rada bien de interés cultural e histórico de Andalucía y es famosa
por sus vinos, sus toreros y su interesantísimo y preciado patrimonio paisajístico,
todo eso lo sé.
Y quiero, espero y deseo que ningún rondeño se sienta mal,
por mi entrada, ni mis comentarios.
didad, pero cuando la quiten de ese monte, de ese constante barranco
donde la pobre ciudad está colocada. Sé que eso forma parte de su encanto, pero
para mí que odio las alturas, yo que sobre una silla me siento incomodo, imaginaros como lo pasé el pasado miercoles 24 de febrero del 2016, en ese teatro pegado al
barranco.
Desde que Alba y yo llegamos a Ronda, hasta
que entramos en el teatro pasó poco tiempo, pero para mí fue una odisea y una espera
de mil años.
Debido a horarios, problemas con la carga de la escenografía
y las fechas en las que cada uno se iba a Ronda, Alba y yo nos fuimos en bus.
El teatro no lo abrían
hasta las 16,00 y como a mí no me apetecía andar mucho por Ronda, cogimos el
bus que nos dejara en dicha ciudad lo más cerca posible del horario de apertura
del teatro.
Por ello, pillamos el bus que tarda tres horas en llegar. Muy bonito el viaje, vimos toda la costa , pero cuando aquello comenzó a
subir montañas, curvas, dar vueltas y ver barrancos, aquellos se volvió
insoportable, estaba deseando salir de ese autobús, pero tampoco quería llegar
pronto a Ronda.
Pues pronto llegamos, llegamos a las 15:19 horas y hasta las
16:00 no abría el teatro, con lo cual teníamos mucho rato que esperar, ni los ánimos
de Alba, ni sus cosquillas, ni su atención, ni las dos tilas que me tomé,
hicieron posible que me relajara y que esa espera, en el bar donde Alba
almorzaba se me hiciera corta. Quería largarme de allí como
fuera.
No me gusta estar en una ciudad sin tener un lugar donde
meterme y menos en una ciudad como esa y en un día como ese, el viento zumbaba
por todas partes, se notaba la altura, vamos que me puse insoportable y me
cagué vivo.
Alba estuvo ahí como una campeona, compra-
mos Valeriana y
ella eligió ir en taxi al teatro para evitar andar por aquellos barrancos.
Al final llegamos al teatro a las 16:05, entré y me
tranquilicé.
De nuevo todo fue coser y cantar, preparé toda mi ropa en el
camerino, organicé todo y ayudé en lo posible.
lizándome pero la sensación de vértigo
y mareo me duró durante un rato, hasta que me metí de lleno en el tema de preparar la función.
Tuvimos solo dos horas para prepararlo todo, así que entre
el montaje, preparación y pase rápido, se fue el tiempo volando.
Alba y yo nos vestimos solos en el camerino, pero la verdad, que
estaba súper débil, súper tierno, debido al ataque de nervios sufrido estaba
muy relajado pero deseando abrazar a
Alba a MI ALBA, por el mal rato que le había dado.