Tranquilidad, comodidad, calidez, felicidad, aunque poca repetición, todo eso ha caracterizado el primer día, o sea, el estreno de Mujeros en Microteatro Málaga.
La esceno-grafía no acababa de conven-
cerme, de hecho se lo comenté a Alejandro y Mariel, la notaba caótica y poco cuidada, pero cuando he vuelto, del selvático pozo que se conoce como camerino del micro, hoy, jueves 4 de febrero de 2016, me he encontrado la sala montada, casi, en su totalidad y le he enamorado de ella.
Le han dado el punto justo que yo había soñado. Me ha gustado muchísimo y me ha
dado una sensación de recogi-miento que invitaba a actuar e invitaba al realismo.
Muy buen trabajo chicos, al verla, me entraron unas ganas locas de actuar
Luego hemos estado jugando al escondite entre mis compañeros y yo. Porque se iban perdiendo uno tras otro.
Aunque al llegar nos reunimos todos como una piña en el bar, charlando y bajamos todos juntos a nuestra sala, luego fueron desapareciendo.
Aquello era una peli de terror. El local más pequeño no puede ser pero... parecía una fortaleza allí no encontraba a nadie.
Fui a maqui-llarme, a ponerme la camisa y la corbata frente al espejo del “comuna-camerino”. Al volver, a la sala, no había nadie y aproveché y me hice una sesión de fotos en soledad.
Luego me subí y hablé con Mariel. Pero Alejandro y Álvaro estaban desaparecidos.
Bajo y de pronto aparece Álvaro.
Después de robar "con
consen-timiento" del dueño unas banquetas a un compañero Me encuentro a Mariel en nuestra sala, pero Alejandro no aparece.
Llega el primer pase, no hay pero hacemos uno de repaso, que por cierto sale del carajo.
Olvido frases me trabó me desconcentro. Pero es que lo empezamos sin intenciones y lo acabamos con ellas y no entré bien.
Luego apareció Alejandro por la escalera, lo veo bajar y de pronto desapa-
reció otra vez.
Al rato volvió a aparecer pera decirnos que había pase, por cierto el primero y ultimo de la noche.
Poco público. Pero muy bueno, no han sido muy ruidosos, ni muy participativos pero la pieza tampoco da para eso.
Aunque creo que la situación lo da, me he sentido un poco gritón en algunas
partes, pero me he sentido muy bien en general.Tranquilo, relajado, disfrutándolo y pasándolo bien. Se me ha hecho súper corto y he estado mu a gustito con mi Álvaro.
Creo que se ha notado el estreno, los pocos ensayos, primera vez allí… Pero creo que ha estado muy bien que ahora tiene que ir creciendo.
El público ha estado muy amable y analizando muy bien todo.
Nos dijeron frases como estas; " Me ha gustado más esta función que la he visto en el Cervantes” o " hasta que nos habéis mirado no vi que estaba en una obra me sentía dentro de vuestra casa y de la historia”.
El resto de la noche charlitas, juntos, pero antes de marcharnos “mini-pase” falso para sesión de fotos.
Pues lo dicho perderme por el micro
buscando a mis compa-ñeros. Me ha hecho encon-
trarme con miles de amigos y gente que conocí hace años. Cuando yo empezaba e iba en plan " pido perdón por hacer teatro " y hoy somos colegas.
Entre ellos los primeros que me
encuentro al llegar, son mi Nora y mi Steven, con el que comparto sala, ¿qué
más se puede pedir? Luego a uno de los de siempre a Adrian Vereda, cuando bajo a maquillarme, ofú que
arte, mi esposa, Lorena, que de nuevo me hizo reír, con ella su novio Andrés, mi
profesora de la ESAD, la grandísima actriz Laura Vega, a Gary y su entrañable
abrazo, Simón siempre atento y amable, Rodrigo, Belén o ese pedazo de pan y
buen tío llamado Lucas Alí. Por cierto, fue curioso cómo mientras me maquillaba
oía en la sala de al lado como Fran Camacho, otro conocido, hacía la obra que
me ofrecieron a mí a finales de febrero, decir que la compañera de Fran es la
ex profesora de la ESAD, Matilde, con la que hice una práctica en primero, hace
ya seis años, pero al verme se acordaba perfectamente de mi y de mi nombre, me
sorprendió.Bueno eso es todo, que para solo un pase no ha sido poco, mañana mucho más.
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