MATIZANDO FRENTE A UNA PARED DEL "LABERINTO".

Acaba de dejarme Javi en la glorieta del Centro Comercial Rosaleda y voy caminando para casa, tenía todas las emociones y sensaciones del ensayo de Laberinto de hoy, sábado 8 de febrero del 2020, perfectamente claras y ordenadas en mi cabeza, pero me he puesto a pensar en otras cosas, he respondido a WhatsApp que tenía pendientes y se me ha desordenado todo un poco. ¡¡Debería haber empezado a escribir esto antes y me hubiera salido más claro!!!. Ofú. Bueno ahora a ver que sale.

Hemos ensayado, de nuevo, en un lugar poco habitual, la sala era impresionante, ya quisiera yo disponer en Málaga de una sala así. Uno que ensaya en casas particulares, en salones de casas hermandades, en azoteas y muchas veces, pero muchas, en la calle o sobre todo en parques publicos, ensayar en esa sala enorme, sóla para nosotros, con miles de sillas, con unos suelos de madera perfectos, con unas paredes blancas y grandes ventanales con unas vistas a un jardín y al mar era un lujo. 

Ese lugar idílico estaba en la sala de exposiciones que hay en el sótano del  Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso en Torremolinos. Lo dicho, era un lugar impresionante pero como Paco nos tiene mal acostumbrados, pues ensayamos en esos escenarios con esos patios de butacas, donde cuando miras al frente lo imaginás  lleno de gente y oyes tu voz retumbar.

Esta mañana ha sido diferente  pues cuando hablabas “al público”, lo hacías para una pared blanca, es más creo que casi toda mi actuación la he hecho para un pequeño descochon que había. Además cuando te tocaba frente a la ventana era difícil no distraerte mirando.  La luz que entraba, aunque era preciosa, cuando pasabas de estar frente a la ventana y volvías a mirar a tu compañero, estabas tan deslumbrado que no veías nada. La voz hacía eco y hubo partes de mi compi que no escuché bien y creo que a él le pasaría igual conmigo. Las suelas de plástico de mis zapatos rechinaban en el suelo de madera y las mesas eran excesivamente altas. 

Vaya parece que todo esto son quejas ¿no? Que la sala no era tan maravillosa, pues nada de eso, porque repito que ya quisiera yo disponer siempre de una sala así. Lo que pasa es que todo ha sido distinto.

Pero ese cambio nos ha hecho bien, pues nos ha servido para no acomodarnos y adaptarnos al sitio. Eso es algo muy necesario en un futuro cuando actuemos en diferentes lugares. Además al ser en plano, o sea, al estar en una habitación real y no en un escenario, se ha llegado a un matiz muy bonito, parecía más cine que teatro  y estaba más natural. 

La primera escena ha sido despedida, una vez más con aplausos por parte de nuestro director, pero esta vez yo no he cortado la actuación, pues no los consideraba justos, creo no habíamos hecho nada grande.

La pieza comenzó lentita, a mi me costó meterme, pese a que hice cosas que tenía previstas no me sentía dentro, creo que en la última parte la escena pilló un punto precioso y muy real, pero antes no, así que no fue un aplauso merecido. De hecho nos paró dos veces, una para abrir la escena y otra para relentizarme un desplazamiento.

En cambio, ní la escena dos, ní la tres se despidieron con aplausos, y creo que han estado como nunca. Han tenido unos matices, unas formas  y un  ritmo que no habían tenido hasta ahora.

La semana pasada vi la película La enfermedad del domingo, sólo dos actrices en un lugar cerrado. Dos actrices con premios por dicho trabajo. Esa película me sirvió como masterclass, pues intenté analizar lo naturales que eran y como se comportaban. Quería ver como era su  trabajo, para seguir su ejemplo y hoy lo he intentado.

Cómo ya no pienso en el texto, he luchado por no ser Lolo, pero tampoco actuar, sino dejarme llevar  por la situación y dejar fluir al personaje. No programar nada. Quizá a nivel corporal he notado muecas, gestos o posturas muy irreales, a veces muy  estatico o inexpresivo, pero creo que a nivel vocal he estado como nunca, salían matices que yo mismo no me reconocía en ellos, pero sonaban maravillosos, creo que hoy no he actuado sino que he dejado al personaje que viva y fluya solo.

Ha habido momentos donde estaba cansado y me quería marchar y otros donde he perdido la conciencia de mí mismo, de mi vida y de mis cosas porque estaba totalmente metido en la pieza.

Además creo que sin forzar nada, mi personaje ha pasado por la curva de emociones, que en la primera reunión que hicimos, Paco me dijo que mi personaje pasaba y pienso que hoy por primera vez se ha notado esta curva, sin sobreactuacion, ni estridencias, solo con matices sutiles del texto.

Hace tiempo dije que cuando nos supiéramos el texto bien, Javi me iba a aportar mucho con sus ojos y su presencia y hoy de nuevo ha estado genial, de hecho si su monologo la semana pasada estuvo maravilloso, fue una porquería  comparado con la cosa tan bella que ha hecho hoy.

Al acabar tuve una muy buena retroalimentación de Pilar, pues fue terminar y decirme que había hecho muchos matices y que le habían encantado, por tanto, se notaron.

Pero una vez más mi monólogo no fue aplaudido, hoy lo he entendido y justificado de otra forma y creo que ya se como enfocarlo, al clímax de nuevo le ha faltado fuelle, no hemos llegado, pero el climax, climax, ha estado más cargado que nunca. Otra cosa a la que no llegaba era al final, pero hoy he probado un ejercicio que hacíamos en Expresión Corporal II. Este me ha hecho entrar en un sitio nuevo, muy curioso, al quiero investigar y trabajar porque hoy que ha sido una prueba me ha llevado a un lugar muy chulo, tampoco sé si ha notado pero yo sí.

Al final ha habido problemas de texto, se han cogido libretos y aunque no hemos llegado como se debe, ha habido una aproximación muy bonita.

En resumen, hemos acabado antes de nuestra hora habitual pero ha sido un muy buen ensayo.