"JO, SE" ACABÓ LA SOLEDAD. MENOS MAL.

Hay mucho que decir de esa soledad y es que no fue soledad, pasé más tiempo acompañado que solo. 

Podría hablar cronológicamente y demás, pero hay momentos que no puedo olvidar y quiero  comentar ya. 

Ese, de pie, al borde de la cama, a media luz, porque no sé la razón pero el hotel tiene las habitaciones con una luz muy "romántica", en el hueco entre la mesa y la cama, quieto, recto y con los brazos extendidos, mientras Jose, mi amigo, me arreglaba la pajarita, el cuello de la camisa y de la chaqueta. 

A la vez que lo hacía, me decía, o más bien me leía el pensamiento, con esta frase: " Qué feliz sería yo así, este debería ser nuestro futuro, tú trabajando en el teatro,cine, viajando, de estrenos etc y yo ayudándote, siempre junto a tí".

Ojalá sea así, porque siempre he soñado con ese momento: Ser un actor grande, trabajar de esto y tener a José conmigo que me ayude, así nunca me sentiría solo por esos campos de Dios y  él, que es el señor aventura, viviría de un lado a otro, libre, sin ataduras y siendo él.

La noche del casting de la serie La Peste, 

a donde me acompañó, estuve imaginando que me cogían para el papel y él me acompañaba, desde ese día ese pensamiento ha venido conmigo siempre. 

Puedo decir que no lo he conseguido, quizá no lo conseguiré, o quizá sea yo el que un día lo acompañe a él, pero si puedo decir que esa tarde lo viví y aunque sea por una sola vez, me siento feliz y se lo agradezco. 

Inolvidable fue los dos sentados en mi cama, en esa misma cama donde minutos antes había estado, yo solo, tumbado y me sentí un poco nervioso o agobiado por estar allí, solo, sin hacer nada, en esa cama extraña. Es más, como no sabía a qué hora llegarían ni él, ni Elena que me pidió visitarme para que viera su vestuario, me puse a llamar a casa y aunque fuera temprano, a ducharme y así me distraía.

Pues de pronto ya esa cama era la mía, la de mi casa, ya no distinguía nada. Estamos ahí los dos frente a frente, yo asombrado por oír las aventuras y desventuras de este y cada x minutos partiéndonos de risa y él contando ilusionado.

Ya nada podía conmigo, ya no había temor de nada, ni de nadie. Jose me llena de seguridad, firmeza y fuerza y ahí estábamos los 2 como en casa. 

Bueno como en casa no, porque nos pusimos a gamberrear, lo que siempre hacemos cuando nos dejan solos en algún lugar desconocido. 

Fuera de la habitación hay un pequeño saloncito, con sofás, sillones, una mesa, un ordenador, unas vitrinas con libros etc. Todo muy pijo eso sí.

Y claro Jose y su cabecita se puso en marcha:" Vamos fuera a hacernos fotos". Y yo que me fui. Él iba vestido, pero yo en pijama y calcetines.

Estábamos en nuestras locuras, cuando de pronto apareció Elena disfrazada de Madonna ante de los conciertos y ya la que faltaba. Comenzó el cachondeo.

Los 3 allí a nuestra bola, Elena haciendo fotos y José y yo posando, mientras los huéspedes iban y venían de sus habitaciones. 

José y ella ya se conocían. 

Cuando este llegó, Elena estaba en mi habitación y fue la que, para gastar una broma, abrió la puerta a este. Pero Jose ni corto ni perezoso sin conocerla se metió en la habitación. 

Desde ese momento se hizo el filim entre ellos. Tanto que se vivió uno de los momentazos de ese viaje, mi amigo en el quicio de la puerta, confesando, desde lo más hondo de su corazón sus íntimos deseos.

Ya digo muchas aventuras, porque José es sinónimo de eso, de aventuras.

Me sentía de verdad, como la propia Madonna que cuando está de tour, hace de los hoteles su propio hogar, pues así. 

Tan en mi casa estaba, que se acercaba la hora de empezar y estaba a mí bola, así que, me puse serio y a trabajar. Maquillarme, vestirme y lo de siempre, esperar y a actuar, pero como nunca, con Jose, sus ánimos y sus consejos a mí lado.

Gracias José por estar siempre ahí y así.

PD: Esa noche tuve el honor de usar la colonia de mi amigo Jose y unos calcetines muy "especiales" que me acaba de regalar.

Granada, sábado 2 de diciembre de 2023.