Y llegó el sábado 14 de mayo del 2016, día que yo tenía
muchas ganas de que llegara para actuar y disfrutar con una pieza sencilla, que no conllevaba mucha tensión, ni
presión, con un elenco divertido y en la Noche
en Blanco.
Tras todo eso, María Ángeles y yo, nos fuimos en su coche al cementerio.
Llegamos y no entré con muy buen pie y nunca mejor dicho, porque evitando los problemas de las largas colas que se esperaban, esa noche, en los baños del cementerio hice un pipí furtivo, cuyo resultado fue , una bota entera metida en un charco de barro.
Mis primeros minutos allí los pasé, quitán-
dome, con toallitas, el barro de la bota y ayudando a unos compa-
ñeros, bueno más bien oyéndolos, porque habían tenido un malentendido.
Tras hablar con ellos y animarlos, me di un paseo relajante por el
cementerio, al atardecer, viendo la tumba de los Heredia y los Loring y de ahí
a la capilla-camerino a maquillarme.
Como ya os dije, quería asentar bien mi maquillaje, así que, llevando mi propia pintura, barras, esponjas y demás, me dispuse, relajado y con tiempo a realizarme el maquillaje.
En vez de maquillarme en la "sala-camerino", con todos mis compañeros, lo hice solo, en un altar de una Dolorosa y junto a la tumba de Amalia Heredia, Doña Amalia para Luisa.
Es verdad, como decía Luisa, este nuevo maquillaje me hacía cara de bueno. Pero estaba mejor acabado que el día anterior. No se veía la piel. Me maquillé toda la cabeza entera, estaban los colores más marcados y yo me sentía más a gusto.
Hubo quien dijo que daba miedo u otros como Ana Luz, que era un demonio guapo.
Después me vestí con tiempo más que suficiente y a actuar y realizar el
primer pase. Como no iba de director, sino solo de actor, estaba muy relajado y con ganas de pasarlo bien, porque el montaje no dependía de mi, solo lo era mi actuación y esa estaba bien controlada.
Que bien te queda el peliquin, yo lo mismo me pinto un dia de esto otro.
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