Con lo que yo he protestado y la cantidad de veces que me he sentido afortunado por llegar, las tarde/ noches de Halloween al Jardín Botánico de Málaga retrasado debido a las clases y con ello me he evitado montar y este año, cuando entré por las puertas del jardín y vi que ya estaba montado el atrezzo o photocall de bienvenida, me dio coraje, pensé : " Jo ya está todo montado, qué pena".
En vez de alegrarme de verlo, me puse triste. Supongo que eso me ocurrió por 3 razones:
La primera por volver a trabajar de nuevo a dicho lugar, algo que hasta hace unos meses y sobre todo en verano me parecía imposible.
La segunda fue que el año pasado lo pasé tan bien, almorzando y montando con los compañeros que este año lo eché de menos.
Y en tercer lugar porque iba con un nivel de energía, debido a un asunto personal que ya os dije en la entrada anterior, e ilusión, tan alto que quería hacer, hacer, hacer, hacer cosas, no parar de hacer cosas. ¿ Qué necesitáis? Que yo lo hago. ¿ Qué no queréis hacer? Que yo lo hago. ¿ A alguno le hace falta algo? Que yo lo hago.
Ese era mi filosofía del día, pero os puedo asegurar que lo más trascendental que hice en toda la tarde y dónde más intervención tuve fue en el reparto de batas blancas entre, Julia, Lorena, Fran y yo.
La verdad que fui rápido o bastante rápido, y un poco egoísta respondiendo. Las opciones eran 3 batas, y éramos 4 personajes, 2 de ellas amarillentas y arrugadas como si la hubieran tenido guardadas en un monedero y otra más pequeña pero en perfecto estado.
Un personaje era una demente, la otra una victima, el otro un becario raro y yo era el único medico y además el "bueno", así que debía ir mejor que el resto. Por tanto elegí la buena a la velocidad de la luz porque con lo poco que me gusta Halloween y la inseguridad que me da de por sí, imaginad en una bata casi de comedia.
Ahm también ayudé a Fran, bien entrada la tarde, a colocar una cinta de prohibido pasar, entre dos arboles y fin.
Una vez elegidas las batas y tras hablar con Dani y organizar todo, me fui con un chico nuevo y mi compañero "asustador" ( o sea, persona que da miedo durante las actuaciones pero que no tiene personaje), a recordarle donde nos encontrábamos, los caminos a seguir y un supuesto camino alternativo que me proponía el chico nuevo, para alargar la visita, pero que era inviable.
Cuando volví de eso, vi que mis compañeros se disponían a repartir 1000 000 de elementos que había que subir hasta la casa palacio para la actuación, desbocado me dirigí a ellos con un inmenso afán de ayudar, pero no sé en me entretuve un rato, y cuando fui a echar mano para ayudarlos y cargarme como un mulo, ya se lo habían repartido.Ya no podía hacer nada, :-(.
Solito y abandonado, me fui a mi camerino, el museo de las Barbies, en el camino me encontré los compis "jefes" y estuve bromeando con ellos.
" Bueno y, ¿ Qué hago yo ahora?" Me pregunté, pues ordené mi "camerino" y me vestí del personaje.
No deseaba ni arrugar, ni ensuciar, ni sudar la ropa que llevaba y que pensaba usar después para irme de fiesta, así que me vestí del personaje, era demasiado pronto, pero como no tenía nada que hacer, me vestí. Además si se me arrugaba, ensuciaba y etc. la bata lo taparía.
Paseé, sí me fui paseando hasta la Casa Palacio, donde tanto Lorena, como Julia, como Fran, se afanaban y corrían de un lugar a otro decorando el interior de la casa.
"Ayudo", " Os ayudo", " Lo pongo yo", de nuevo deseaba participar, pero de nuevo no me daban tarea.
Ayudé sí, algo hice, como guardar alguna cosa, recoger algunas cosas, ordenar unos papeles, recoger unas hojas secas, buscar una tela blanca, simular con esta unas piernas, pero ya digo pequeños detalles, lo único que hacía era deambular de un sitio a otro y mirar.
Llegó Dani, lo llenó todo de luz, me fui con él y Fran a poner las cintas que os dije antes y luego ya a la Casa Palacio a maquillarme, bueno yo y todos los compis, no era tarde, pero los minutos corrían y tampoco podíamos dormirnos en los laureles.
En la sesión de maquillaje, me sentí de nuevo un observador y en algunos momentos hasta avergonzado.
Yo me fui al baño de caballeros y me puse unas ojeras, fin. Ojeras que no se me notaban mucho, entre otras cosas porque Lorena al rato de verme me dijo: " ¿Tú no te maquillas?".
" Mierda", pensé, lo justifiqué diciendo que mi personaje al ser el bueno y el cuerdo no debería llevarlas, pero que me las puse eso sí, poco marcadas y tan poco, ni ella las vio. Pero de verdad no quería parecer un monstruo más sino un personaje normal.
El baño de señoras, era un hervidero, Fran, Julia y Lorena corriendo de un lado a otro, hablando y ayudándose entre ellos, se les notaban sus nervios y su ilusión por la actuación, pero yo estaba muy tranquilo. El poyete del baño plagado de maquillajes, uno se pintaba una herida, a la vez que otro le maquillaba las manos y yo allí...
Qué mal lo pasé, qué desubicado, qué fuera de lugar, me sentía muy vago, porque todos venían súper preparados, súper entregados y yo allí como si fuera de campo.
El tiempo se acercaba, quedaban como 10 minutos o menos para empezar y mis compis recogieron todo y nos fuimos a nuestro lugar de actuación, yo acompañé a Dani y de ahí a mi espacio, me hice unas fotos, y a esperar.
Málaga, martes 31 de octubre de 2023.