Seriedad, fue lo que me encontré cuando llegué a la tienda de la Harley Davison que hay en mi barrio.
Os preguntareis ¿ Y ahora que se ha hecho motorista? No, es que ese es el punto de encuentro habitual, de los miembros de Saborearte cuando salimos fuera de Málaga. Elena en su coche con Dipi y Chiara y Raúl solo en la furgo esperando a un servidor.
La hora de salida no estuvo muy clara, de hecho. Todo apuntaba que debido a que esa noche se "estrenaba", Elena como Lola, nos iríamos más temprano de lo habitual, pero al final entre unas cosas y otras salimos más tarde de lo normal.
Con deciros que almorcé en familia, recogí la cocina y me dio tiempo a echar unos minutos de sofá con la mamá y la TV.
Bueno, me empecé a vestir porque esta me invitó a vestirme y arreglarme, lo hice, y fue en esa cuando me escribieron que ya venían a por mí.
Oyendo música, llegué como digo a la tienda de las motos, con las mismas ganas de siempre de hacer mi aparición con gritos, risas y "metiéndome" con Elena, pero ya digo encontré caras serias, tanto en Elena, como en Raúl. A esta se lo hice ver pero a él no.
Así que sin armar escandalo, lo más sutil y sinuoso posible, solté mis cosas y me monté en la furgo. Comenzamos el viaje.
Eso sí, iba como una autentica cebolla, pues todos me decían que en Granada hacía mucho frio, pero en Málaga os juro que no, parecía primavera, así que, nada más subir al coche me quité todas las capas y viajé en mangas cortas.
Todo marchó de maravilla y a las 16:40 horas, mientras entrábamos por la amplia avenida desde la que comprobé por primera vez que se ve la Alhambra, mi madre me decía vía telefónica: " Pero ya estais en Granada, que habéis ido volando", pues sí ya estábamos en Granada el viaje había acabado.
Este fue tranquilo, un día muy claro, bellos paisajes, tiempo primaveral, buena conversación, donde Raúl me habló de sus proyectos sobre Saborearte y sus ganas de que avance mucho.
En el último viaje debido a cambios personales de su vida, parecía que el proyecto iba a descansar pero ahora lo veía con más fuerza que nunca.
Pero en esta ocasión nos acompañó alguien más, la gran Concha Velasco, que pocas horas antes nos había dejado, pero que durante el viaje no solo hablamos de ella y su ejemplo a seguir, sino que fuimos dando forma al homenaje que Elena me propuso hacerle.
Marcamos movimientos, elementos técnicos, manera de hacerlo y oímos varias veces el tema Mamá quiero ser artista, lo que hizo que se me saltaran las lagrimas y se me pusieran los vellos de punta. Ya no estaba Concha pero su esencia seguía de bolos, pues está noche ella estaría en Granada.
Sí debo confesar que mi último viaje, en septiembre, me puse un poco nervioso por cosas que ocurrieron y por eso ahora me enfrentaba a Granada con un poco de nervios que se hicieron patentes durante el trayecto.
Málaga / Granada, sábado 2 diciembre 2023.
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