viernes, 14 de febrero de 2020

DOMINGO TEATRAL Y SIN DESCANSAR I.


Los ensayos de Eventos con historia suelen ser muy anarquicos en muchos sentidos y uno de ellos es el horario, no hay un ferreo control sobre el mismo y como siempre somos el ciento y la madre, pues hay unos que llegan antes, otros después y no pasa nada. Yo soy siempre de los de “despues”, supongo que no os sorprende, ¿verdad?, pero el pasado domingo 9 de febrero del 2020, era el primer ensayo del Auto de la fe que se celebraba por la mañana, de 11 a 13 horas, y yo no quería llegar tarde, pues me parecía una falta de respeto hacerlo, cuando seguro que algunos de mis compañeros se habían pegado un madrugón para llegar.

Por eso me desperté súper pronto, pero como siempre, calculé mal los tiempos, me levanté más atrasado de lo previsto, me entretuve y al final tuve que correr, llegando a la cita a las 11:08, me sentía tan mal que entré de tapadillo, o sea, me senté en las últimas filas y sin saludar, con ello intentaba no hacer tan evidente mi llegada, de modo que cuando se percataran en mí, nadie supiera si llevaba ya allí, un minuto, diez o media hora.

La vergüenza fue mayor cuando vi que  mis compañeros, Juanjo y Angel ya estaban sobre el escenario. Sobre el escenario del Centro de ciudadanos Antonio Sánchez en Nueva Málaga donde ensayamos una vez más, pero bueno no fui el último en llegar, pues hubo compañeros que llegaron después y sin prisas, además lo de que ya habia empezado el ensayo era una falsa alarma puesto que cuando estábamos todos, Edu hizo su discurso de saludo y bienvenida.

De nuevo, esa charla, fue una gran regañina y creo que esta fue de las mayores que he visto, de hecho no abrí la boca y le pedí más de una vez a mi Luisa que también lo hiciera para que no le regañaran. Como es tradición tras la charla se inició el ensayo.

Angel leyó su texto, Juanjo dijo su parte donde fue interrumpido varias veces y luego salió Luismi y al rato yo, antes de mi salida nos explicaron un cambio de posiciones por exigencias del lugar de actuación. A mi eso me descolocó, bueno siempre suele hacerlo y parece ser que esta vez lo hizo más que nunca.

No creo que mi descoloque fuera por el cambio de posiciones, ni porque el ensayo era por la mañana, creo que fue porque directamente se me fue la olla como nunca o porque hice un mal estudio del texto.

Veréis, llevo ahora mismo  4 proyectos y 4 textos a la vez, cada día busco un momento para repasarlos todos al completo, puesto que ya me los sé. De todos el del Auto de la fe, es el más breve, el que me sé mejor y el que controlo más, por ello siempre lo repaso de corrido, muy rápido y sin darle mucha importancia . Pero está claro que en el teatro nunca se puede ir sobre seguro, por ejemplo, el domingo salí con tanta seguridad y tanto control, tan dispuesto a disfrutar del personaje que fue pisar el escenario  y hacerme con el texto el lío más grande que me he hecho jamás en mi vida.

Claro al sabermelo de corrido no tuve en cuenta las intervenciones de mi compi, este que tampoco las tenía muy claras, no me cortó y esto hizo que yo saliera y le soltara tres frases de una vez, y luego cuando Luismi hablaba, nada de lo que él decía cuadraba con lo mío. Así que me hice un lío y grande. Es más tuve que parar y pedirle consejos a Juanjo que llevaba el libreto. Tras eso pedí volver a empezar, pero volví a equivocarme y de nuevo empecé y otra vez fallé y por tercera vez tuve que reiniciar.

¡¡¡Vamos un auténtico desastre‼! De hecho Ana me dijo horas después que estaba pensando : “¿Qué le pasa hoy a Lolo?” Pero el que no lo sabía era yo. Supongo que fue eso, el estudiar de corrido y salir muy seguro.

Luego lo disimulé más, pero volví a equivocarme tres o cuatro veces. Al final me equivoqué a la hora de nombrar a mi compañero para risa del personal y muchas veces, antes de presentar una virtud, tenía que mirar el texto de Juanjo pues no sabía cuál tocaba. Estaba para comerme o para matarme.

Mira que tenia ganas de ir a ese ensayo, puesto que pensaba que se iba a poner en práctica todo lo montado en el anterior y también pensaba que todos irían con ganas de demostrar lo aprendido, el primero yo, pero nada de eso.

Después de mi caos mental, el nivel del ensayo siguió por esos derroteros, pues hubo nuevas propuestas de cambios, preguntas y dudas sobre movimientos, protestas porque no gustaba lo que yo había montado, inseguridades, repeticiones. Hasta se tuvo que marcar movimientos básicos. Solo decir que cada frase que decía un personaje conllevaba casi dos o tres minutos antes y después de esta para que todo el mundo opinara sobre lo que se había hecho. Vamos fue un ensayo eterno, se hacía cansado estar ahí tanto rato, tirando de algo que es fácil, vivo y corto pero que se estaba haciendo eterno. Si es cierto que hubo compañeras que hicieron lo que les marqué la semana pasada o lo intentaron y estas me llenaron de orgullo.  Otras como Maria José, Inma, Ana Luz y Ana Mate me dejaron con la boca abierta.

Al acabar mi parte, de nuevo me escabullí del bullicio pues me daba vergüenza lo que había hecho, que mal estuve. De hecho me senté con Zumaquero, esperando de él, que es tan sincero, una buena bronca, pero pienso que fue bueno y por cariño no habló del tema. Yo solo esperaba el momento de hacer otro pase, pero la gente se tenía que ir y no se hizo nada más.

Pese a mi triste actuación, Ana Luz volvió a piropear mi trabajo, diciendo que mi personaje era como un gato, muy sutil en su maldad, y que mis ojos, mis sonrisas y mis gestos, como Lucifer, realmente daban miedo.

Una vez más pedí fotos a Julio, este se lo dijo a Adri y nos hizo casi 70. ¡¡Qué guay‼Gracias a los dos. Me gusta tanto el tema foto que al final de esta entrada os muestro algunas chulas.

Sobre la 13:15 el ensayo acabó y todos se fueron a disfrutar del domingo, menos yo que me quedaban aún dos ensayos más en ese domingo teatral y sin descanso.









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