miércoles, 5 de agosto de 2020

UN MINI PREVIO MUY MINI.

Últimamente los previos que estoy viviendo son bastante cortos. Aunque os soy sincero me gustan los previos así. Odio esos previos dónde te tiras 4 o 5 horas en el lugar de actuación, manos sobre mano, acumulando nervios que antes no existían. Además, que eso también son horas de trabajo que no cuentan, así que cuanto más cortitos mejor.

Solo hay un lugar donde me gusta que los previos sean largos y es por el encanto del lugar. Ese sitio es; el Jardín Botánico de Málaga, pero el del viernes 31 de julio del 2020 fue qué lástima, pues el previo fue muy corto. Llegamos a las 20:30 y la función empieza a las 21:30. Yo hasta las 22:10 aprox. No empiezo, pero para las 21:30 me gusta estar medio listo.

Como os dije en entradas anteriores, acabamos del ensayo de El Terral pasada a las 20:00 y mientras recogimos, cogimos el coche y tal, fuimos muy retrasados, tanto es así que cuando íbamos en el coche, mi compi Celia y yo, camino al jardín, nos llamó la jefa para ver por donde vamos. Es más, cuando llegamos, nos bajamos del coche e íbamos cargados, ajetreados y acelerados, caminando para el jardín nos encontramos a la jefa en la puerta, pero nos saludó muy amablemente, así que no íbamos tan retrasados.


Ya con toda la tranquilidad del mundo, entramos Celia yo, esperamos que Dani cogiera su vestuario, yo también cogí el mío, mis accesorios y tranquilamente nos dirigimos hasta nuestro lugar de preparación. Yo como hago este año, prefiero maquillarme y vestirme solo y me quedé en la zona forestal del jardín, mientras que mis compañeros se marcharon al “cuarto de baño-camerino”. La verdad es que me dio pena despedirlos, pero por otro lado me gusta ese momento de relax, libertad, soledad sin mascarilla y con seguridad.

Tampoco tenía mucho tiempo libre con lo cual rápidamente me pone puse manos a la obra, pero a la vez me dediqué a estar conmigo, me metí en un rinconcito del jardín, en unas escaleritas de piedra, rodeado de plantas, con el sonido del agua muy cerca. Allí me quité los tenis y los calcetines para descansar los pies y tranquilamente me puse a cenar y después a maquillarme y ese tiempo lo aproveché para llamar y hablar con mi madre y hacer una videollamada con mi sobrina. Me sentía una vez más como un actor profesional, que usa un   lugar de donde está, que no es suyo para convertirlo en un rinconcito de su propia casa, porque hace tiempo que no está con su gente y quiere estarlo.

Y hablando con mi sobrina escuché un ruido, vi como una sombra humana que pasaba cerca y me asusté, pero era mi compañero Dani. Ya eran las 21:30, e iba a su lugar de actuación, así que corté la videollamada y estuve hablando con él. No solo te esto sino del proyecto de la visita teatralizada en Alhaurín de la Torre.

Se fue a actuar, me vestí, me arreglé, me perfumé, recogí todo y me fui a soltar las cosas a la casa de los administrativos, pero esta vez como había dos grupos, pensé que me podían ver y las guardé en el museo y me fui a mi lugar de actuación a esperar.

Allí lo que hice no fue, 1000 fotos porque ninguna me gustaba y pelearme con el blog que no me dejaba poner el formato de las entradas como yo quería, gracias a que lo han mejorado y han cambiado el interfaz. No me preguntéis que es interfaz porque no lo sé

 


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