El viernes 6 de mayo
del 2016, teníamos ensayo y ese día si fui, bueno si vino, porque el ensayo se
realizó, como siempre, en mi casa. O sea, que le dije a Alba que había ensayo y que viniera a casa.
El día después de la fiebre estaba hecho una rosa, pero el
viernes, estaba hecho un cardo borriquero. Tenía dolor de cabeza, de piernas y
de casi todo lo que pueda doler.
Alba llegó a las 11:45 y al abrir la puerta, me la encontré
con los brazos en alto diciéndome: “He vuelto a batir un record”, está loca, Je,
je, je.
Rápidamente, nos dirigimos a mi salita y comenzamos el
ensayo.
Yo tenía algunas ideas en cuanto a los bailes y en cuanto a
como realizarlos, tenía nuevas ideas respecto al texto y alguna que otra cosilla más. El día anterior, tumbado, las había pensado y había informado a Alba. El viernes, ella, me preguntó por dichas
novedades, se las expuse y le gustaron, por tanto, para adelante como los de
Alicante.
Le hice algunas cosas físicas, como muestra, pero me asfixiaba y Alba me
pidió que me sentara.
Hicimos un repaso con ciertos reojos al texto. Luego
hicimos otro pase entero de texto, sin mirar nada. Ole que monstruos somos. Es más Alba se inventó un
chiste nuevo que pusimos en práctica.
Buena ente en verdad.
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