lunes, 27 de julio de 2020

PREPRANDO LA VUELTA DE RAFAEL EL GRANDE Y LA VUELTA DEL MEJOR EQUIPO.


Aunque las entradas para las visitas teatralizadas en el Jardín Botánico de Málaga estaban a la venta desde hacía más de un mes, no teníamos asegurado que estas se iban a realizar. Todos los años las visitas son un rotundo éxito, puesto que las entradas se venden con mucha antelación y como churros, pero este año con todo lo que hay, no había ninguna seguridad de que se fueran a vender entradas suficientes como para realizarlas.

Debido a eso, ni me hice prueba de vestuario, ni lo lavé, ni lo planché, ni busqué el atrezo, ni los accesorios, ni repasé el texto, ni nada. Así no me hacía ni falsas ilusiones, ni un trabajo en balde.

Pues bien, la primera visita estaba prevista para el viernes 24 de julio del 2020 y aún durante la mañana del jueves 23 de julio del 2020, oficialmente no sabía nada, pero extraoficialmente sí, ya me habían llegado noticias externas de que teníamos muchas probabilidades de que se iban a realizar dichas visitas, por ello, el jueves 23 nada más levantarme, me fui al armario y me hice la prueba de todo el vestuario de don Rafael Echevarría y ¡¡¡Milagro!!! Me estaba todo bien. Yo juraría que he engordado, pero la ropa me quedaba super bien.

Y ya a las 11:00 me confirmaron que el viernes 24 de julio del 2020, volvía a su verde jardín, don Rafael Echevarría el grande.

 Y esta confirmación hizo que se produjera otra vuelta y esta ha sido la mejor, la más importante y la que más echaba de menos, la del mejor equipo de todos, el de  mi madre y yo que somos un grandísimo equipo, pues en menos de 24 horas, teníamos todo el vestuario de don Rafael, calcetines, zapatos, pantalón, cinturón, camisa, chaleco, chaqueta y pajarita colgados en una percha, una vez lavados, planchados y perfumados, al igual  que dejamos listos su colonia, su maquillaje, su reloj de bolsillo y todo lo necesario para que volviera ese hombre, que es tan importante para mí.

Solo había una cosa que este año va a estrenar don Rafael y es su palomita. La suya se quedó en casa del elenco de La Paella, puesto que tras la suspensión del estreno se quedó con el vestuario, por tanto, me tuve que poner una palomita real, datada de 1971 y que fue nada más y nada menos que la que llevó mi padre el día de su boda.

El llevarla iba a ser un placer, pero a la vez una responsabilidad, porque no quería por nada del mundo que perdiera o estropeara.

 




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