sábado, 15 de agosto de 2020

JORNADAS CAMPILLERAS:"ENSAYOS A LA CUBANA."


La noche del jueves 6 de agosto de 2020, estrenábamos la pieza, C’ste la vie, una obra con miles de entradas y salidas, con miles de cambios de vestuario y con miles de tipos de personajes. Esta exigía una gran coordinación, concentración y seguridad entre todos nosotros, y en ciertas escenas, entre nosotros y la música.

Esta fue la primera pieza que empezamos a ensayar cuando en julio me uní a El Terral, pero después fue la que menos ensayamos, así que llegamos a  ese estreno un poco verdes. Aún no se había hecho un ensayo con todos los elementos, ni con la música, ni con el vestuario y ni con las distancias reales del escenario.

Creo que no hablo solo por mí, sino por todos mis compañeros, pero todos estábamos muy expectantes sobre lo que iba a pasar y porqué no decirlo, un poco asustados con el resultado final.

Por todo ello queríamos, deseábamos y exigíamos ensayar la pieza. Pero cuando empezamos a trabajar, el director, quiso ensayar otras cosas.

Os cuento, al día siguiente se estrenaba la pieza Tres en raya. Una pieza donde se representaban tres obras cortas. Estas si se habían ensayado muy bien y estaban muy cuadradas, pero cada pieza exigía su  montaje y desmontaje de escenografía, unas presentaciones y unas músicas, pero hasta ese día no dispusimos de todos los elementos de la escenografía y por tanto nunca habíamos podido ensayarla tal como se iba a representar. 

Para el estreno de Tres en raya, el director no iba a estar, llegaba tarde pues tenía una actuación previa, por tanto el jueves debía dejar todo el montaje y las presentaciones bien aclaradas, por eso y porque fuera hacia un calor, empezamos ensayando Tres en raya.

El ensayo fue carente de toda dificultad, de todo estrés y de toda complejidad. Vamos fue un cachondeo, una fiesta.

Lo que hicimos fue, se hacía el montaje de un entremés, su presentación, el principio de este, el final, el desmontaje, la presentación del siguiente y el montaje de ese y así tres veces. Yo hacía casi todos los cambios con Juan así que me hartaba de reír y los otros con Manu y este compañero me aportaba serenidad. 

Creo recordar que luego hicimos un repaso completo del entremés Bulto negro y listo. El director parece ser que no tenía mucha fe, con nuestro trabajo en dicha pieza y nos propuso hacer un repaso íntegro de esta, pero nosotros casi llorando, es broma, le pedimos hacer el ensayo general de C’ste la vie y  Antonio que es un director muy bueno nos complació.

Yo no las tenía todas conmigo, por tanto expresaba públicamente y en muy diversas ocasiones mi estado de nervios, esto era como una forma de justificar si algo me salía mal, porque en mi interior estaba muy tranquilo. Estaba deseando subirme a ese escenario, hacer esa pieza tan original para mí y estrenarme en un grupo nuevo, pero con colegas de siempre. Además es un lujo estar rodeado de profesionales y en un festival veraniego al aire libre. Asi  que estando todo como está podía considerarme un afortunado y disfrutaba el momento.

Subimos al escenario y en la espalda de este, cada uno de nosotros pegamos, una chuleta del guion, en un trozo de la pared del escenario, para que nos sirviera como guía y en una silla, otros en dos o más como Álvaro, otros en el suelo como Celia, fuimos colocando todo el vestuario y el atrezo de cada uno.

Yo cuando vi todo aquello montado, abrigos, pantalones, batas, chaquetas, sillas, sillas de ruedas, balones, raquetas, zapatos, vestidos, maletines, escobones, recogedores, sombreros etc. para 6 actores, me recordó al grupo La Cubana.

Me quedé totalmente impresionado cuando vi ese grupo en el teatro y mucho más cuando vi algunos reportajes sobre su backstage y como los actores y actrices corrían de un sitio a otro para cambiarse de vestuario, maquillaje y sobre como tenían la capacidad para pasar de un personaje a otro en cuestión de segundos. Como digo, estaba constantemente demostrando mis nervios, pero realmente en el fondo estaba muy feliz, pues me sentía un actor de La Cubana pero a un  nivel casero.

Bueno y comenzó ese ensayo general. Lo dimos todo, era curioso hacer la pieza bajo el sol.

Nos preocupaba tanto, pero tanto, los cambios de vestuarios que nos esforzábamos más en la parte de atrás del escenario que delante.  Detrás lo dábamos todo, el esfuerzo era el máximo, pero en cambio cuando salíamos a escena, actuábamos rápido, sin esfuerzos y casi sin interpretar nada, pues nos preocupaba más el cambiarnos de ropa y llegar a tiempo que actuar. Esta fue mi sensación personal, pero al compartirla, todos mis compañeros pensaron igual.

El ensayo fue un poco de “aquella manera” y lo mejor fue cuando llegó mi parte deportiva. El director, que estaba en el patio de butacas, tuvo que parar el ensayo y subir al escenario para darme consejos de cómo realizar mi acting. Yo para el deporte no soy lo mejor, todo lo contrario, y en ese ensayo lo hice evidente. Hice de tenista y casi perdí la pelota y cuando hice de futbolista, según palabras del director: “Casi pierdo una uña”.

Detrás del escenario tenía a mi lado, de nuevo,  a Juan, que no solo es grande como actor, sino también como compañero y persona y no paramos de comentar y reír cada cambio.

En cuanto a Manu, decir que menos mal que lo tenía pendiente a mí ,pues cada vez que tenía que hacer de médico, se me olvidaba y él me lo recordaba.

Acabado el ensayo, volvimos a recolocar todo el vestuario, cada uno en nuestro lugar. Ahora con causa de razón, pues fuimos dejando las prendas de modo que todo era mucho más fácil. Además, ya sabíamos que llegábamos a tiempo a los cambios de ropa así que nos prometimos que en la pieza íbamos a disfrutar.

Tras el ensayo, un momento de descanso, de vestirnos y prepararnos para la pieza. Tiempo que Celia y yo aprovechamos para montar, sobre el escenario, un fragmento de la pieza que teníamos que hacer con unos globos, pero los globos no llagaron al estreno y tuvimos que improvisar y crear de cero una escena y el director también aprovechó para decirnos que el ensayo había salido un poco regular, casi suspenso y en ese momento se empezó a oír, por parte de los compañeros la típica frase de: “A malos ensayos generales, grandes estrenos.”

Bueno, después de ese descanso y  prepararnos,  ya era de noche y con el patio de butacas medio lleno nos dirigimos a nuestro estreno.

el elenco
EL ELENCO


 


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