Cuando se cumplen 800
años de la muerte de Cervantes, os escribo esta entrada.
Ya sé que lo que se cumplen son 400 años, pero he tardado
tanto en hacerla que un poco más y se
celebran los 800.
He escrito esto hoy, miércoles 11 de mayo del 2016, porque tengo tiempo y
porque hoy me he enterado de que vuelve Teatro
Bus, será el próximo día 17 de mayo
en San Pedro Alcántara.
El día 22 del mes pasado, concluimos, Juan Luna y un servidor,
la semana de Teatro Bus que
realizamos para un colegio de
Campanillas.
Pero cuál fue mi sorpresa, cuando caí en la cuenta de que el 22 de abril, media España y casi en todo el mundo se celebraban actos conmemorativos
por el cuarto centenario de la muerte del escritor español más importante de todos los
tiempos y nosotros, ese día, trabajábamos
en el Viaje del Quijote.
Para mí fue un día muy especial y un honor, estar trabajando personajes y una obra de
dicho autor.
Si soy sincero, nunca he sido un amante de la lectura, por
tanto, Cervantes nunca ha sido, ni mucho menos, uno de mis ídolos.
Pero debido al año Cervantino he trabajado mucho El Quijote y para mi monologo sobre
Cervantes, he tenido que leer obras de él, ahondar en su biografía, saber cosas
de él, curiosidades, toda esa información y el hacer de este personaje universal me ha hecho
cogerle un “cariño” especial.
Por todo ello, tener el honor de estar trabajando el
personaje de Sancho ese día tan especial, fue muy emocionante.
Ese era nuestro último día, esa noche comenzaba nuestro
esperado Festival de Cine de Málaga, por todo ello, iba contento. Pero es que
ese día iba a trabajar como un niño chico, sentía ganas, emoción, ilusión y
esas mariposas que sentías cuando chico y comenzaba la feria. Eran ganas de pasarlo bien.
Además ese día especial, Juan decidió maquillarse y mientras
él lo hacía en un baño, yo iba y venía al baño para hablar con él, al bus para
hablar con Diego o dentro para ensayar.
Estaba ya digo como un niño con zapatos nuevos y cuando vi
la cara enorme de Cervantes, en el bus, me quedé un rato mirando.
Pensar que ese hombre, en una cárcel escribía esa obra, que
pese a ser famoso no ganaba dinero y hoy en día tantos años después yo estaba
allí. Pensar que hace cuatrocientos años ese hombre estaba muriendo en una cama
y hoy dos actores en Málaga viven gracias a su obra, era muy fuerte.
Por eso ese día hicimos, con el permiso previo de la directora, un pase especial, porque
resumimos mucho el final de la pieza y salimos ambos personajes, Sancho y
Quijote, para hablar de Miguel de Cervantes
y hablar de sus obras principales, su vida o la importancia de su
persona. Pero esos niños tenían muy buenos profesores y lo sabían casi todo.
Fue un día especial y me sentí un privilegiado por estar
trabajando como actor un día tan importante para las letras y la cultura española
y ser uno de los contribuyeron ese día a
ese aniversario.
Leido.
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