sábado, 23 de diciembre de 2023

LOS OSITOS EMPERADORES HIBERNAN EN INVIERNO.

 

Pues recién llegado al museo Revello de Toro, me preparé para vestirme del emperador y Edu, fiel seguidor de mis redes sociales, en cuanto entré, me preguntó qué me pasaba, pues yo ya había insinuado en mi Instagram que no me encontraba muy bien y tras un reconfortante abrazo de este, comencé mi transformación.

Entré a la sala donde estaban el resto de compañeros, saludé y, rápidamente, solté la capa, cogí el resto de mis pertenencias y subí al baño de arriba. Solito y oyendo Enrique y Ana, grupo infantil que me sirve para meterme en la viveza del personaje, comencé a vestirme. 

Me costó bastante recolocar las cosas para hacerme fotos, pero una vez hechas, me vestí, me retoqué el maquillaje, terminé de arreglarme, me puse el chaquetón para no pillar frio y me bajé. 

Estaba mucho mejor que antes, pero realmente no tenía muchas ganas de nada, solté mis cosas y cuando me disponía a descansar, Edu nos empezó a meter prisa pues quería realizar una sesión de fotos del grupo.

¿ Otra vez Edu?,  pero si ya la hiciste ayer. Le dije, a lo que él respondió, pero ayer nos faltaba una compañera, pues nada, me puse de nuevo la capa y a posar para las fotos. Listas estas, los compañeros se fueron marchando a su lugar de actuación.

Esta vez se fueron todos muy pronto y me quedé solo con unos compañeros con los que tengo muy poco contacto, o casi nada, así que me busqué un sitio tranquilo, una escalera, donde estaba cómodo.

Allí había luz, no hacía frio y lo mejor  de todo llegaba la señal de Internet, porque en el resto del museo es casi imposible y ahí pasé entre chats, investigando, escribiendo en el blog, colgando cosas en Instagram y a mi bola, todo el tiempo de espera hasta que tocó mi turno.

Situación de silencio y relajación que solo rompí en 2 ocasiones. Una fue para hacer unas fotos a los compañeros y otra para que ellos me la hicieran a mí.

Mi resfriado y mi mal estado de salud, iba mejorando por momentos, ya estaba casi bien, pero quería moverme poco y hacer nada.

Para no perder energía y tener posibles problemas cuando actuara, estuve como hibernando.

Y así seguí. Cuando mis colegas se fueron a actuar, yo en vez de ponerme la capa continué en ese estado. Solo quedaban unos 5 minutos para irme a trabajar, con lo cual, me puse un poco nervioso y me pasó algo que luego pagué en la actuación y que os cuento en la entrada siguiente.




Málaga, 23 de diciembre de 2023.



 



No hay comentarios:

Publicar un comentario