Nunca cuadra el titulo con la realidad, hoy, jueves 11 de
febrero del 2016, ha sido nuestro tercer día de Mujeros, pero, solo hemos hecho dos pases.
Mientras escribo esto, estoy ya de vuelta de Microteatro,
concretamente estoy ya metido en la cama.
Hoy no he llegado muy tarde, pues en cuanto he acabado, he
salido pitando de allí. Por tanto, me ha dado tiempo de preparar todo para mis monólogos
de Cervantes, he preparado hasta el último detalle y también me ha dado tiempo, esto ha sido lo mejor, para tener una reconfortadle
charla, con mi madre. Charlas siempre
llenas de sabios consejos y de ayudas para mi profesión.
Ya con todo listo, estoy en la cama y tengo la cabeza en
otra cosa, que no es escribir esta crónica,
sino el monologo de mañana.
Me ha preocupado
mucho ese tema en estos días. Ahora
aunque lo tengo todo atado, no lo tengo todo a mi favor, pues me preocupa la
duración del show, la opinión de los maestros, que los niños no se me aburran, miedo a defraudar, pero también lo he preparado y
ensayado todo tan concienzudamente, que tengo ganas de mostrarlo, por tanto, estoy con
esos gusanillos del estomago mezcla de nervios e ilusión.
Estoy útilmente en tantas cosas, que no me da tiempo disfrutar
de una, cuando ya estoy pendiente de
otra.
Pero antes de tener la cabeza cervantina, o sea, poseída por
el señor Cervantes, venia paseando por las calles de Málaga, hasta llegar a
casa. Y digo bien, no venía de camino a casa, venía paseando, disfrutando de
una temperatura primaveral, de una Málaga solitaria, oscura, en silencio, que
paz. Llevaba un paso lento y una sensación de satisfacción total y aprovechando ese momento.
Iba disfrutando y analizando la noche de hoy, para después
escribir esta crónica. Y lo que sacaba en limpio era, que por fin tengo
recursos de mi profesión que hoy he notado que ya podía decir oficialmente que tengo “tablas”.
Como digo, hemos hecho solo dos de los cuatro pases
programados, pero la cosa pintaba peor, porque cuando llegamos la sala estaba
muerta.
llamos, vestimos y nos prepa-
ramos y yo no sé cómo, me vi de pronto recostado en un
sofá que hay en la sala. Es broma, si sé cómo fue, subí para hacer un pis y al salir del baño vi ese sofá negro diciéndome:
“túmbate, túmbate” y como la sala estaba vacía y yo estaba muy cansado, me tumbé en él
sin ni siquiera avisar a mis compañeros.
Y tampoco sé como al cabo de un rato estaban todos allí, Álvaro
al que secuestré para un repaso de texto y Mariel que subió para hacernos
fotos.
Tras el ensayo, Álvaro y yo nos quedamos solos, charlando de
nuestras cosas, de la profesión y de lo que se tarda en cobrar y con esa charla
y la oscuridad de la sala, estaba adormilado.
Teníamos el cuerpo hecho a que esa noche no habría pase,
estaba totalmente relajado cuando apareció Mariel para decirnos que había pase.
Y eso fue pasar de cero a cien en dos minutos. Esta no es una obra difícil pero exige un
nivel alto de tensión, energía y concentración y por eso pasé en poco tiempo de
nada a todo.
Entré en la sala súper tranquilo y lo di todo. Con ese grado
de tranquilidad más que decir el texto lo he disfrutado, por ello, lo he notado
más vivo que nunca, los movimientos más naturales y la relación entre Álvaro y
yo muy activa.
Además notaba que las palabras complicadas, salían de mi boca,
sin pensarlas, fluidas y proyectaba en mi cabeza imágenes de las cosas que
hablaba.
Por todo lo dicho anteriormente creo que fue un gran pase.
Hoy creo que la pieza, ha comenzado a crecer, que ha ganado
mucho. El dejarla reposar nos ha beneficiado. Es raro porque el dejar de hacer una pieza suele enfriarla pero a
esta le ha hecho crecer.
Mariel nos ha dicho que hoy hemos estado muy bien.
En el segundo pase lo he sentido igual de cero a cien, de estar de broma con Mariel y Alejandro, a estar de bronca con el personaje de Álvaro.
En el segundo pase lo he sentido igual de cero a cien, de estar de broma con Mariel y Alejandro, a estar de bronca con el personaje de Álvaro.
Pero quien hoy me ha conquistado ha sido Alejandro
Montecatine, ya empieza a haber confianza entre ambos, y esa ¨maldad¨, ¨rebeldía¨, ¨pillastreria¨, inteligencia en sus expresiones y sus dotes de pasota, me han tenido
alucinado toda la noche y me ha hecho reír mucho.
Tablero.
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