que más había preparado y más quería lucir era el acento, que
era lo que más hincapié me pusieron al llamarme para el casting.
Me volví de espalda a ellos y al volverme ninguno me estaba
mirando, pero empecé a hablar y todos empezaron a mirarme y sonreír, los notaba
satisfechos.
Yo estaba tranquilísimo, cada entonación, acento, palabras
que había cambiado para acercarla al vasco, me fueron saliendo todas y cada una
de ellas.
Me sentía muy bien, porque nor-
malmente cuando preparo algo
yo solo, la primera vez que lo pongo ante un público, me siento nervioso y lo
corto, pero esta vez lo lucí todo.
Al final se me olvidaron dos frases y por más que las
pensaba no me salían pero como no había un mínimo paré el casting y dije: “ya”.
Todos empezaron a aplaudir con muchas ganas y durante un
rato, esto me hizo ver que el casting estaba pasado y me habían cogido.
Tras hablar sobre condiciones, organizar agendas, textos y
demás, la chica del almuerzo, Soraya, la jefa, estuvo muy simpática conmigo y
estuvimos hablando un rato.
Después tuve el placer y el honor, de realizar un paseo por
la Finca, junto a Rebeca, que bien lo pasé, desconecté al cien por cien, qué tranquilidad,
qué maravilla pasear por allí.
Por cierto, Rebeca me dijo: “En cuanto has empezado le he dicho a Pedro, ostra, habla con acento vasco, esta Semana Santa, he estado con
amigos de Juanpe, vascos y hablaban como él.”
Viniendo de Rebeca es una alegría.
Bueno el otro chico que también actuará con nosotros, que es
también guía del jardín, me decía que
era muy bueno.
De vuelta me vine en coche con Rebeca e iba feliz,
agradecido a ella y muy contento porque el verano allí, va a estar
impresionante, deambulando por allí, en las noches de verano.
Por cierto, como curiosidad, Soraya me dijo que esa misma
ropa me serviría para el personaje.
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