Hoy martes 10 de mayo del 2016 estoy desayunando en la Cafetería Siglo XX. La elegí al azar y según me comenta Alba es la cafetería de la
familia Fajardo, si es que nos seguimos los pasos esa familia y yo.
Aquí estoy sentado, esperando mi desa-
yuno y esperando a mi
Alba para volvernos a Málaga en el coche de su familia.
La espero junto a mi clavel rojo. Ayer fue la primera vez en mi vida que me regalaban flores y fue por supuesto, ¿Quién
si no? Susana Fajardo, como no, la mamá de Alba que ayer me presentaba a todo
el mundo como : “su hijo pequeño”. Cuanto sabe esta mujer y cuanto se aprende a
su lado.
Bueno, pues mi clavel está aquí vivito y coleando, que para eso pasó
ayer toda la noche en el hostal, metido en agua.
La noche post La Lola,
no fue nada mal, no paraban de llegarnos felicita-ciones por todas partes. Los
aplausos, tras la función, fueron tremendos y retumbaban en la sala puesto que
no paraban.
Yo tras la actuación me cambié rápidamente de ropa, pero nos
seguimos quedando en El Zarcillo, lugar
de la actuación, pues bien, los asistentes a la pieza, nos saludaban
y nos felicitaban, nos hacían comentarios de la actuación y de música
de fondo… Lola Flores. ¿ Se puede pedir más?
Álvaro, el dueño del
Zarcillo que hasta ese momento nos había tratado perfe-
ctamente pues, tras
la actuación no lo fue mucho menos porque nos puso un pedazo de cena, suculenta,
bien hecha, de calidad y preparada
expresamente para nosotros. GRACIAS POR TODO.
Pero lo mejor que Álvaro, nos dejó esa noche fue a la otra
Lola, la dejó en nuestra mesa y yo lo disfruté al máximo.
Fuera de bromas, no
nos la dejó. La otra Lola de la noche, no es otra que la madre de Álvaro, que
es amiga de Susana, madre de Alba, y se sentó con nosotros. Que mujer más ingeniosa, divertida, graciosa,
abierta, amable, artista, viéndola me preguntaba: ¿Donde está la malafollá granadina?
Esta mujer era la Lina Morgan andaluza. Siempre lo he dicho
monologista como Carmina, la madre de Paco León, en Andalucía hay mil y una.
Por cierto, esta noche he soñado con Paco León…
No sé ni cómo soñé, porque apenas dormí. El hostal era propio de mi serie favorita Cuéntame,
aunque los ácaros de las mantas y cortinas eran del año del nacimiento de la mismísima
Doña Herminia. Destacar que el hombre de la puerta, tampoco es que fuera Míster Simpatía.
Y aunque me costó muchísimo dormir, por la mañana me dormí
como un lirón y no dormí solo, por todo GRACIAS ALBA.
El viaje de vuelta, tranquilo, muy corto, descansando pero
bajo una lluvia torrencial.
Eso sí antes de irnos, Motril me ha hecho un gran regalo,
pero muy corto. Y fue el conocer a Don
Manuel Fajardo, abuelo de Alba, dedicado toda su vida al teatro, en Madrid y en toda
España. Este hombre es una enciclopedia viviente del teatro español, cuantas historias y conocimientos, pero solo he hablado con él
tres minutos, una pena.
Eres un romantico y me encantas....disfruta...
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