Eso decía el gran Fernando Fernan Gómez, que en la profesión de actor lo único que él hacía era esperar, especialmente en el cine, que en el cine, le pagaban por esperar.
Pues eso se puede decir que fue lo que yo hice ayer, jueves 24 de noviem-
bre del 2016, durante la representación de El trono, en el Kipfer: esperar, esperar y esperar.
Una hora y media esperamos ayer. Esta vez la actuación se había programado una hora más tarde, a las 21:30, pero nosotros llevábamos en la sala desde las 20:00 h.
Previo, al previo de la actuación, estuve viendo el encendido de las luces navideñas del centro de Málaga con mis padres y dos amigos de ellos y debo decir que fue un momento de desconexión que me vino francamente muy bien, lo necesitaba, me reí y disfruté.
Se me presenta un diciembre muy parado pero... quiero llenarlo de momentos como estos.
Lo dicho, tras las luces me fui para el Kipfer y por el camino me encuentré al director, a Nachete, y nos fuimos conversando.
Cuando llegamos al Kipfer, charlamos y realizamos un primer ensayo, donde practiqué los matices y entonaciones creadas días antes y donde vi a Nacho, mirar con alegría e ilusión, vaya, ya, estaba en Málaga y ya había dejado de ser un actor transparnte.
Tras eso: espera, espera y más espera. De nuevo entraba y salía del pub, hablaba con unos y con otros, pero sobre todo estaba, solo, al final de pub,quería pensar.
Por cierto, como digo en la entrada anterior, en una hora y en menos de 10 metros hablé con Maríti, Luisa Ceja, Luis Centeno, Nacho Albert, Carmen Escalante, Martín, Pedro Okaña, Steven Lance y Nora Aguirre, todos artistas, de nuevo me sentí arropado y digo, de nuevo, Steven me mimó mucho y muy bien.
Entré al baño, me maquillé, me hice fotos, me senté, hablé por WhatsApp, ensayé, esperé y así hasta la hora del show, ayer solo nos retrasamos siete minutos.
Y empezamos, en un plis se preparó todo, en un plis llegó mi turno, en un plis se hizo y en un plis se acabó.
Así fue todo, rápido y fluido, pero esta vez no falló nada, el público entró rápido y bien, lo cual me ayudó mucho, tuvimos nuestros aplausos finales y hubo muchas felicitaciones, yo me sentí a gusto, contento, feliz y las risas, las carcajadas, los comentarios cómplices y la interactuación público- actor fue tremenda.
Yo me sentí muy satisfecho, feliz y contento pero muy apenado porque era corto y era la última vez.
"Qué transgresora, qué valiente, qué divertida, muy corta, muy ligera" fueron algunos de los comentarios que oimos tras la actuación.
Después a casa charlando con Nacho por las calles, mojadas por la lluvia.
Nachoooo espero trabajar pronto y de nuevo contigo creo que hacemos un buen equipo.
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