lunes, 3 de agosto de 2020

" EL TERRAL" MAÑANA , TARDE, NOCHE Y MADRUGADA. I


"En el amor hay que estar siempre presente, mañana, tarde, noche y madrugada”, este fragmento del poema Cuatro sonetos de amor de Rafael de León, y que tan bien recitaba mi admirada Lola Flores, viene muy bien para empezar esta entrada y para definir como ha ido la semana de ensayos con El Terral.

Hemos quedado tres días y  dicho soneto se puede adaptar para definirlos perfectamente, diciendo: “En el Terral hemos estado siempre presente mañana, tarde, noche y madrugada” 

Bueno me dejo de sonetos y os cuento como ha ido la semana y entendereis el por qué esta introdución.

La primera reunión tuvo lugar el lunes 27 y fue la cita de la noche y la madrugada.


Lunes 27 de julio de 2020:


Bueno, pues habíamos quedado para ensayar el martes, pero a uno de los compañeros le cambiaron su horario laboral a última hora, nos pidió hacer el ensayo el lunes y como todos podíamos aceptamos y a ensayar que nos fuimos.

Este compañero no salía de trabajar hasta las 19:00, así que quedamos a partir de las 20:00  para echar todas las horas que fueran necesarias.

Se ensayó en el Rincón de la Victoria en casa de otra compañera. El sitio era impresionante, un chalecito maravilloso, con vistas al mar, con su jardín, su porche, sus árboles. Vamos una casa de verano donde pasar una maravillosa velada. Ahora eso sí el calor era horroroso.

Nos habían citado a las 19:30 para ir bien de tiempo, nos íbamos en el coche de una compañera, y para no llegar tarde, porque ella es muy puntual, me fui muy adelantado. Llegué el primero, pero sudando como un pollo, es la primera vez en todo este jaleo, que me molesta realmente la mascarilla, de camino a la cita pensé que me desmayaba.

Bueno emprendimos el viaje y llegamos al lugar de la cita. 

Una vez todo el elenco reunido, entramos al lugar de ensayo, un garaje transformado en sala de piano, en sala de ensayo y clase de yoga. Aquello era un paraíso, qué sitio más maravilloso para ensayar, si no hubiese sido por el calor, el sitio era maravilloso.

Tras montar, mesas, posibles sofás y organizar qué se iba a hacer, empezamos, lo primero fue montar el final de la pieza larga. Una vez hecho se repasó unas cuantas veces y empezamos un pase completo de la pieza.

En este pase me sentí muy bien, pues hubo risas de compañeros, fluidez, porte del personaje y sobre todo dije bien el texto, mis entradas, mis movimientos y Antonio el director me dijo que muy bien.

Ya era noche cerrada y nos dispusimos todos, en la mesa familiar y respetando las distancias, a cenar. Fue un momento muy bonito de elenco, de unión. Fuimos organizando cosas para las actuaciones, próximos ensayos, contamos anécdotas, ya digo fue un momento chulo, que yo disfruté a un 60%. La nueva situación que vivimos no me hacía disfrutarlo al 100%.

Acabada la cena, vino otro pase completo. Fue en ese momento donde los compañeros empezaron a decaer y yo que soy noctambulo por naturaleza, se sentí muy feliz de iniciar ese ensayo de noche. 

Jamás he ensayado por la noche, pero creo que es el momento más idóneo, ya no hay prisas, no hay ruido, no hay nada, solo ensayar.

La situación sanitaria que vivimos, lo sé soy muy pesado, pero me está influyéndo demasiado, además de mi propia situación personal, me hacía no estar feliz al 100 %. Estaba pendiente de controlar todos mis movimientos, estaba sentado en una silla de donde no me quería mover, intentaba no acércame a los compañeros, no compartir nada. Estaba un poco tenso, pero pensaba: " Este ensayo nocturno pasa en otro verano, y estaría por ahí tirado, comiendo galletas, integrado al grupo y siendo el hombre más feliz del mundo". Pero también pensé: " Lolo, no seas tan miedoso, no pienses tanto en el mañana, disfruta del ahora y de esta velada teatral".

Este ensayo salió más flojo porque estábamos más cansados, bueno yo no, yo lo di todo.

Llegué a casa a las 2:00 de la madrugada, cansado, asustado y encantado. 

 

 

 

 


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