El jueves 9 de julio de 2020, como he dicho ya mil veces, era mi primera actuación después de mucho tiempo, y a las 20:45 ya, sí que sí, había
llegado el momento. A esa hora Javi Zumaquero y yo, nos dirigíamos a nuestros lugares de actuación
para esperar al público.
Debido a que mi compi llevaba ya un buen rato diciendo, que el hecho de ir por la calle vestido de personaje no le entusiasmaba, le aconsejé que tiráramos por calles estrechas y solitarias donde no nos viera nadie. A mí no me daba vergüenza, al contrario, pero ir vestido así y con la
mascarilla, tampoco era algo que me gustara mucho.
Javi me insistía que lo acompañara a su lugar de actuación, esto es, a las puertas del Alcazaba, yo le dije en repetidas ocasiones que no, por
dos motivos: Uno porque quería que me hiciera fotos frente a las ruinas del
teatro y dos porque su lugar es muy complicado para acceder, está totalmente a
la vista y si venía el público adelantado o nosotros nos despistábamos, había
mucha posibilidad de que nos vieran y eso no me gustaba.
Pero como somos un matrimonio muy bien avenido, hubo para los dos. Primero fuimos al teatro donde me hizo las fotos de esta entrada y luego como veía que la afluencia de personas por la calle Alcanzabilla era excesiva, le dije de irnos a su sitio.
Allí además de hacernos más fotos y charlar, se unició el periodo de los nervios. Javi estaba nervioso porque iba a actuar y yo por si llegaba el público y me veía donde no debía. De hecho, constantemente le decía que mirara el móvil por si nos avisaban.
En ese momento de nervios me pidió que repasáramos los textos. Él
inició muy inseguro, pero luego hizo todo el monologo a la perfección y yo que
antes de empezar iba de sobrado me trabé en la palabra "jornada",
hecho que él me hizo ver.
Nos avisaron que venían y me fui a mi lugar de actuación.
Cuando llegué, me subí a mi escenario y esperé. No
repasé, no calenté, no hice nada y ¿por qué?, pues porque la calle estaba
abarrotada. Con la nueva ubicación de Javi, no veía cuando el público venía y
no quería que me pillaran en un renuncio. De hecho, creo que cuando
reaccioné de que el público estaba allí ya los tenía demasiado cerca.
Vino Edu me avisó, me coloqué y empezamos.
Por cierto os dejo en esta entrada, las fotos tan chulas que me hizo Javi:
Ni siglos que esas piedras no veia un tipo ataviado asi, o no.
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