lunes, 22 de febrero de 2016

EL QUIJOTE-JORGE, BRILLÓ EN MEDIO DEL CAMPO.



De nuevo Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza, se subieron a lomos de su rocín, bueno a su rojo autobús.
 
Esto tuvo lugar el martes 16 de febrero de 2016 y los ilustres invitados para conocer sus historias fueron los niños de un colegio de Alora.

Y los aventureros fuimos Jorge y un servidor.

Este tipo de teatro es muy sencillo,  fácil, por ende       divertido, ameno, cortito y  lo mejor son los viajes en el autobús y cuando   voy con Jorge, si llegamos a  tiempo para un café, pues nos vamos a visitar un poco el pueblo para que  este se tome su café. Por ello siempre tengo ganas de hacerlo. 

A las nueve era el pase, con lo cual, nos levantamos prontísimo, porque el  autobús nos recogía a las ocho así que sobre las siete me recogió mi Jorge.

Estuvo puntual como un reloj, no tocó el tema de tomar café o fumarse un cigarrito hasta que no acabamos el trabajo. Una vez en el bus, nos pusimos a repasar el texto y se lo sabía al dedillo y al detalle, eso me animó muchísimo de camino a Alora.

En cuanto llegué al autobús me vestí de Sancho, para no hacerlo por el camino, me recosté entre dos butacas y me tapé con mi abrigo de lana y mi bufanda y ahí fuimos charlando, comentando  y repasando el texto y la actuación.
 
Tan bien vi a Jorge en el ensayo, que me animó mucho a la actuación.

Fue la mejor actucación de Jorge  como Quijote y una de las mejores que he hecho hasta ahora.

 Al empezar Jorge estaba un pelín nervioso, pero luego en un segundo estaba caliente y fue genial, me sentí apoyado por él, en  todo momento,  me tuvo seguro lo que me hizo disfrutar de los niños y de Jorge, me lo hizo todo  muy fácil, pero muy fácil.

Eso sí, fue un viaje muy, pero muy acciden-
tado, porque teníamos que dejar a los niños a un lugar que no sabíamos, al principio  hubo que parar un momento la actuación. Menos mal que el profesor era muy agradable y nos ayudó mucho.

 Luego ya de camino nos perdimos , pero de nuevo el amable profesor nos ayudó, haciéndose pasar por medico y hasta actuó con nosotros, eso sí muy avergonzado.

Bueno pues llegamos al final de la actuacióna tiempo perfecto, los niños estuvieron muy animados y pendientes a nosotros.

Los dejamos en  medio del campo, pero  estos iban a visitar un mirador y nosotros tuvimos que esperar veinte minutos allí, hasta que volvieron y los llevaramos a otro lugar.
 
Mientras ellos estaban allí, Jorge y yo disfrutamos de una charla campestre, con aire puro, con el verde del campo. 

Todo sabéis que odio el campo, pero solo veinte minutos la verdad que lo agradecí.

Mientras estábamos en el campo, le di un abrazo a Jorge, porque me apeteció, porque estaba muy feliz y porque hoy lo había hecho perfecto, gracias Jorge lo pasé muy bien, pero muy bien y  Jorgito te quiero mucho.

Tras dejar a los niños, caminito de vuelta  fue un buen viaje,  mucho frio, pero con unas vistas preciosas de unos embalses y unas conversaciones muy chulas con Jorge.

No sé pero lo vi muy maduro, un nuevo Jorge que me encantó.

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