Después de haber perdido mi primer domingo de vacaciones, encerrado en casa escribiendo todo lo concerniente a los guiones que tenía que presentar al día siguiente en el botánico, el lunes, 3 junio del 2019, me levanté pronto y deseando soltarlo todo. Y digo "deseando soltarlo todo" y no otra cosa porque ganas de tener tres reuniones seguida no tenía, pero ya que había currado y perdido mi tiempo libre, quería que se conociera mi trabajo.
Lo inicié madrugando y cogiendo el autobús camino al botánico. Antes de llegar al jardín, tuve la primera de las tres reuniones de ese lunes. Esta tuvo lugar en una cafetería y con Celia, la actriz que hará de Amalia Heredia, en dicha reunión fuimos, más o menos, organizando nuestra parte. La verdad que como predije, es muy agradable trabajar con esta chica y ahora lo confirmo; es muy simpática, no pierde el tiempo, tiene experiencia, está abierta a todo y la hora que pasamos juntos se me hizo muy llevadera, porque toda nuestra parte ya quedó lista y perfectamente organizada. Teníamos muchas ideas que presentar a los jefes, luego ellos debían decidir.
La segunda reunión comenzó a las 11:00h. Fue la de la visita histórica.
En cuanto llegué todo el equipo de administración empezó a acribillarme a preguntas:” ¿ Tienes vestuario??, ¿ Como se llama tu personaje?, ¿Sabes lo que tienes que hacer?, ¿Cómo es realmente tu personaje?” y todo eran preguntas de la visita fantástica y la reunión era de la histórica.
Cuando llegaron los compañeros, empezamos, cada actor debía leer el monólogo que había creado y las escenas de relación entre personajes.
Empezó Juampe, luego él y yo, seguí yo, después Celia y yo, la siguiente fue ella, los últimos Dani con Celia y por último él, por cierto, el de Dani fue maravilloso aunque no todos lo oyeron.
Fuimos todos los compañeros, pero faltaron dos personas importantes, Álvaro, el historiador el jardín, que no pudo defender mis argumentos cuanto todas mis propuestas eran echadas para atrás y la magia, esta si que no vino, pues la reunión fue atropellada, estresante, no se disfrutaba cada momento, todo eran prisa, pegas y estrés.
Leyó un compañero su parte pero los nervios se apoderaron de él y del equipo de jefes y la verdad que… luego me tocó el turno a mi y el consabido estrés y los nervios continuaron, pero tanto, que recibía criticas y correcciones de errores en frases que aun no había terminado de leer y sin saber aun el final de la frase ya tenía pegas, de hecho una de las veces tuve que pedir silencio y tiempo, porque me sentía muy agobiado.
Leyendo solo el monologo, ya me pedían cual era la unión con el otro personaje, fue complicado. Menos mal que a Jorge lo controlo y sabía que todo lo planteado quedaría bien.
Si gustó mucho de mi trabajo dos ideas; una la de mandar mi texto, una vez aprobado, a un amigo que le gusta escribir en lenguaje antiguo para que me lo adaptara y la de que había querido usar información menos conocida, ya que estrenábamos el espectáculo, intentaba no decir lo mismo de siempre. Por la tarde, Álvaro me confirmo casi todo lo que me habían negado en la reunión.
La parte entre Celia y yo pudo ser polémica pero… los convecinos a todos y nos lo aceptaron todo. Tras eso me dediqué a oír bueno a oír y a callar.
A las 12:00 comenzaba la tercera y última reunión, y también la gran sorpresa del día.
El texto de Loring sabía defenderlo y si me ponían trabas lo arreglaba sin problemas, pero con el del duende estaba muy inseguro, podía estar perfecto o fatal y me inclinaba por lo segundo.
Antes de eso les pedí ayuda y les dije que estaba abierto a cambios.
Bueno me animaron a leer, pero estaba nervioso y muy inseguro, en cierta parte del texto creo que oí algún comentario de sorpresa agradable de una compañera y al acabar levanté la cabeza del papel y vi la cara de todos mis compañeros, Soraya, Samu, Juampe, Celia, Úrsula y Dani, con los ojos abiertos como platos, en silencio y con una sonrisa llenando su boca. A continuación oí expresiones como:” Muy bueno, me encanta, qué bonito”. Me quedé muerto.
Después me enseñaron el lugar por donde me muevo y como no tengo relación con otro personaje me pude ir a casa. ¡¡¡ Fin!!.
Si salí de casa a las 9:00 llegué doce horas después, sobre las 21:20, esta vez venía del almacén de vestuario de Eventos con historia donde había recogido el vestuario de Joaquín Martínez de la Vega. Estuve poco tiempo además fue curioso porque elegimos las prendas entre Edu y yo, no era lo que esperaba pero pienso que quedará muy bien.
Menos mal que entre las 13:00 horas que acabé en el jardín y las 21:00 que quedé con Edu, estuve cotilleando, hablando, comiendo y poniéndome al día con mi Sarita que andaba por Málaga.
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