lunes, 31 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: FOTOS "MÁS O MENOS" DE LA PIEZA "EL BULTO NEGRO".


Estas fotos que vienen a continuación son de la pieza El bulto negro estrenada el jueves 6 de agosto de 2020 en Campillos. Las hizo una compañera y no tienen mucha calidad, pero quiero ponerlas porque me traen muy buenos recuerdos.









 

JORNADAS CAMPILLERAS: UN VIAJE DE VUELTA Y OTRO DE IDA, AMBOS BIEN DISTINTOS.


Y el viernes 7 de agosto de 2020 nos volvíamos a reunir Álvaro y yo, en el mismo lugar de siempre, para irnos junto a María, en el coche de esta, a Campillos para el segundo día de actuación, pero esta vez no quedamos a las 17:00, sino a las 18:00, ya que la pieza que íbamos a estrenar necesitaba menos ensayos. 

En vez de comparar el viaje del viernes con el del jueves, como suelo hacer o sería lo normal, quiero comparar el viaje de ida a Campillos del viernes con la vuelta del jueves. Pues dicha vuelta fue impresionante y quiero destacar cómo pueden cambiar las cosas en poco tiempo, por ello os recomiendo aprovechad los momentos, cosa que yo no hago.

Tras el éxito de público y de lo bien que salió la pieza C´est la vie, algo totalmente inesperado, estábamos los compañeros con la adrenalina, el nivel de felicidad y la excitación a tope.

 Álvaro y yo nos volvimos a Málaga en el coche de Juan.

En ese coche íbamos tres colegas, bueno más bien tres amigos. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, es verdad que son dos personas con las que no tengo un contacto diario, ni con las que quedo frecuentemente para salir o tomar un café, pero los 3 hemos trabajado muchas veces juntos y a los 2 los quiero un montón y los considero amigos. Juan me genera siempre muy buen rollo. Entre él y yo hay un feeling especial, juntos generamos confianza, intimidad, unión, compresión, risas, tonterías y cuando estoy con Álvaro es como un miembro de la familia.

Así que, entre que me encanta viajar de noche, pero desde que era pequeño, que el trayecto lo hacía  con dos amigos, que los tres íbamos con la adrenalina a tope por el estreno y que fuimos todo el viaje cantando, bailando y oyendo canciones de Raphael, Bisbal o Chenoa de las toda la vida que te retrotraen a ferias o verbenas, pues estábamos en la gloria, y para más inri  nos íbamos contando cotilleos, intimidades, secretos, bromas. Vamos el interior de ese coche rezumaba felicidad en mayúsculas y creo que puedo denominarla como la primera y única noche de fiesta y juerga del verano del 2020.

En cambio, cuando llegué a Málaga, por cosas personales que no voy a contar porque este blog es totalmente profesional y nada personal, esa felicidad se cortó de raíz.

Gracias a Dios que todo fue una falsa alarma y de quedó en un susto, pero un susto que me acompañó a lo largo de la madrugada, de la mañana, del día, de la tarde, de la noche y por supuesto del viaje.

Fue un viaje muy ameno y profesional. Aunque íbamos tres en el coche, las conversaciones, de esos casi 45 minutos que dura el trayecto entre Málaga y Campillos, la monopolizamos Álvaro y yo, pues fuimos hablando de lo difícil que es esta profesión, de las ganas de hacer audiovisual y de los compañeros que han tenido o hemos tenido la oportunidad de tocar más profesionalmente dicho campo.

Y así entre charlas, deseos, cotilleos y una parada en una gasolinera, llegamos a Campillos.

Fui casi todo el camino hablando, eso me evitó pensar, pero el nudito en el estómago, el nervio, la tensión y preocupación fue mi fiel compañero de asiento en dicho viaje.

 

 

 

 

 

 


sábado, 29 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: TRES ENSAYOS EN RAYA, BUENO TRES O MUCHOS MÁS.


El viernes 7 de agosto del 2020, si comparamos con el día anterior, la llegada a Campillos fue totalmente distinta. Por motivos personales, mi cabeza estaba en otra parte. Mi cuerpo se fue a Campillos, pero mi cabeza se quedó en Málaga.

Como las tres mini piezas que componían el estreno de ese día, Tres en raya, estaban más que ensayadas y muy bien asentadas, la quedada fue más tarde que la del jueves. Esta vez nos citamos a las 19:00.

Aparcamos en la entrada principal del cole, no en el lateral, pero esta vez estaba cerrado. Cargado con las bolsas donde guardábamos todo el vestuario, esperamos en la puerta, ya que no podíamos entrar y no sabíamos ni cuando, ni quién nos abriría.

Eso me recordó a los momentos de espera en medio de ninguna parte que ocurre cuando viajas y que os comenté en entradas anteriores que me gustan tan poco, por tanto, la tarde no empezaba bien, y encima yo que tenía mi cabeza en otra parte.

Llamamos a Manu para ver dónde estaba y quién nos podría abrir, este nos informó que ya estaba dentro del cole y que en unos segundos nos abriría y así fue. La verdad que la espera fue muy breve, vamos casi inexistente, pero yo como tenía el día muy chungo...

Entramos al cole, María, Álvaro y yo. Como también dije anteriormente, ese día el director no estaba con nosotros, pues tenía actuación en otro lugar. Mientras caminaba para el escenario, sentí su vacío, no sé, fue una extraña sensación. Actuar, ensayar y preparar todo sin el control de un director o un "jefe, nunca lo había vivido. Por un lado, estaba la libertad, que mola y por otra el peligro de caer en el libertinaje y sobre todo la falta de protección. Si pasaba algo ¿Quién nos cubría? Eso fue lo que más noté. Los actores y actrices somos muy sensibles y necesitamos siempre esa protección o respaldo. Al menos yo.

Es cierto que, a lo largo del previo, noté en contadas o más bien en bastantes ocasiones que uno de los compis ocupaba el lugar del director, del "jefe" o del papá, pues era como el responsable y quien guiaba nuestros pasos, controlaba lo que hacíamos o nos programaba las actividades. Teníamos esa figura, aunque creo que no fue necesaria puesto que fuimos muy responsables o más bien excesivamente responsables.

Lo primero que hice nada más llegar, fue irme al comedor del cole a coger una silla y como el día anterior, a la espalda del escenario, busqué mi espacio y preparé mi vestuario y mi atrezo y de allí directamente, cuando ya llegó Juan, que fue el último en hacerlo, nos fuimos todos directos y como corderitos al comedor a ensayar.

El resto de la tarde fue eso, un constante ensayo de casi 3 horas. Cambiamos de intenciones, de fines, de objetivos, de lugar, de lo que fuera, pero la esencia de todas nuestras actividades siempre era la misma, la de ensayar.

Yo me quedo con el último, que fue el que hicimos casi a las 21:00 h. Justo una hora antes del estreno.

La noche ya estaba cayendo y se realizó sobre el escenario, con los micros, el atrezo completo, la escenografía completa, la música y parte del vestuario. Hicimos un ensayo de toda la pieza, incluyendo, montajes, desmontajes y presentaciones. Creo que no se hizo el segundo entremés.

La sensación fue preciosa, no sé ese atardecer, en ese pueblo, sobre ese escenario. He visto tantas veces en tv o en Internet a mis artistas favoritos en chándal o con ropa informal, ensayando antes de una actuación, con el escenario a medio gas, con el patio de butacas vacío, con la luz del sol, donde se ve que todo es mentira, pero que por la noche se convertirá en magia y fantasía, dándolo todo en los ensayos, pero a la vez jugando y divirtiéndose con los compañeros y está vez yo era uno de ellos. 

La verdad que era un honor estar allí y me sentía muy, pero que muy, afortunado por ello. Creo que fue el único momento de la tarde donde desconecté, de todo, dejé mi preocupación personal y disfruté del momento. Hice muchas fotos pues no quería olvidarme de nada, quería retener ese instante.

Y retuve muchos momentos, como: Lo que disfruté haciendo el profesor en el entremés  La autoescuela, como le saqué mil matices al personaje, lo disfruté un montón, creé movimientos nuevos, me sentía suelto y dentro del personaje, lástima que luego en la actuación se perdiera todo (leed la entrada siguiente), recuerdo también, que Juan me pidió que le apuntará en su guion cuales eran sus funciones durante los montajes y desmontajes y como nos reíamos apuntando, y como cuando le tocaba hacerlo, pese a tenerlo apuntado, me volvía a preguntar para "molestar" y más nos reíamos o como en pleno ensayo, vi desde el escenario a mi amigo Jorge, que venía a vernos, salir de su coche y saludarlo desde allí, como improvisó Juan en su relación con mi personaje en el ensayo de El bulto negro, de hecho creamos situaciones muy chulas que le pedí que las mantuviera durante la función pues podríamos crear algo muy divertido, o la cara de orgullo y emoción del padre de Juan mientras veía el ensayo.

Ese ensayo acabó con el tiempo justo para vestirnos, maquillarme, esta vez sí lo hice, y esperar. Ese tiempo de espera fue el que debía haber aprovechado para programar y fijar bien los cambios del personaje del maestro y que no hice, entre otras cosas porque en el ensayo había ido muy bien.


Previo a ese ensayo en el escenario hicimos dos más en el comedor.

El primero fue solo de montaje y desmontaje. El día anterior el director nos lo había marcado y había quedado muy claro. Pero esa tarde cuando lo hicimos para que la técnica de sonido, una persona maravillosa, lo conociera y supiera qué hacer en cada momento, fue un caos enorme pues nada más empezar nadie se acordaba qué movía, cuándo y cómo, ni en qué momento se hacían los cambios, las presentaciones etc.

Ahí fui yo el que puse un poco de control planificando el orden, juré que lo recordaba perfectamente del día anterior, nunca lo tuve seguro al cien por cien, pero lo dije tan serio que di el pego y convencí a los compañeros. 

Pese al buen rollo, a la diversión y el buen ambiente de trabajo reinante, yo por cosas personales como dije antes, no estaba del todo integrado y tenía un nudito en el estómago.

Después de repetir los montajes varias veces, se hizo un ensayo-repaso integro de la pieza completa, sin el segundo entremés, y antes de irnos al ensayo sobre el escenario, volvimos a repetir dos veces el entremés, El bulto negro, que no quedó muy lucido, la verdad.

Tras eso cargamos, unos más que otros, la escenografía hasta el escenario y comenzamos ese magnífico ensayo que dije antes.

Momentos antes de actuar, recuerdo a mis compis repasando y repitiendo los textos y recordando las intervenciones una y otra vez, en cambio yo estaba realmente tranquilo, controlaba todo y estaba muy bien, es más mientras esperábamos para salir a actuar yo estaba de bromas y riendo. Tanta seguridad la pagué después. (El por qué en la siguiente entrada).

 


miércoles, 26 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: CRONICAS DEL ESTRENO DE "TRES EN RAYA".


El viernes 7 de agosto del 2020, tuvo lugar en Campillos, la tercera jornada del Festival de Teatro Candilejas de Verano 2020 y ahí de nuevo estuvimos los miembros de El Terral. Esta era la tercera noche que participaba el grupo y la segunda que lo hacía yo. Para la ocasión se estrenaba la pieza Tres en raya.

Esta es una pieza sencilla que consta de tres entremeses, o piezas cortas con claros tintes humorísticos. Yo participaba en dos de ellas, la primera y la última.

Cada pieza era presentada por un miembro del equipo. La primera Manu, la segunda Juan y la tercera yo. Y entre pieza y pieza había que montar y desmontar la escenografía del entremés que se iba a representar. Por cierto, esos cambios se hacían con unas músicas muy conocidas, de las de toda la vida y que todo el mundo se sabe. Para mi fueron de los momentos más divertidos de la noche, pero fuimos tan eficaces, montando y desmontando que se me hicieron muy breves.





1.- Entrada, montaje y presentación del primer entremés:



El director se inventó una entrada muy divertida. Los actores entraríamos desde la calle, cruzaríamos el patio de butaca y llegaríamos hasta el escenario. Eso sí llevaríamos en las manos las sillas, con las que posteriormente montaríamos la escenografía.

La única premisa que nos puso el diré fue que durante la entrada armáramos todo el jaleo que nos fuera posible. Quería representar así a los típicos cómicos itinerante que van de un lugar a otro montando su chiringuito y ofreciendo su arte. De hecho, debíamos entrar un poco despistados y como si llegáramos tarde.

Como en el ensayo general, previo a la actuación, todos mis compañeros lo dieron todo y más que jaleo, aquello parecía una pelea de gallinas, hablando a voces y a la vez, intentando con ello que se les escuchara, yo decidí entrar gesticulando, pero sin hablar, no me importaba no  hacerme notar.

En cambio cuando empezó la actuación, entre la oscuridad del patio de butacas, que los micros estaban apagados y el cumplimiento de la distancia de seguridad, el efecto de la entrada no fue el esperado, puesto que el público a penas se percató de nuestra presencia. Creo que no se notó quienes éramos, ni qué hacíamos. Al final hablé, porque si no aquello no se notaba nada. El no poder jugar con el público, debido a la "nueva normalidad", hizo que todo quedara muy frio.

La presentación de Manu, fue muy breve y se me pasó en nada. El montaje, igualmente, se hizo en nada de tiempo, por ello, no lo pude disfrutar y casi sin darme cuenta empezó el primer entremés.




2.- La autoescuela:


Esta pieza era muy coral, pero a medida que la íbamos trabajando me di cuenta que mi personaje tenía mucho peso e intenté destacarlo, pero quizá, demasiado. Los nervios y el exceso de confianza y seguridad me jugaron una muy mala pasada, pero muy mala, salí de la actuación muy descolocado.

Para evitar que mi personaje se pareciera en exceso, al que iba a representar al día siguiente puesto que eran muy similares, decidí darle un nuevo enfoque.

El jueves se lo hice saber al director y este me dio el visto bueno. El profesor de una autoescuela, que era mi personaje, sería un hombre chulesco, soberbio y egocéntrico, que humilla a sus alumnos, para luego acabar siendo él, tras un ataque de ansiedad, el humillado, yterminar llorando de forma ridícula. El director me dio el visto bueno, pero en ningún momento lo ensayé, ni con él, ni con los compis y lo que es peor, no lo ensayé yo solo en casa. No por vago, sino porque por motivos personales, esa mañana, previo al viaje, no tenía ánimos para ensayar.

Fui un poco de sobrado, en mi cabeza había pensando el personaje y su curva emocional, pero no lo había ensayado, lo dejé para esa mañana y como dije antes no lo hice. En ningún momento me puse frente a un espejo para verlo, gesticularlo o fijar los movimientos con el texto. Me dejé llevar y creo que no funcionó, salió exagerado, sobre actuado, histriónico. Era un personaje muy teatralizado, donde no estaba mal sobreactuar, pero es que creo que lo sobrepasé con creces.

De hecho, vinieron unos amigos a vernos. Dos de ellos no me dijeron nada y el otro me dijo que vio un derroche de energía exagerado y era cierto, pues era la misma impresión que tuve yo, la misma, mismísima. Grité, lloré, gesticulé y me moví sin control, pues mis reacciones y movimientos los iba decidiendo en el momento. 

Todo eso se debió a mi exceso de confianza y no hacer el trabajo previamente, algo muy mal hecho la verdad, pero todo eso se acentuó mucho más a causa de los nervios.

No sé que ocurrió, pues salí a escena, muy animado, me puse tras el atril que me habían preparado. Justo al lado de este tenía una pizarra, y cuando comprobé que esta me cerraba el paso, aunque no sé realmente si fue por eso o porque mis pensamientos me jugaron una mala pasada, me puse muy nervioso.  Un movimiento muy chulo, que hice en el ensayo, no lo pude repetir porque no me podía mover, eso me agobió mucho más, me puse muy nervioso, creí en un momento que se me iba a ir el texto, que yo mismo iba a parar la pieza, o que  mis piernas me temblaban, todo debido a que los nervios se estaban apoderando de mí.  Me sentí como cuando hace casi 15 años empecé a actuar, que me encantaba, pero el hecho de estar en escena casi me provocaba ataques de pánico.

Ese pánico, unido a que el personaje no lo tenía bien atado y fijado, hizo que empezará a dejarme llevar, a soltar energía para calmarme y aquello fue una locura.

En la cena posterior a la actuación, una compañera comentó dicho exceso de energía, no sé si positivamente y otro compañero también pero ese sí lo hizo en plan bueno, pues dijo que le ayudó a su interpretación. 



 

3.- Montaje, desmontaje, presentación del segundo entremés y Sangre gorda:


Como dije antes, me puse tan nervioso en el escenario que estaba deseando que acabara el entremés, así que, cuando acabó me quedé en la gloria. El desmontaje, la presentación de Juan y el montaje del entremés Sangre gorda, fue un visto y no visto. Es más, creo que estaba tan nervioso que ni recuerdo la presentación de Juan y eso que era muy chula y él es un monstruo. El montaje también se hizo en nada.

Mientras mis compis hacían Sangre gorda, yo me dediqué a cambiar mi vestuario, y a concentrarme para que se me quitaran los nervios y el miedo a volver al escenario pues necesitaba estar templado para la siguiente pieza.

Cuando acabó el entremés Sangre gorda, llegó el momento de desmontar. Desmontamos nada más y nada menos que a los sones de la Zarzamora, pero lo hicimos tan rápido que se quedó en la entradilla de la música y no se pudo oír ni la voz de Lola, asi que aunque intenté lucirme como fans de ella, no me dio tiempo.




4.- Mi presentación y montaje del ultimo entremés:



Ahora venía el momento de la presentación del ultimo entremés, la que yo hacía. Estaba yo solo en el escenario. Antes de salir me dije: “Lolo nada de nervios, en la presentación te tienes que quitar la espinita anterior, así que duro y al toro, sino el entremés que viene ahora y lo que te queda de festival va a ser un martirio”

Estaba solo en el escenario vacío, la presentación era realmente corta, pero estaba solo yo, si me ponía nervioso, me equivocaba en una palabra, o titubeaba se iba a notar y mucho, pero no pasó nada de eso. Controlé el cuerpo, la voz, los movimientos, me adueñé del escenario y me sentí muy bien. Es más, intenté hacer distintas entonaciones, hablé directamente  al público, le pregunté a ellos y creo que incluso improvisé frases, conecté con ellos y creé un buen ambiente.

El montaje se hizo con una canción de Los Chicos. De espalda al público, mientras colocaba una silla, me puse a mover el culillo y el público comenzó a reír, ahí ya pillé seguridad y seguí meneando el trasero.  Por cierto, mi parte del montaje era la más decorativa y mientras la hacía mi compañera entró en escena. Nunca entendí por qué.





5.- El bulto negro:


En esta pieza, mi personaje apenas tenía importancia, era un simple testigo en un juicio, pero yo, sin falsa modestia, me preparé un personaje muy vistoso. De hecho, en los primeros ensayos ya le había buscado una peculiar forma de hablar que gustó al director y que me pidió que acentuara.

Estaba marcado y ensayado que este personaje debía permanecer toda su intervención de pie y sin moverse. De nuevo como en el entremés anterior, debía estar quieto, con lo nervioso, como vimos antes, que me pone eso. Además, este personaje era una persona tímida en exceso, así que, no tenía como en el personaje anterior forma de soltar energía y relajarme.

Todo estaba en contra, pero en el ensayo previo a la actuación, metí una broma con una de las compañeras, entraría despistado y al ver mi silla, me iría a sentar y esta me regañaría para que me pusiera en pie y ya no podía sentarme más. Pues bien, salí a escena, hice ese juego y ella no me dijo nada, con lo cual me senté y sentadito me quedé y sentadito, excepto un fragmento, hice toda la pieza y eso me dio una tranquilidad total.

Así que disfruté el personaje, disfruté la pieza, me sentí en el personaje y en la situación en todo momento, me dejé llevar, incorporé cosas nuevas, gestos o reacciones con los compañeros, pero sin exagerar. Mi personaje al ser tan "especial" y el resto tan naturalistas y que su vestuario al ser mucho más cantoso y coloreado que el de los demás, creo que enganchó con el público y gustó mucho.

Yo me sentí muy bien con él, disfruté el momento, no hubo nada de nervios, hablaba directo al público, reaccionaba a lo que lo sucedía a mi alrededor, sentía el escenario como mi casa, me hubiera pasado allí toda la noche. Es más, hubo una pequeña confusión con los textos que mi personaje arregló, pero la pieza al ser un poco de humor absurdo no se notó.

 Lo único malo fue que mi micro falló y mi última frase no se oyó.

 


  

CONCLUSIÓN: Fue una noche sencilla donde el público lo pasó muy bien, los compañeros estuvieron geniales y lo pasaron de maravilla, pues era algo sencillo para disfrutar, pero yo acabé muy desanimado, pues los nervios del primer entremés me dejaron mal sabor de boca y acabé enfadado conmigo mismo, porque creo que perdí una gran oportunidad.

 






jueves, 20 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: NOS VAMOS A CAMPILLOS, POR PRIMERA VEZ.


Para mí es muy importante la primera impresión que me llevo de un lugar y según como sea esta, así me sentiré después de a gusto en dicho lugar, y la que me llevé de Campillos fue maravillosa.

No sólo fue buena por lo bello que vi, sino también por la sorpresa. Os cuento, íbamos por un campo seco, marrón, parecía que íbamos por la Mancha, cuando de pronto doblamos una curva y sin esperarlo, entramos a un paseo lleno de casas señoriales con setos y jardines. Las casas eran similares a la del barrio donde vivían los personajes de La dama y el vagabundo.

Y mi reacción fue la de:"Guau pedazo de casas que hay en Campillos" y mi compañera me contestó: "Eso mismo dije yo cuando entré ayer".

De pronto, de la nada, pasamos a un pueblo señorial, Campillos.

Tras esas casas, llegamos a una alameda preciosa, doblamos la primera a la derecha y nos dijo mi compañera María: "Ya estamos aquí". Ya habíamos llegado, ella sabía el sitio porque había ido ya el día anterior.

Y así de fácil acabábamos un viaje de unos 45 minutos que nos llevó de Málaga a Campillos. Era el jueves 6 de agosto de 2020, y era nuestro primer día de festival en dicho lugar.

Álvaro y yo, nos fuimos en el coche de María, yo llegué puntual al punto de partida, pero la chica había cambiado el sitio de la quedada, me lie y llegué como 6 minutos tarde.

Ya me esperaban ella y Álvaro, cargamos el maletero y emprendimos el camino.

Por cierto, el camino fue muy tranquilo. No soy muy fans de viajar, pero iba muy tranquilito y con muchas ganas de llegar y empezar con el teatro.

Es verdad que tenía muchas esperanzas y en mi cabeza, y según fotos que vi en Internet de años anteriores, me había imaginado el escenario en unas condiciones, María que ya se había estrenado en el festival el día anterior, me dijo que todo era muy oscuro y complicado y nada tenía que ver con mi expectativa. Eso me descolocó un poco pero tampoco mucho, y seguí disfrutando del camino. Por cierto, las vistas de unos lagos hasta llegar a nuestro destino eran preciosas y luego el escenario no era tan catastrófico como dijo la compi.

En la pieza C’ste la vie, necesitaba un montón de vestuario y atrezo, y por ello mi padre, por la siempre intermediación de mi madre, me llevó en coche al lugar de la cita. Era un lugar cercano a casa, solo nos separaba una gran cuesta, pero una cuesta a las 16:00, en agosto, a 40 grados, cargado y recién comido, no era plato de buen gusto, por tanto, fue de gran ayuda que me acercarán y algo que agradecí mucho.




sábado, 15 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: MI PRIMER ENCUENTRO CON CAMPILLOS.


Fue un visto y no visto. Pasamos de estar amarraditos con nuestros cinturones en el coche de María, ella, Álvaro y yo, a estar en el interior del colegio, concretamente en el patio. Un patio de arena, espacioso, lleno de luz, con muchas sillas blancas, todas colocadas perfectamente para guardar la distancia de seguridad y en el fondo un magnífico escenario forrado de telas negras. Ahora era un lugar abierto, seco, con exceso de sol, pero todo auguraba que al caer la noche iba a ser un lugar esplendido y perfecto para una velada de teatro al aire libre en este extraño verano.

El festival Candilejas de Verano del pueblo de Campillos se celebra en el patio del colegio Jimenez Manzano, y a ese patio llegamos muy puntuales, a las 17:55. La cita del jueves 6 de agosto del 2020, era alas 18:00.

Odio, en cualquier tipo de viaje, (placer, trabajo, casting) esos momentos de espera, con las maletas, en plena calle de un lugar totalmente desconocido, donde te sientes un poco tirado o desprotegido, mientras esperas que te abran un sitio, que llegue el resto de personas, que te den la llave del hotel, etc. Pero esta vez no fue así, porque nada más bajarnos del coche, María vio que el cole estaba abierto, pidió al chico que estaba dentro que si podía dejarlo así,este le dijo que sí. Así que cuando aún no había dado ni 6 pasos para alejarme del coche,  volví a él, para recoger del maletero mi excesivo equipaje y entrar en el cole, del que me separaban escasos 100 metros.

Entramos, y mientras María hacía unas gestiones, Álvaro y yo, como si fuéramos de hierro y el escenario un imán, nos vimos atraídos hacía él, y de nuevo en un visto y no visto, estábamos sobre este. Por cierto, me impresionó ver este por detrás, era como los backstage de Madonna. 

Aproveché para sacar las prendas de mi vestuario más delicadas y susceptibles de arrugarse y empecé a colgarlas por donde pude y también aproveché para hablar con Álvaro de nuestras cosas. 

Siempre que llego a un escenario me gusta subirme y probarlo, pero viendo el comportamiento de Álvaro, creo que a todos nos pasa igual.

Nuestra siguiente parada fue una visita al parque José Hinojosa en busca de un helado. No encontramos lo que yo quería, es decir una heladeria profesional, pero nos conformamos con uno de quiosco. Por cierto, me compré uno con un chocolate exquisito pero que el resto no sabía a nada.

Como estábamos solos, María propuso tomarnos un café, pero yo aborté el plan y los convencí para ir a por el helado y eso hicimos. 

Esa noche estrenaba una pieza gestual, y sabeis que el trabajo de cuerpo no es lo mío y además sabeis que no me gusta viajar, pero pese a todo eso, en esta ocasión estaba súper tranquilo, el sitio me estaba encantando, más que trabajar parecía que iba de vacaciones. Campillos me daba tranquilidad.

Creo que hacía tanto tiempo que no salía y que no hacía cosas comunes que estar allí me parecía como un sueño.

Todo era perfecto. Desde el cartel enorme que vimos con nuestras actuaciones o la preciosa alameda del parque, hasta el viento me gustó, a veces un poco pesado, pero que hacía que la temperatura fuera muy agradable.

Cuando volvimos al cole, ya había llegado el director, soltamos todas las cosas en la sala de ensayo que era nada más y nada menos que el comedor del colegio, esperamos a los otros compis, que estaban tomando un café pues llegaron antes que nosotros y empezamos a trabajar.

Empezamos con los ensayos, que podéis leer en la siguiente entrada.



JORNADAS CAMPILLERAS:"ENSAYOS A LA CUBANA."


La noche del jueves 6 de agosto de 2020, estrenábamos la pieza, C’ste la vie, una obra con miles de entradas y salidas, con miles de cambios de vestuario y con miles de tipos de personajes. Esta exigía una gran coordinación, concentración y seguridad entre todos nosotros, y en ciertas escenas, entre nosotros y la música.

Esta fue la primera pieza que empezamos a ensayar cuando en julio me uní a El Terral, pero después fue la que menos ensayamos, así que llegamos a  ese estreno un poco verdes. Aún no se había hecho un ensayo con todos los elementos, ni con la música, ni con el vestuario y ni con las distancias reales del escenario.

Creo que no hablo solo por mí, sino por todos mis compañeros, pero todos estábamos muy expectantes sobre lo que iba a pasar y porqué no decirlo, un poco asustados con el resultado final.

Por todo ello queríamos, deseábamos y exigíamos ensayar la pieza. Pero cuando empezamos a trabajar, el director, quiso ensayar otras cosas.

Os cuento, al día siguiente se estrenaba la pieza Tres en raya. Una pieza donde se representaban tres obras cortas. Estas si se habían ensayado muy bien y estaban muy cuadradas, pero cada pieza exigía su  montaje y desmontaje de escenografía, unas presentaciones y unas músicas, pero hasta ese día no dispusimos de todos los elementos de la escenografía y por tanto nunca habíamos podido ensayarla tal como se iba a representar. 

Para el estreno de Tres en raya, el director no iba a estar, llegaba tarde pues tenía una actuación previa, por tanto el jueves debía dejar todo el montaje y las presentaciones bien aclaradas, por eso y porque fuera hacia un calor, empezamos ensayando Tres en raya.

El ensayo fue carente de toda dificultad, de todo estrés y de toda complejidad. Vamos fue un cachondeo, una fiesta.

Lo que hicimos fue, se hacía el montaje de un entremés, su presentación, el principio de este, el final, el desmontaje, la presentación del siguiente y el montaje de ese y así tres veces. Yo hacía casi todos los cambios con Juan así que me hartaba de reír y los otros con Manu y este compañero me aportaba serenidad. 

Creo recordar que luego hicimos un repaso completo del entremés Bulto negro y listo. El director parece ser que no tenía mucha fe, con nuestro trabajo en dicha pieza y nos propuso hacer un repaso íntegro de esta, pero nosotros casi llorando, es broma, le pedimos hacer el ensayo general de C’ste la vie y  Antonio que es un director muy bueno nos complació.

Yo no las tenía todas conmigo, por tanto expresaba públicamente y en muy diversas ocasiones mi estado de nervios, esto era como una forma de justificar si algo me salía mal, porque en mi interior estaba muy tranquilo. Estaba deseando subirme a ese escenario, hacer esa pieza tan original para mí y estrenarme en un grupo nuevo, pero con colegas de siempre. Además es un lujo estar rodeado de profesionales y en un festival veraniego al aire libre. Asi  que estando todo como está podía considerarme un afortunado y disfrutaba el momento.

Subimos al escenario y en la espalda de este, cada uno de nosotros pegamos, una chuleta del guion, en un trozo de la pared del escenario, para que nos sirviera como guía y en una silla, otros en dos o más como Álvaro, otros en el suelo como Celia, fuimos colocando todo el vestuario y el atrezo de cada uno.

Yo cuando vi todo aquello montado, abrigos, pantalones, batas, chaquetas, sillas, sillas de ruedas, balones, raquetas, zapatos, vestidos, maletines, escobones, recogedores, sombreros etc. para 6 actores, me recordó al grupo La Cubana.

Me quedé totalmente impresionado cuando vi ese grupo en el teatro y mucho más cuando vi algunos reportajes sobre su backstage y como los actores y actrices corrían de un sitio a otro para cambiarse de vestuario, maquillaje y sobre como tenían la capacidad para pasar de un personaje a otro en cuestión de segundos. Como digo, estaba constantemente demostrando mis nervios, pero realmente en el fondo estaba muy feliz, pues me sentía un actor de La Cubana pero a un  nivel casero.

Bueno y comenzó ese ensayo general. Lo dimos todo, era curioso hacer la pieza bajo el sol.

Nos preocupaba tanto, pero tanto, los cambios de vestuarios que nos esforzábamos más en la parte de atrás del escenario que delante.  Detrás lo dábamos todo, el esfuerzo era el máximo, pero en cambio cuando salíamos a escena, actuábamos rápido, sin esfuerzos y casi sin interpretar nada, pues nos preocupaba más el cambiarnos de ropa y llegar a tiempo que actuar. Esta fue mi sensación personal, pero al compartirla, todos mis compañeros pensaron igual.

El ensayo fue un poco de “aquella manera” y lo mejor fue cuando llegó mi parte deportiva. El director, que estaba en el patio de butacas, tuvo que parar el ensayo y subir al escenario para darme consejos de cómo realizar mi acting. Yo para el deporte no soy lo mejor, todo lo contrario, y en ese ensayo lo hice evidente. Hice de tenista y casi perdí la pelota y cuando hice de futbolista, según palabras del director: “Casi pierdo una uña”.

Detrás del escenario tenía a mi lado, de nuevo,  a Juan, que no solo es grande como actor, sino también como compañero y persona y no paramos de comentar y reír cada cambio.

En cuanto a Manu, decir que menos mal que lo tenía pendiente a mí ,pues cada vez que tenía que hacer de médico, se me olvidaba y él me lo recordaba.

Acabado el ensayo, volvimos a recolocar todo el vestuario, cada uno en nuestro lugar. Ahora con causa de razón, pues fuimos dejando las prendas de modo que todo era mucho más fácil. Además, ya sabíamos que llegábamos a tiempo a los cambios de ropa así que nos prometimos que en la pieza íbamos a disfrutar.

Tras el ensayo, un momento de descanso, de vestirnos y prepararnos para la pieza. Tiempo que Celia y yo aprovechamos para montar, sobre el escenario, un fragmento de la pieza que teníamos que hacer con unos globos, pero los globos no llagaron al estreno y tuvimos que improvisar y crear de cero una escena y el director también aprovechó para decirnos que el ensayo había salido un poco regular, casi suspenso y en ese momento se empezó a oír, por parte de los compañeros la típica frase de: “A malos ensayos generales, grandes estrenos.”

Bueno, después de ese descanso y  prepararnos,  ya era de noche y con el patio de butacas medio lleno nos dirigimos a nuestro estreno.

el elenco
EL ELENCO


 


domingo, 9 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS: ESTRENO DE LA PIEZA "C´EST LA VIE".


Vamos a lo que vamos. Sin ninguna introducción os paso a relatar la crónica del estreno de la pieza C´ste la vie, de mi estreno en el Festival de Teatro Candilejas de verano , de mi estreno en Campillos, de mi estreno con el grupo de teatro El Terral y de mi estreno en el teatro gestual.

Como habreis leido en la entrada dedicada al previo, este fue muy tranquilo, con cero nervios, pero justo antes de empezar, cuando las luces se apagaron, cuando el público ya estaba en sus butacas y cuando todo era oscuridad, estaba tras el decorado junto a Álvaro y quería irme. Me sentía realmente nervioso, pero mucho, fue de esas veces que piensas: “Qué hago yo aquí. ¿Quién porras me mandó a mi meterme en esto de ser actor?”. Tenía pavor. 

Si sois seguidores de mi blog sabréis que no paro de actuar, pero también sabréis que hace mucho, pero mucho tiempo, que no me subía a un escenario y los escenarios siempre me han dado miedito, así que cuando Álvaro se fue de mi lado y se pegó a la pared del lateral derecho del escenario para salir, yo lo veía allí concentrado, serio, metido en su papel, puesto que le tocaba salir y más me asustaba. Ahora me dejaba allí solo y en ese momento si que quise irme de verdad. 

Cuando él salió a escena yo ocupe su lugar. Y ahí el tiempo se me pasó volado, no pude ni pensar, todo estaba yendo tan aprisa que me tocó salir, pero ya no existía el miedo.

Esta es una pieza gestual, compuesta por casi 20 sketches donde, a veces acompañados por musica y otras veces a pelo, todo el equipo completo o solos o en pareja o  en trío, vamos representando situaciones cómicas.  Esta estructura se repite a lo largo de 50 minutos que dan lugar a la pieza. 

De esos sketches yo participo en  11 que os paso a resumir:



SKETCH 1: 


Siempre habíamos ensayado esta pieza en lugares pequeños y está vez el escenario era mucho mayor, por tanto, había bastante distancia entre la pata y mis compis. En ese mismo momento pensé que en vez de ir caminando, hacia ellos, de forma neutra que no dice nada, lo haría con un personaje con excesiva timidez. Lo hice, salí asi a escena y la gente empezó a reír. Ahí ya me motivé. La primera escena que es casi toda coreografiada salió muy bien, menos una cosilla. El público volvió a reír cuando me fui. Hubo un momento en esa primera aparición donde de nuevo me puse nervioso, pero fue cosa de segundos y salí de escena muy feliz porque todo parecía que iba bien.



SKETCH 2:


Salía con una bata de médico, cosa que en todos los ensayos se me olvidaba, pero esta vez no. Además llegué a mi lugar de actuación con tiempo más que suficiente. En esa escena me lo pasé genial, me dejé llevar y me descoqué. El publico parecía que se lo estaba pasando bien, Celia en esa escena estuvo para comérsela y yo me lo pasé bomba, payaseé por todo el escenario, como nunca lo había hecho y la escena acabó con un fuerte aplauso. 


SKETCH 3:




De nuevo llegué muy pronto a mi lugar de salida e hice mi cambio de vestuario muy a tiempo. Esa escena fue improvisada entre Celia y yo, puesto que la inventamos junto antes de empezar la representación. Salió bien y gustó. Yo pensé que quizá exageré mucho el personaje y que tampoco estuvo muy allá pero bueno. De nuevo mi salida a escena fue recibida con risas y yo cada vez más satisfecho y contento.

SKETCH 4: 


Este era muy largo y se dividía en dos escenas. Yo salía en la primera, luego descansaba y volvía a salir, pues bien. En la primera escena, el público volvió a reírse cuando aparecí, lo pasé muy bien y de nuevo el público reía mucho. Este era mi cambio de ropa más complicado y lo hice a tiempo. De hecho, le pedí a Manu que si no llegaba, que alargara, pero no hizo falta pues llegué muy bien. Cuando acabé mi primera escena salí tan feliz, tan contento, tan relajado, lo pasaba tan bien en escena, tenía tantas ganas de volver a salir, el público estaba disfrutando, yo ya controlaba todo, puesto que mis cambios de vestuarios más complicados habían pasado, estaba tan feliz y sereno que me puse a cambiarme de ropa, pero de pronto vi algo extraño, no había ningún compañero cambiándose a mi alrededor y fue entonces cuando me di cuenta que debía haber salido de nuevo y no lo hice. Ya me había quitado la camisa, con lo cual intenté ponérmela de nuevo pero la escena ya estaba acabando y no salí. Menos mal que era una escena coral donde yo hacía una figuración y no se notó mi ausencia.


SKETCH 5: 


En este sketch larguísimo tenía 3 intervenciones en todas  salía yo solo. Eran tres salidas muy deportivas y de todos es sabido que el deporte no es lo mío, con lo cual no fueron muy lucidas. El director me pidió, tras el ensayo, que jugara y mirara mucho al público, lo hice, pero creo que no se consiguió la unión entre ellos y yo. Aunque a medida que salía iba oyendo comentarios del público, argumentando y bromeando sobre las cosas que me iban pasando, quizá si conecté pero no lo noté. Necesitaba la colaboración de dos compañeros que lo hicieron a la perfección. Creo que al público le gustó mis apariciones, pero yo al no sentirme muy agusto con esas escenas no las disfruté mucho, pero creo que el público sí. Ahora que lo pienso, me preocupé más de que las acciones deportivas salieran bien que de la actuación, no sé. 


SKETCH 6:


Un personaje que me encantaba, una escena muy coral y muy de grupo, una escena donde casi me relacionaba con todos y donde lo pasé genial, porque no solo jugué con los compis, sino también con el público y creo que lo cuadré todo, incluso la parte coreografiada. Por cierto, al final pasó algo con Juan, donde improvisé mucho con él. Me encantó. Este sketch no era super gracioso, era simplemente divertido, ameno, alegre y yo lo pasé bomba.


 SKETCH 7:


Este era muy corto, una pequeña colaboración que acabó con aplausos. Así que muy bien.


SKETCH 8:


Otra pequeña colaboración, muy ridícula, con un personaje muy ridículo, muy breve y con un vestuario muy ridículo y de nuevo el público se puso a reír y mucho y lo pasé de nuevo bomba.


SKETCH 9:


Este sketch desde el principio no me hacía mucha gracia, la verdad, pero después poco a poco en los ensayos me fue gustando más y ayer en la pieza lo disfruté muchísimo, lo pasé de nuevo muy bien. Paseé durante un rato yo solo mi propio personaje y este me encantaba. Luego aparecieron mis compis, Manu y Álvaro, entre los tres se hizo un buen equipo, mucha unión. Vamos un gran grupo. Creo que gustó y que salió muy cuadrada. También lo pasé bien y salí muy satisfecho



SKETCH10:


Otra aparición muy breve pero que gustó mucho.


SKETCH 11:


Fue la última, pero quise darlo todo, me concentré mucho, porque en este sketch,  siempre solía desconcéntrame un poco y desconectar por ser el final, pero no lo hice. Creo que también quedó divertida y que gustó. Yo me sentía realmente muy orgulloso de ver a todos mis compañeros en escena dándolo todo. Después de tanto trabajo, de tanto esfuerzo y estábamos allí exitosos.




CONCLUSIÓN: Fue una pieza que no habíamos ensayado mucho, que era muy complicada por los cambios de vestuarios y las entradas y salidas de los compañeros, quizá era complicada de entender, pero el público la pilló desde el primer instante, y después de oír aplausos y risas, desde el principio, nos animamos y nos crecimos todos al máximo.

Salíamos al escenario y lo dábamos todo porque nos divertíamos un montón, pero en bambalinas era aún mejor. Esos cambios de ropa, esa unión, esa colaboración, ese todos a una, esas risas y ese colegueo entre todos fue genial.

Hacia mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien en una actuación, fue una fiesta y una satisfacción personal. Nunca había hecho teatro gestual pero me encantó la experiencia. 

No hubo dudas, no hubo miedo, solo diversión y seguridad. 

Quiero recordar las conversaciones con Álvaro antes de salir al final de la pieza, las charlas jocosa con Juan durante los cambios de ropa, ver a Celia correr de un lugar a otro, la atención constante de Manu para que no se me olvidara nunca cuando debía ponerme la bata de médico o la enhorabuena, a todos, feliz y sincera de Antonio al acabar. 

Ya digo un placer. 



 







 

 

 


jueves, 6 de agosto de 2020

CARTELES.


Y ahora a punto de irme para Campillos os ofrezco dos carteles el del festival de  teatro de Campillos Candilejas de verano y el de la visita teatralizada al Cementerio San Miguel La Málaga dulce.



CRONOLOGIA DE UNA BUENA NOTICIA. ¡¡ TENEMOS EL SÍ!!.


Jueves 30 de julio de 2020: Empiezo con la maquinaria de trabajo, aunque aún no se ha aprobado nada yo empiezo a buscar a las posibles actrices que nos acompañe a Dani y a mi. Contacto con tres. Una declina la invitación, otra la acepta al momento y la otra me dice que lo tiene que pensar.

Viernes 31 de julio 2020:
Mando una aproximación del presupuesto a Emilio para que de su visto bueno y por la noche presento virtualmente a mis compis una de las candidatas. 

Sabado 1 de agosto 2020: La tercera actriz acepta el papel y le mando toda la información. 

Domingo 2 de agosto 2020 : Envio el presupuesto definitivo a Emilio para su negociación. 

Lunes 3 de agosto 2020: Emilio con su equipo empieza a ver el posible vestuario. Nos manda opciones y los tres actores aceptamos. Ese día es la entrega del presupuesto y se inicia su negociación.  Por la tarde Dani me comenta que ya ha iniciado la escritura de su guion y hablamos un poco de la historia. 

Miercoles 5 de agosto 2020: Se reúne el ayuntamiento y nos da luz verde a todo el proyecto. Ya se oficializa que haremos: ¡¡Una visita teatralizada a la Finca El Portón en Alhaurín de la Torre.!!!. 

Por la tarde mando confirmación a la actriz elegida y le pido conformidad. 

Jueves 6 de agosto 2020 : La actriz me manda el ok y yo hago un guión técnico con los tiempos que mando a Dani. 

Bueno pues esto es un poco lo que ha ocurrido, a nivel logistico y organizativo todos estos días y desde el lunes que vuelva de Campillos nos ponemos manos a la obra con nuestra mágica visita. 

ULTIMO DIA DEL TERRAL ANTES DEL TERRAL.


Esto es un no parar, el martes 4 de agosto del 2020 volvimos a reunirnos, y ya por última vez, los miembros de El Terral, para ensayar y revisar las cosas antes de comenzar las actuaciones en Campillos. 

Juan, uno de los compañeros, por motivos laborales no pudo asistir al ensayo, así que se hizo todo sin él o bien  lo sustituia Manu, Antonio o yo. 

En la primera escena de la obra Dinero Negro, la más larga, salen solamente dos compañeros, así que, ellos quedaron a las 15:00h. Los demás nos  incoincorporaríamos a las 15:30 pero como yo sabía que iba para largo, propuse quedar a las 16:00h.  y así hicimos. De hecho cuando llegamos al lugar de ensayo, la casa de la compañera en El Rincón de la Victoria, tuvimos que esperar un buen rato.

Ensayamos íntegramente la obra larga y después dos veces uno de los entremeses. 
El final de Dinero Negro, salió un poco raro, yo creo que entre el calor que era insoportable, el cansancio después de tantos días y nos nervios de que ya estrenábamos hizo que el final fuera un poco desastre. 

Cuando estreno una obra nueva, en un grupo nuevo, con gente nueva y en un lugar nuevo, es emocionante para a la vez me provoca muchos  nervios, entonces en ese ensayo yo ya no estaba en él sino  que en la proxima quedada, estaría ya en el pueblo actuando, sobre el escenario, con público etc y eso me provoca cierto vértigo y miedo. 
Es como si estuviera en un limbo donde no voy andando con los pies en el suelo, sino volando, como con inseguridad. 

Por cierto, Manu que es uno de los nuevos compañeros y que me parece muy apañado, me trajo un gorro para mi personaje. Ensayé toda la pieza con el gorro puesto que creo que lo voy a llevar la función.



miércoles, 5 de agosto de 2020

OCURRIÓ UN MILAGRICO MUY DULCE.


Os prometo que no sé lo que pasó. Jamás en mi vida me había pasado esto. No sé si fue porque salí de casa, antes del ensayo con una muy buena intención, que no pude llevar a cabo pero que me fue recompensada o que mi Luisa es adivina, pues su predicción se llevó a cabo al 100%.

Es verdad,que quedé delante de algunos compañeros como el típico empollón que dice, muy deprimido, a todos  que ha sacado un cero en el examen y después  saca un 10. Haciendo con esto que caiga mal por su falsa modestia  a todo el mundo, pues yo igual,  le dije a todo el mundo que el acento aun no lo tenía, pero os prometo que lo mío fue totalmente cierto.

Si hasta fui al ensayo del domingo, 2 de agosto del 2020, con un plan perfectamente organizado: Haría el monologo completo, pues tras unos cambios, donde moví párrafos, ideas y metí palabras para hilar todo, había conseguido aprenderme el texto, pero no lo haría con acento granaino. Ya os dije que quería hacer el texto en dicho acento, lugar de procedencia de mi personaje, pero no me salía ni a tiros. Para ello le justificaría a Eduardo que debido a todo el trabajo que había tenido durante toda la semana, cosa que en cierto modo era verdad, no había podido trabajar ni el cuerpo, ni la voz y mucho menos el acento del personaje, cosa que también era cierta, pero a medias, porque algo si lo había trabajado, pero es que no conseguía hacerlo y me daba corte hacer el ridículo ahí delante de todos.

Realmente, no me había puesto en serio a trabajarlo, pero como cada intento era un rotundo fracaso, lo dejaba. Hacía pruebas que quedaban un poco bien, pero cuando me grababa y me oía, parecía de broma, por más audios que le mandaba a un amigo granadino, no me daba el visto bueno ni por encima y cuando me salía algún tipo de acento este era el cubano. ¡¡ Vamos un desastre‼.

El ensayo del espectáculo La Málaga dulce, estaba previsto para las 19:30, yo tenía pensado salir a las 19:00 para llegar bien de tiempo, pero a última hora y debido a las altas temperaturas lo cambiaron a las 20:00.

Aprovechando el cambio, salí mucho más pronto de la cuenta para hacer algo que al final no pude hacer. Pensé volver a casa porque el calor era exageradamente insoportable y eso unido a la mascarilla hacían que me asfixiara, que sudara y que me quemara la piel, pero no me volví, fui valiente y decidí bajar hasta Casa Mira, en el centro, para comprarme un blanco y negro. En una plaza solitaria me lo comí y luego me fui al ensayo.

En todos esos trayectos empecé a intentar hacer el acento y empezó a salirme. No me salía ni mucho menos, pero hubo un pequeño atisbo, una pincelada de que podía salir.

Llegué al cementerio, muy tranquilo, pues lo iba a hacer en malagueño, como dije antes, lo tenía todo preparado.

Una vez allí, saludé, llegaron todos, Edu nos dio su charla y cada uno nos fuimos a nuestro lugar. En un principio se dijo que se haría un ensayo real, o sea, cuatro pases, pero al final iban todas las anfitrionas juntas y solo hicimos uno.

Yo me escapé y en vez de esperar en mi sitio, me fui a ver y charlar con mi Luisa. Esta me pidió que me quedara para verla y aconsejarle pero le dije que no, que tenía muy mal el texto y quería repasar. Igualmente me pidió que le hablara en granadino y le dije que no, porque aún no lo tenía. Esta me dijo: " Anda ya seguro que lo tienes, veras como abres la boca y te sale".

Estando en mi lugar de actuación y esperando a los compis, me puse a jugar el texto y la postura corporal del personaje y el acento granaíno empezó salirme, muy poco, pero algo sí, descansé y cuando vi que mis compañeros se acercaban, volví a usar el acento granadino, pero ya no me salía.

Llegaron las anfitrionas, me presentaron, abrí la boca y empezó a salirme un granaíno perfecto, un granadino interior, de pueblo, masculino, con los dejes de allí, con las palabras acabadas en “ico”, las entonaciones, vamos todo.

Sé que no era perfecto, pero yo escuchaba que salía de mi boca, lo que tantas veces quise escuchar y no escuchaba.

Fallé varias veces en el texto, es verdad, pero el hecho de oírme y comprobar que de pronto me salía lo que buscaba, fue un milagros y además ver delante a mis compañeros sonrientes y felices, me ayudó mucho. 

Con sus gestos y caras apoyaban lo que yo hacía y  eso fue muy bonito. Siempre digo que cuando hago algo por primera vez en un ensayo o ante un director me da vergüenza, pero esta vez me creí. La risa de Eduardo y su cara de satisfacción, la de mi Luisa mandándome besos y diciendo que sí, los gestos de la seño Carolina dándome sus aprobaciones y su enhorabuena, Librada con una sonrisa constante. Todos me ayudaron  a que me saliera.

Javi que es tan sincero y tan claro se puso a hacerme fotos y al acabar me dijo: "En dos palabras im- presionante."

Pensareis que acabé muy contento, pues no, ya que hubo un comentario silencioso,  algunos gestos y demás que me hicieron pensar que ese personaje, llano, divertido, buena gente y campechano quizá no iba a ser aprobado, pues se alejaba de la línea habitual, no sé, fue mi sensación, ya os contaré.

Pero quiero acabar esto dando las gracias a Álvaro, porque me ayudó, pero sobre todo a Carolina por su apoyo, su ayuda, sus desvelos y sus consejos y a Antonio Maldonado, que creo que me dio la clave, con sus miles de videos y audios de los distintos acentos de Granada. Gracias, sin vosotros no hubiera salido.

Ahora hay que asegurarlo y afianzarlo para que no sea flor de un solo día.