Volví al Cementerio de San Miguel para ensayar mi
participación en Los Clásicos en San Miguel, empecé a prepararme para ir al
ensayo con muchísima antelación y a entretenerme de tal modo que al final
llegué con cinco minutos de retraso y para más "INRI" me encontré que
había obra en la puerta principal y no se podía entrar. Edu ya me lo había
dicho pero yo... lo había olvidado. Así que, llegué aun más tarde. Pero lo peor
no fue eso sino que... cuando entré... ya estaban ensayando... ¡QUÉ VERGUENZA!
Llegué al panteón de la Cofradía del Rico, que eran donde
estaban ensayando, y muy calladito me puse en un rincón, para no molestar, pero
todos mis compañeros empezaron a saludarme y yo me quedé un poco cortado, creo
que interrumpí y mucho a Mari Ángeles que estaba ensayando su difícil monologo.
Mi compañera, Gertru, no fue ese día al ensayo, por tanto,
yo no tenía nada que hacer y Eduardo me llevó de gira, para ver a los otros
compañeros, algo que me encanta pero me da mucha fatiga. En esta ocasión
yo no soy director y no quiero meterme en tareas o labores que no son mías. No
quiero saltarme la jerarquía o el enfoque que se le quiere dar a la pieza, pero mis compis me piden consejos.
Vi el monologo de Mari Ángeles, la escena de Thalía y Javi
donde Javi está muy divertido, la de Toni y la hija de Cunti, me encantó
su naturalidad y eso que no se sabían
bien aún el texto y después vimos un enfoque muy original de Hamlet-Juanjo.
Después vino mi parte y como Gertru no estaba, la hice con
una sustituta, que no fue otra que Ana Luz. Por cierto, me dio mucho, me
dio una ternura y un cariño en la escena que me puso los vellos de punta y eso
que el texto es difícil. A la pobre le temblaba las manos.
Al acabar, el director nos dijo que el texto era demasiado
largo y algo denso. Gertru y yo ya lo habíamos
notado pero no dijimos ni "mu". Esa misma noche, Edu nos mandó el texto recortado,
aunque tampoco mucho.
Como dije antes Gertru no vino y me dediqué a dar vuelta con el equipo de
dirección viendo a los compañeros. La verdad que se puede resumir en cuatro puntos:
1.- El reencuentro: Fue muy bonito volver a ver a ciertos
compañeros, bueno me dio alegría verlos a todos, pero a algunos los veo muy a
menudos y a otros no y reencontrarme con los que veo menos me encantó. La rebelde de Amalia, o sea, María
José, fue un placer de dioses, esos besos, esos abrazos, esa sonrisa sincera,
esas ganas de verme actuar, esas palabras de cariño. Me encantó y luego
encontrarme con Ana Luz y con Julia. Qué pecha de reír me di con Ana Luz. ¡Hija
que grande eres y que arte tienes! Toda la tarde riendo con sus locuras.
2.- En busca de un beso en un cementerio: Como el título de
la entrada. Este nombre me lo dijo Eduardo: " Hoy la entrada en tu blog
puede llamarse en busca de un beso en un cementerio". Porque tras un beso
de dos de los compañeros, Ana Luz buscaba a toda costa que otros dos compañeros
se besaran también.
3.- Cuarto Milenio: Tuve una rara experiencia (no creo en
estas cosas ¿ok?). Vimos un panteón que está en obra y del que habían sacado
unos candelabros de madera antiquísimos. A mí me encantaron, los toqué, los
fotografié y les pedí a Edu que los usara. Este antes de ensayar me
obligó a lavarme las manos, después de haberlos tocado. Yo no le di
importancia, es más le pregunté a Edu si estaba hablando en serio. Pues bien, por la noche tuve un sueño totalmente paranormal, con espíritus y animales que
cambiaban de forma en mi propia casa.
4.- Debate cofrade: Después de ver todos los debates, políticamente
correctos, de todos los canales de tv local, el mejor lo tuve con Ana Luz en la oscuridad del cementerio. Vamos se fueron todos y yo no dejaba a Ana Luz
irse porque no deseaba acabar ese momento sublime.
Bueno esa fue mi vuelta, con esa loca familia. Lo pasé muy
bien, la verdad, pero esta semana espero trabajar más.
Como mola lo de los candelabros y lo de la impuntualidad todo un clásico ya.
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